No habrá, al menos por ahora, foto grupal con todos los gobernadores. En la Casa Rosada están convencidos de que el inicio de la segunda mitad del mandato de Mauricio Macri y la campaña presidencial que se avecina son dos incentivos para que los jefes provinciales empiecen a ponerse mucho más revoltosos de lo que fueron hasta ahora.
Con esa radiografía, juntar a todos -razonan desde el oficialismo- no es conveniente. Es el argumento que esgrimen en el Gobierno para explicar la ronda de encuentros que el jefe de Estado mantendrá a partir de hoy, y por separado, con los gobernadores, a los que convocará por región. Con la mira fija en las elecciones del próximo año en las que Macri buscará ser reelecto. El principal objetivo macrista.
Según confirmó ayer a última hora la Casa Rosada, el Presidente se reunirá esta tarde -acompañado de un puñado de ministros en Puerto Iguazú, Misiones-, con el anfitrión, Hugo Passalacqua, y sus pares Gustavo Valdés, Gildo Insfrán y Domingo Peppo, de Corrientes, Formosa y Chaco, respectivamente. Los encuentros serán por separado.
La primera parada de una serie de reuniones con el resto de los mandatarios de otras regiones. Hasta ayer, Macri no tenía previsto regresar a la ciudad de Buenos Aires: el viernes tiene agendada una visita a Resistencia.
La seguidilla de encuentros previstos por el Gobierno se da en medio del todavía incierto intento del peronismo por reconvertirse e impulsar algún candidato en condiciones de darle pelea al oficialismo. El problema de los gobernadores es el mismo de estos últimos dos años: la vigencia de un sector del PJ aún alineado detrás del kirchnerismo. En especial en la provincia de Buenos Aires.
El Gobierno, por el contrario, ya definió puertas adentro que Macri va a pelear por la reelección. Pero a diferencia del año pasado, el macrismo sigue con atención el termómetro social y político en el interior del país para delinear la estrategia electoral del 2019. En las últimas legislativas, la figura del jefe de Estado fue esencial para triunfos en provincias como Córdoba, Salta o Santa Fe. En algunas de ellas, cambió el escenario.
En Casa Rosada se empiezan a convencer de que el año que viene el panorama podría ser otro. En parte por el desgaste de la gestión, traducido en la magra situación económica y social y en los tropiezos de algunos funcionarios.
En ese sentido, hay distritos en los que el oficialismo aún no logra hacer pie, como Santiago del Estero, Misiones, Formosa, Río Negro o San Juan, provincias dominadas por gobernadores del PJ de alta consideración social.
En San Juan, por ejemplo, la figura de Sergio Uñac desluce las posibilidades del diputado Eduardo Cáceres, el referente provincial de Cambiemos. Sergio Whisky, otro de los integrantes del bloque oficial de la Cámara baja, tampoco termina de levantar en Río Negro. En Tucumán hay exceso de internas.
En Santiago del Estero, el Gobierno está acéfalo. El año pasado hubo un ofrecimiento formal a Margarita Barrientos para presentarla como candidata a gobernadora. Rechazó la invitación. En las últimas semanas, la dirigente social se mostró mucho más abierta a ingresar formalmente a la política partidaria.
Con excepción de los distritos gobernadores por Cambiemos, que van a unificar el calendario electoral -Horacio Rodríguez Larreta debe primero modificar la ley vigente-, el resto de las provincias tiene previsto por ahora desdoblar el cronograma de elecciones.
Es producto de la dispersión del PJ. El Gobierno ambiciona con un escenario opositor del peronismo partido al menos en dos. Un candidato K y otro que represente a los gobernadores, o a una buena parte de ellos, como Juan Manuel Urtubey. La última reunión del peronismo K en San Luis, vaciada de mandatarios, fue un anticipo.
En la provincia de Buenos Aires, la apuesta volverá a ser por María Eugenia Vidal, la dirigente más popular de Cambiemos. El Gobierno trabaja desde ahora en localidades del Conurbano bonaerense que le podría arrebatar al PJ, como San Martín, Escobar, Esteban Echeverría, Hurlingham o Avellaneda. Algunas con más dificultades que otras. Jaime Durán Barba, el principal estratega comunicacional de Macri, y sus socios ya están abocados a esos distritos.
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