"Mañana a las 10 de la mañana, cuando se abran los sobres de las ofertas por la búsqueda del submarino, la noticia será que mi empresa (SEA) no será adjudicada". El que lo afirma de manera contundente en una entrevista con Infobae es el capitán Hugo Marino, el experto en búsquedas de naves y aviones perdidos bajo el agua a través tecnología AUV, por sus siglas en ingles Autonomous Underwater Vehicle. Es el mismo que les aseguró a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan desparecidos desde el 15 de noviembre: "Tengan fe que el submarino se va a encontrar. No estoy en esto por dinero, es una razón humanitaria. Yo voy a encontrar el submarino en un plazo de 100 días".
Ahora, el CEO de la firma SEA Sistemas Electrónicos y asesor comercial de la empresa noruega Kongsberg, se queja porque el ministerio de Defensa, después que Oscar Aguad se presentó ante la Comisión Bicameral encargada de investigar la desaparición y la búsqueda del buque de guerra, "cambio las condiciones del pliego que veníamos hablando y eso hará que yo quede afuera".
-¿A qué adjudica ese cambio? ¿Cree que se modificaron las condiciones para beneficiar a alguna empresa amiga del gobierno?, le preguntó Infobae.
-Sería irresponsable de mi parte decir eso. Pero sé que el gobierno argentino tiene muy buen diálogo con la empresa Ocean Infinity (de capitales norteamericanos). Ellos tienen ocho vehículos no tripulados, yo solo uno. Lo cierto es que yo solicité varias cosas, que eran las que estábamos consensuando con el ministerio de Defensa hasta que Aguad se presentó en el Congreso y ahora me dijeron que no. Mire, yo le prometí a los familiares que tengo la tecnología y la experiencia para encontrar al submarino. La empresa SEA tiene el cien por cien de efectividad. Las otras empresas del mercado no pueden decir lo mismo.
De nacionalidad venezolano y radicado en Miami desde hace ocho años, Marino está desde el fin de semana en Buenos Aires a la espera de la apertura de los sobres, al igual que los familiares de los tripulantes del ARA San Juan.
Su nombre volvió a ganar fuerza cuando un grupo de ellos, y en el marco de la Bicameral, le exigieron a Aguad que acelerara la contratación directa, y la adjudicación a Marino para la búsqueda del submarino perdido.
El ministro les dijo -y cumplió- y que se realizaría el proceso de adjudicación directa, pero abierta, no cerrada y dirigida solo a SEA, como se le exigía.
Según fuentes del ministerio de Defensa, hasta el día de hoy, 12 firmas bajaron el pliego de condiciones. Y que se conozca porque lo hicieron público, al menos dos, SEA y Ocean Infinity, se presentaron seguro.
La oferta de Marino parecía muy tentadora, su presupuesto era de 3,8 millones de dólares a cobrar sólo si encontraba al ARA San Juan.
A cambio solicitaba el 10% por adelantado para trasportar los contenedores y un buque de la Armada Argentina para colocar su equipo AUV.
Desde Defensa, ya le dijeron "no" a esos dos requerimientos. El pliego no contempla adelanto de dinero. En cambio, se abonarán casi nueve millones de dólares a la empresa adjudicataria sin importar los resultados.
El pliego, que tiene dos renglones y que se puede ofertar ambos o por separado, tampoco tiene previsto poner a disposición un buque.
El venezolano no tiene barco de transporte para colocar la unidad de búsqueda no tripulada.
Cuando surgió este inconveniente, los mismos familiares le dijeron a Aguad que el ARA Austral cumplía con los requisitos que necesitaba Marino.
El ministro les respondió que eso era imposible porque la nave "está en reparaciones" y no puede salir a navegar.
Según trascendió, Ocean Infinity, habría presentado un presupuesto de unos siete millones de dólares, sin embargo, esto no fue confirmado por las dos altas fuentes ministeriales consultadas por Infobae.
En cambio, recordaron que esa firma ya participó de la búsqueda del ARA San Juan, al facilitar una unidad AUV, que popularmente se denominó "robot", a la armada de los Estados Unidos.
Según el CEO de Sistemas Electrónicas Acuáticos estos no son los únicos "cambios que se hicieron en el pliego y que van en contra de lo que veníamos hablando de manera muy fluida y de entendimiento con el gobierno argentino".
Marino había hablado de buscar al submarino en un área que comprendía 1.600 millas náuticas cuadradas. En cambio, el pliego abarca una superficie mucho mayor, y que es de 3.355 millas náuticas cuadradas.
"El área original que habíamos acordado, se podía explorar tranquilamente en cien días, como se solicita en el pliego, ahora es casi el doble y difícilmente se puede hacer en ese lapso con una sola unidad de tecnología AUV".
Este punto, según Marino también favorece a la empresa Ocean Infinity. "Ellos, con ocho unidades AUV pueden rastrear esa superficie en siete días".
-¿Y por todo esto usted se ve afuera?
-Sí. Pero aquí lo importante es encontrar el submarino para saber por qué se hundió. Si Ocean Infinity, lo hace en siete días, mucho mejor para los familiares. Si es así yo me corro.
-Supongo que todos los que ofertaron, también lo hacen por los millones que se les pagará.
-Yo trabajaba al costo y pensando en las familias de los tripulantes no en el dinero. Varias de las empresas que bajaron el pliego de licitación, me ofrecieron subcontratarme e ir al cincuenta por ciento con el pago del gobierno argentino. Les dije que no.
Enterada de los cambios en algunas condiciones del pliego, la senadora por Río Negro, Magdalena Odarda, le exigió "transparencia" al jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su última presentación en la Cámara Alta.
Peña respondió que la licitación estaba a cargo de Defensa.
Desde el ministerio de Defensa, le aseguraron a Infobae que no existen favoritismos empresariales; que se siguieron las normas de contratación del Estado, y que son falsas y mal intencionadas las versiones que sugieren que no se quiere encontrar al submarino por temor a descubrirse que este fue hundido por un submarino nuclear británico, tal como ayer sugirió en Canal 26 Valeria Carreras, una de las abogadas querellantes en la causa que en Caleta Olivia instruye la jueza federal Marta Yañez y que intenta descubrir las razones de su desaparición.
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