"Nosotros creemos que tenemos que ser considerados como parte indisoluble de Cambiemos".
Alfredo Cornejo daba su visión de las dos reuniones que un rato antes había mantenido con la cúpula del Poder Ejecutivo mientras Juan José Aranguren dejaba la Casa Rosada, cerca de las 2 de la tarde. Una semana atrás, el gobernador de Mendoza había criticado al ministro de Energía con inesperada dureza. "Le ha hecho meter la pata a este Gobierno", le dedicó.
Cornejo y Aranguren estuvieron cara a cara durante un buen rato en las dos reuniones en las que participaron este mediodía. La primera junto a Mauricio Macri, Marcos Peña y un puñado de funcionarios. El titular del comité nacional de la UCR presentó sus objeciones y la propuesta del radicalismo para mitigar el impacto de los aumentos en las tarifas del gas, que fue aceptada en parte por el Ejecutivo.
A la segunda se sumaron los referentes parlamentarios de los bloques que conforman Cambiemos: Mario Negri, Nicolás Massot, Juan Manuel López -en representación de Elisa Carrió-, Emilio Monzó y Federico Pinedo. Evitaron las rispideces. Aranguren contestó todas las inquietudes. Y delinearon el documento que leyeron a los medios después del encuentro, anclado en los cambios en la facturación y en la revisión de la tarifa social.
La cumbre de este jueves sirvió -por ahora- para aquietar las aguas internas de Cambiemos. Macri ratificó su política energética y los aumentos en las tarifas de gas: no habrá marcha atrás, solo un "recalculando", cómo planteó Massot.
Carrió jugó a fondo -este miércoles estaba fascinada con el mote de "doble agente" que le colocaron en un medio- para instalar el debate hacia adentro de la coalición de gobierno y le arrebató el reclamo a la oposición. Entrada la tarde, se mostró satisfecha con el encuentro y pidió seguir el tema de cerca. El radicalismo se sentó en la mesa de decisiones a costa de un reclamo legítimo y de una creciente demanda social. Y el Gobierno terminó de entender la nueva composición del Congreso.
El dilema más inquietante está atado al humor social y las repercusiones de las modificaciones en la facturación de los servicios. El Gobierno, al menos, ganó tiempo.
El anuncio oficial de este jueves al mediodía arrastra, en ese sentido, una señal política más profunda orientada a evitar al Parlamento. "Está dentro de la competencia del Poder Ejecutivo", explicó Negri después de la reunión. "No es el Parlamento el lugar para estas cosas", agregó luego Cornejo.
La sesión especial convocada ayer por la oposición naufragó solo por un par de votos. El éxito de las medidas consensuadas este mediodía dependerá en buena medida del canal de diálogo que las cabezas del Poder Ejecutivo y los principales líderes parlamentarios de Cambiemos mantengan con los gobernadores y los jefes de los bloques opositores. Los aumentos de tarifas y la política energética del Gobierno están dentro del temario que los senadores le enviaron al jefe de Gabinete hace 10 días y que Peña deberá defender el próximo miércoles en la Cámara alta.
La reunión de ayer desnudó además las urgencias de Cornejo y las diferencias entre su rol y el de José Corral, que nunca alzó la voz. "Corral jugaba solo para Corral", clarificó un dirigente que estuvo hoy en las reuniones.
Al gobernador mendocino lo corren las internas provinciales. En Casa Rosada descuentan que parte del fastidio expresado en los últimos días por el dirigente tiene que ver, en buena medida, con su sucesión. Cornejo no tiene reelección. Y la figura de Julio Cobos le pisa los talones.
Hay, en esa línea, una relación de tira y afloje entre el PRO y el radicalismo. El ministro Rogelio Frigerio visitó ayer al gobernador Gerardo Morales. Ayer hizo lo propio con Gustavo Valdés, de Corrientes. Son dos de los tres mandatarios de la UCR.
Carlos Grosso, uno de los consejeros externos más escuchados por el Presidente -le escribe a Macri casi todas las noches por correo electrónico-, alertó hace algunos días sobre el peso del radicalismo en la alianza oficialista. Enumeró las provincias gobernadas por el PRO -la ciudad y la provincia de Buenos Aires- y las radicales -Mendoza, Jujuy y Corrientes-. Y dijo, en charlas privadas con dirigentes, que en el 2019 el número de provincias lideradas por la UCR podría crecer -Santa Cruz, por ejemplo- igual que la cantidad de concejales en todo el país.
Abundó en que había que prestarle mucha atención a los movimientos del radicalismo. Grosso sorprendió en ese sentido con un elogio a Enrique Nosiglia, uno de los principales armadores de la UCR: lo comparó con Pep Guardiola, el talentoso técnico del Manchester City.
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