La posibilidad de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) estuvo siempre sobre la mesa. Para algunos integrantes del staff oficialista, "era parte de las cosas que eventualmente se podían hacer". "Sin dramatizar", aclaran, para despejar fantasmas del pasado. El famoso "plan B", del que el Gobierno se jactó de carecer durante estos últimos meses, como una forma de ratificación del rumbo económico que crujió por estas horas.
Mauricio Macri lo mantuvo en reserva con parte de su equipo económico y político más reducido. Incluso el lunes, en la reunión con los principales referentes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica, el Presidente se cuidó de no ventilar el inicio de las negociaciones con el organismo internacional que anunciaría ayer al mediodía. Se mostró sereno y trazó una radiografía del rojo de las cuentas públicas.
Un par de horas antes, el ministro Luis Caputo elevó una información que daba cuenta de que ayer por la mañana los mercados volverían a golpear la política gradualista del Gobierno. A la tarde se había acercado hasta Casa Rosada Nicolás Caputo, el más íntimo de los amigos de Macri, una voz crítica de la marcha general de la gestión.
Ayer por la mañana, el dólar había vuelto a pasar los 23 pesos. Y se decidió avanzar en las conversaciones con el FMI. "Esa carta siempre estuvo, en caso de considerarla necesaria. Por eso la visita de (Christine) Lagarde", explicó un asesor presidencial de primera línea.
La titular del Fondo Monetario había llegado al país hace un mes y medio, en una visita de un par de días en la que ensalzó el gradualismo de Macri y hasta visitó el departamento del ministro Nicolás Dujovne. "No vine a negociar ningún crédito ni programa con Argentina. No estoy en el negocio de prestar. Argentina ni lo necesita ni lo pidió", concluyó Lagarde en una charla en la Universidad Di Tella. Dujovne asintió a su lado.
Poco más de cincuenta días después, el ministro oficializó en conferencia de prensa del inicio de las negociaciones con el organismo para obtener un "financiamiento preventivo". El funcionario viaja mañana a Washington.
Macri les avisó más temprano del mensaje que grabaría este mediodía a Alfredo Cornejo y Elisa Carrió, dos de los principales socios de la coalición de gobierno. La diputada salió enseguida a respaldar al Presidente a través de las redes sociales. El Gobierno difundió entre sus voceros el comunicado de la Coalición Cívica en esa línea, en el tradicional correo electrónico titulado "Qué estamos diciendo", en el que se baja línea del discurso oficial. Horacio Rodríguez Larreta, que ayer se reunió en Olivos con Macri y la mesa chica, apoyó "el rumbo económico" del Gobierno a última hora de la tarde, pasadas las 19.
El equipo de comunicación de Casa Rosada tuvo menos de veinticuatro horas para preparar el mensaje presidencial, que duró menos de 3 minutos. Micaela Méndez y Julieta Herrero, dos de las piezas centrales del equipo de discurso del jefe de Estado, fatigaron los pasillos durante buena parte de la mañana. Macri compartió la decisión a media mañana a su mesa de coordinación. Lo escucharon Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, entre otros.
Cerca del despacho presidencial defienden a rajatabla las conversaciones con el FMI. "Es el lugar más barato del mundo para poder seguir financiando la gradualidad del programa económico", abundan en el primer piso de la Casa Rosada. No hay, por ahora, demasiado lugar para la autocrítica. Se insisten en los cambios del contexto internacional y en la "irresponsabilidad" de la oposición, que mañana intentará darle media sanción al proyecto de ley por las tarifas en la Cámara de Diputados.
Por la tarde, el jefe de Estado trató de no alterar su agenda habitual: encabezó la reunión de seguimiento del Ministerio de Turismo junto a Mario Quintana. Más tarde hubo un desfile de colaboradores. El titular de la AFI, Gustavo Arribas; el ministro Andrés Ibarra y Miguel de Godoy, el saliente titular del ENACOM; el director de la AFIP, Leandro Cuccioli, y el ministro Caputo.
El jefe de Estado había tratado de llevar tranquilidad en las últimas semanas. Incluso el último fin de semana largo, tres días antes de la primera corrida bancaria que llevó la divisa norteamericana por primera vez por encima de los 23 pesos, viajó hasta Chapadmalal para participar del torneo de golf que juega con sus amigos desde hace más de dos décadas. Fue en el country Marayui, a veinte minutos de Mar del Plata: quedó fuera de competencia en las primeras instancias.
El jueves pasado, la tarde en la que el dólar alcanzó hasta ese momento su máxima escalada, desde el Gobierno se encolerizaron con algunos canales de TV que mostraron con insistencia las imágenes del helicóptero presidencial que trasladaba al Presidente hacia Olivos. Esta tarde, tras la oficialización del "inicio" de las conversaciones con el FMI, Macri se fue por tierra a la quinta de Olivos. A bordo de su camioneta. Por cuestiones climáticas.