Aumento de tarifas: Macri buscará un acuerdo con gobernadores del PJ para evitar el costo de un veto

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El jefe de gabinete Marcos Peña cristalizó ayer lo que será la estrategia del Gobierno ante el incremento de tarifas de servicios: Mauricio Macri está decidido a avanzar a toda costa con una de las herramientas centrales de su plan de gobierno aunque ello implique el costo político de tener que vetar una ley del Congreso.

Pero antes de esa movida de alto calibre, la Casa Rosada pondrá en marcha toda su maquinaria política para frenar la embestida opositora en Diputados o en el Senado. No solo ello. Macri y todo su equipo hablarán con todos los gobernadores para convencerlos de que no será una buena señal al mundo modificar el rumbo de las políticas trazadas y que esto implicará un serio retroceso.

"El veto es la última instancia. Antes hay herramientas y alternativas parlamentarias para evitar el veto", dijo anoche a Infobae un encumbrado funcionario del Gobierno.

La advertencia de Macri llegará a manos de los gobernadores en los próximos días. El presidente enviará a los mandatarios un informe interno que revela el impacto real de no aplicar aumento de tarifas y que el Gobierno usará como bálsamo: el costo fiscal de frenar los aumentos será de unos 225.000 millones de pesos al año. Y esto lo pagarán tarde o temprano los gobernadores.

El presidente se reunirá hoy a la mañana con su gabinete y con las espadas parlamentarias de Cambiemos para pulir sus próximos pasos. Macri advirtió por medio de Peña que el veto es una instancia que no descarta. Lo adelantó ayer el jefe de gabinete cuando sus diputados le informaban que la oposición lograría los votos necesarios en el plenario de comisiones para emitir el dictamen que frena el último aumento de tarifas y pone en jaque toda la ingeniería fiscal que puso en marcha el ministro de Energía, Juan José Aranguren.

El plan opositor de ir al recinto y aprobar con una mayoría simple el dictamen aprobado ya está en marcha y el anuncio de veto presidencial fue un anticipo concreto. Se trata, a simple vista, de dos trenes a punto de colisionar.

Sin embargo, no todo parece tan lineal en el mundo macrista. El Gobierno en su conjunto cree que aún hay resquicios para negociar con los gobernadores y con el Senado antes de recurrir al veto.

En el mensaje de Peña se descifra esa estrategia plagada de optimismo oficial.

"Hay un Presupuesto votado y ese margen no lo podemos correr", dijo el jefe de gabinete a modo de advertencia para adelantar la posibilidad de un veto. Pero a renglón seguido, añadió: "No es una propuesta racional (el proyecto opositor de desterrar de plano los aumentos de tarifas), creemos que la mayoría de los gobernadores lo saben", dijo el jefe de gabinete.

En el mensaje de Peña se esconde la estrategia que ya comenzaron a rodar desde el Ministerio del Interior: empezaron a telefonear a cada gobernador con la esperanza de modificar voluntades legislativas. Aunque esto no lo reconocerá abiertamente la Casa Rosada.

Marcos Peña fue más directo: "Ya hemos hablado con varios gobernadores que han actuado de manera muy responsable en todo este tiempo, por eso dolería mucho que sus diputados voten para volver a las tarifas de dos años atrás".

Se refería así a las conversaciones que ya mantuvo el Poder Ejecutivo con gobernadores peronistas como Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Manzur (Tucumán) y Juan Schiaretti (Córdoba). También Macri piensa en mandatarios dialoguistas como Gustavo Bordet de Entre Ríos, Miguel Lifschitz de Santa Fe o Sergio Uñac de San Juan.

¿Por qué Macri salió a alentar eventuales acuerdos con los gobernadores del PJ?

Miguel Pichetto,, Juan Schiaretti y Pablo Kosiner
Miguel Pichetto,, Juan Schiaretti y Pablo Kosiner

Las declaraciones públicas de alguno de ellos entusiasmaron al Presidente.
Schiaretti, por ejemplo, dijo que "la fijación de las tarifas de generación de energía eléctrica y de gas natural es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional". Esto fue leído por la Casa Rosada como un reto hacia los diputados opositores que ayer desconcertaron al presidente con la aprobación de un dictamen de eliminación de los últimos aumentos de tarifas.

Urtubey también alentó un apoyo a Macri cuando dijo que "es un disparate pretender congelar o retrotraer las tarifas, es un disparate total".

Sin embargo, el optimismo del Gobierno no duró demasiado. Desde Diputados Emilio Monzó, Mario Negri y Nicolás Massot alertaron a coro al presidente: "No hay que fiarse de los gobernadores que tienen un discurso para la Casa Rosada, otro para el PJ y uno más para sus provincias", dijo a Infobae un destacado diputado de Cambiemos que deslizó al Gobierno ese mismo mensaje.

La señal de los legisladores oficialistas tiene cierto sustento. Muchos de los diputados que están con Schiaretti o Urtubey ayer avalaron el dictamen de la oposición contra los aumentos de tarifas.

Todo indica que en el recinto habrá mayoría cómoda de la oposición para aprobar el dictamen y girar el proyecto al Senado. Por ello, en la estrategia de Cambiemos se buscará ganar tiempo: cuestionar la firma del dictamen o alargar la sesión.

Si el oficialismo fracasa en Diputados a Macri le quedará aún la carta en el Senado donde cree que la presión de los gobernadores será irreversible. Pero qué seguridad tiene el presidente de que Miguel Pichetto, el ordenador de las mayorías en la Cámara alta por excelencia, terminará votando en contra de la voluntad del PJ cuando se empiezan a tejer acuerdos electorales visibles con Florencio Randazzo, Urtubey y Massa.

En este escenario de preludios en Diputados y el Senado la última carta que jugará Macri será la del veto a la ley. El presidente ya vetó varias leyes desde que llegó al poder. La más costosa en términos políticos fue la eliminación de la ley antidespidos en mayo de 2016. La oposición había emitido la emergencia ocupacional que establecía la prohibición de los despidos por 180 días y que Macri desterró de un plumazo. También vetó la ley de doble jubilación mínima para ex combatientes de Malvinas o la vuelta al salario mínimo profesional.

Sin embargo, la disyuntiva de Macri ahora aparece como inevitable: sabe que correrá con un alto costo político en la clase media y baja si veta un freno a los aumentos de tarifas. Pero también sabe que no impedir ese avance de la oposición implicará resignar uno de los ejes centrales de su gobierno y dejar que el PJ le maneje el poder. Nada de ello permitirá Macri. De allí que busca fijar una estrategia muy premeditada y sustentada en acuerdos.

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