Aunque se creó como un símbolo de la unidad obrera, el "Día Internacional de los trabajadores" se convertirá en una jornada en la que reaparecerán las divisiones al interior del sindicalismo, con actos y actividades por separado.
Con la crisis interna a cuestas, la Confederación General del Trabajo (CGT) realizará este martes, en pleno feriado, un acto conmemorativo junto a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. A contramano de la tradición peronista de la central sindical, la celebración tendrá un tono internacionalista, en el que se espera un apoyo explícito al ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, detenido por la causa del tríplex de Guarujá.
Rousseff, quien fuera sucesora de Lula y luego destituida por el Parlamento brasileño por irregularidades en el manejo del presupuesto, está invitada a las 17 en el salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo 802, confirmaron fuentes gremiales a Infobae.
La ex jefa de Estado concurrirá a la cita en el marco de su visita a Buenos Aires, donde presentará a las 14.30 el libro "Lula: La verdad vencerá", en la Feria Internacional del Libro ubicada en el predio de La Rural, en el barrio porteño de Palermo. Estará acompañada por el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper y el ex gobernador de la Ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas. A lo largo de todo el día habrá actividades en el evento cultural bajo el eje "Lucha por la Democracia en Brasil – #ArgentinaConLula".
Detrás de los preparativos de la actividad en la CGT está el triunviro y secretario general de Sanidad, Héctor Daer, uno de los aspirantes a conducir en soledad la nueva CGT, tras el terremoto interno que generó la reforma previsional en diciembre pasado. Daer ya había viajado a Brasil para solidarizarse con Lula. El jefe cegetista desembarcó en San Pablo cuando el Supremo Tribunal brasileño rechazó su pedido de hábeas corpus y era inminente la orden de detención del juez Sergio Moro.
Desde que ganó las elecciones por primera vez en 2002, más de un dirigente sindical se entusiasmó con la idea de que un obrero llegue a la cima del poder político. Lula cuenta con un mito personal envidiable. Originario de un hogar pobre, llegó a la jefatura del neurálgico sindicato metalúrgico ABC y estuvo preso en 1980 tras enfrentar la dictadura militar instaurada por el general Castelo Branco. Desde allí, fundó el Partido dos Trabalhadores, el instrumento político y electoral con el que obtuvo la Presidencia y cambió la historia de Brasil.
Camioneros, otra vez con las CTA
Uno de los que más hizo esfuerzos en convertirse en "el Lula argentino" fue el jefe camionero Hugo Moyano. Sin el carisma de éste, pero con un recorrido gremial similar, el presidente de Independiente admitió más de una vez sus deseos de emular al brasileño. Como Lula, creó su propia agrupación, el hoy desdibujado Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo. Aquel intento naufragó sin pena ni gloria al igual que las aventuras políticas del sindicalista Víctor de Gennaro, fundador de la CTA.
Camioneros no será de la partida oficial con Dilma. El gremio conmemorará el 1 de mayo este viernes 27, en el microestadio de Ferrocarril Oeste, con un acto "unificado" junto a sus nuevos aliados de las dos CTA de Hugo Yasky y Pablo Miceli. Se espera que uno de los oradores sea Hugo Moyano y también que participen los movimientos sociales del "triunvirato piquetero", integrado por la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
La fecha, a tono con el perfil confrontativo de estos grupos, coincide con el aniversario del paro nacional que en 1979 impulsó el sindicalista cervecero Saúl Ubaldini contra la dictadura militar.
Hugo Moyano se distanció del triunvirato la CGT, encabezado por Héctor Daer, el portuario Juan Carlos Schmid y el estacionero Carlos Acuña, en rechazo a las reformas previsional y laboral que impulsó el Gobierno nacional el año pasado, con el aval de sectores sindicales y del peronismo. La fractura quedó en evidencia cuando se quiso llevar adelante una huelga general, de la que se bajó un actor clave como la UTA de Roberto Fernández, entre otros sectores del movimiento obrero de los "gordos" e "independientes".
En el marco de esta crisis, Pablo Moyano renunció el mes pasado a su cargo de secretario gremial para manifestar su disconformidad con sus compañeros de ruta por adoptar una estrategia "dialoguista" con el Gobierno. Pero las contrariedades de Camioneros obedecen también a otros motivos -sobre los que sospechan que está detrás la Casa Rosada-, como las denuncias judiciales o el conflicto por la empresa postal OCA.
La futura CGT
En el medio de la parálisis institucional, los gremios mayoritarios de la CGT dudan en avanzar hacia una nueva conducción pese a las resistencias de los sectores díscolos.
Además de Camioneros, se oponen a la hegemonía de los "dialoguistas" el gastronómico Luis Barrionuevo – que está empoderado en su flamante rol de interventor del PJ- y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), que encabeza el bancario Sergio Palazzo. Otro sector que planteó reparos y no se deja acaudillar con facilidad es la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), de Antonio Caló.
Desde los grupos sindicales más afines a Cambiemos admitieron que los últimos movimientos de Barrionuevo introdujeron un ruido extra en el rearmado de la CGT. El gastronómico, de hecho, es cercano a algunos ex dirigentes de "Las 62 Organizaciones", el brazo político-gremial oficialista y que condujo hasta su muerte el difunto ex jefe de la Uatre, Gerónimo "Momo" Venegas. Aliado de Hugo Moyano, Barrionuevo apuesta a influir en ese sector, aunque desde "Las 62" oficial advirtieron que resistirán toda maniobra que tienda a la división.
Desde la otra vereda sindical, Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, deslizó que en el microestadio Ferro se anunciará una "acción que nos unifique" en rechazo a las medidas económicas del Gobierno nacional y contra el techo de las paritarias. En ese llamado, aprovechó a cuestionar a los jefes sindicales "que duermen en la misma cama que el Gobierno". El mensaje, por supuesto, está destinado a quienes se juntarán el próximo martes con Dilma Rousseff.
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