Nicolás Caputo, hermano de la vida de Mauricio Macri y factótum de su ascenso a la Presidencia, volvió este martes a Casa Rosada y mantuvo un encuentro de trabajo con el Presidente, el segundo en menos de una semana. "Nicky está volviendo y Horacio (Rodríguez Larreta) se está ocupando de ordenar todo", aseguró a Infobae un allegado de los tres, sintetizando los cambios que se están realizando por estas horas en el entorno presidencial.
Lo que trascendió es que Macri se habría dado cuenta, "en los últimos días, de que le vinieron mintiendo desde hace mucho tiempo". Por lo menos, es la versión de viejos amigos del Presidente que, con gran preocupación, vieron cómo el Gobierno se fue encerrando en un mundo tan perfecto como irreal, donde se fueron rompiendo los puentes con el círculo rojo, es decir, las personas de carne y hueso que deciden o no invertir en la Argentina, contratar o no más personal, ampliar o no sus plantas industriales, traer o no el dinero que tienen ahorrado en el exterior.
Según esta información, Caputo y Rodríguez Larreta fueron los que más presionaron a Macri para que dependiera menos del trío integrado por Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y que organizara su gestión en base al consejo de Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Ernesto Sanz, tres profesionales de la política, a kilómetros de distancia con el "voluntarista triángulo del poder". También trascendió que Caputo habría realizado unas gestiones que el Presidente le pidió y hoy le informó personalmente el resultado.
Larreta fue el que le pidió la semana pasada a la gobernadora María Eugenia Vidal que dirimiera sus diferencias con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. "Estamos todos en el mismo barco, Mariu, sentate con Emilio y acordá algo, no hables con tu gente, sentate y hablá, no des más vueltas", le habría dicho.
El tono dramático alcanzó. Vidal se reunió ese mismo día en un despacho de Casa Rosada con Monzó y, aunque ambos se niegan a dar detalles de esa conversación, lo que sellaron parece ser sólido. Por empezar, Vidal aceptó compartir una misma mesa con Monzó, lo que, de por sí, es un cambio de 180 grados en el manejo del poder en Cambiemos. Hasta ese momento, en Casa Rosada era usual escuchar que "Emilio perdió, ya no tiene territorio".
Caputo, por su lado, fue crucial para que Macri depusiera su encono con Monzó, que renunció cuando se consolidaba la ofensiva opositora contra el aumento de las tarifas. "Lo dejaron sin juego interno, ya no podía garantizar ningún acuerdo con el peronismo racional", dicen que "Nicky" le explicó al Presidente. También lo alerto en torno a la posible salida del país de Frigerio, que habría dado un aval a su candidatura al frente de un organismo regional de crédito muy prestigioso, lo que fue siempre desmentido por su vocero cada vez que Infobae consultara al respecto. "Antes que irse al BID se va a Entre Ríos", dijo. Como sea, la posibilidad de que Monzó (que pidió una embajada) y Frigerio dejaran el país en los próximos meses era otra prueba de que las decisiones estaban en manos de personas de muy buena voluntad, con poca experiencia de gestión. Ambos volvieron atrás en sus decisiones de irse al exterior.
Entre la gran cantidad de versiones que hoy circulan, se habla de la posibilidad de que Nicolás Dujovne deje su puesto para ser reemplazado por Luis "Toto" Caputo, primo hermano de Nicolás. Se transformaría en jefe del equipo económico, ya que su cartera tendría mayores responsabilidades, tomando las que hoy están repartidas en dos ministerios.
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