Aunque nadie quiere hablar públicamente de elecciones, el PRO trabaja bajo el presupuesto de que el año que viene podría duplicar la cantidad de gobernaciones que actualmente gestiona Cambiemos, es decir, pasar de las cinco que hoy conduce a 10, incluso a 12. El cálculo está realizado en función del resultado de las legislativas, cuando obtuvo victorias en 12 distritos, y perdió por décimas en otros cuatro. En efecto, Cambiemos ganó en octubre pasado donde gobierna (provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza, Jujuy y Corrientes) y en Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Salta, Santa Cruz y Santa Fe. Y perdió por pocos votos en Chubut, La Pampa, La Rioja y Tierra del Fuego.
La imagen del Presidente se mantiene alta en el interior del país y es probable que así continúe el año próximo. Por eso, los gobernadores peronistas -los que perdieron pero también los que ganaron- muy probablemente buscarán desdoblar las elecciones provinciales para evitar que la boleta nacional de Cambiemos traccione a sus candidatos locales.
"Duplicar las victorias provinciales es un cálculo moderado, no optimista, diría que es el piso de lo que esperamos", se confió un hombre de la mesa chica de la estrategia electoral nacional del PRO. Y, en diálogo con Infobae, ordenó las prioridades 2019 para el oficialismo:
– Primero, garantizar la reelección de Mauricio Macri.
– Segundo, alcanzar la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados y mejorar la representación en la Cámara de Senadores.
– Tercero, ganar la mayor cantidad de provincias posibles.
– Cuarto, ganar la mayor cantidad de intendencias del conurbano posibles.
Por cierto, no se trata de una estrategia muy distinta a la que tuvo el PRO en 2015, cuando sorprendió con una victoria que no estaba en los planes de la política tradicional. La prioridad, por entonces, también era llegar a la Presidencia, y las estrategias locales se acomodaban a ese objetivo central, para disgusto de muchos jefes distritales, que se quejaban porque no tuvieron el respaldo suficiente para las elecciones.
Con una frialdad notable, el PRO mandaba sus propios equipos de encuestadores a cada provincia, esos resultados eran analizados por la mesa nacional, donde se tomaban las decisiones de si valía gastar tiempo y esfuerzo en respaldar a sus propios candidatos. Muchas veces tuvieron razón y otras se equivocaron, pero aun en el medio de incontables tensiones lograron el objetivo, llevar a Macri a la Casa Rosada.
El PRO no va a cambiar el sistema que ya le dio resultados, solo irá perfeccionándolo para las próximas elecciones de 2019, con la ventaja que le brinda ahora manejar los hilos del Gobierno nacional. Las decisiones seguirán siendo centralizadas, aunque cada vez están más obligados a invertir tiempo para consensuar hacia adentro de Cambiemos a la hora de definir las estrategias provinciales, ya que el radicalismo tiene aspiraciones territoriales en buena parte de ellas.
Hay casos definitivamente complejos, como Santa Fe, donde Cambiemos está en condiciones de ganar la gobernación. El contendiente principal no sería el socialismo, que apenas llegó al 14,63 % de los votos, sino el peronismo unido, que alcanzó el 25,85%. Cambiemos, por su lado, llegó al 37,78%. La situación pareciera holgada, pero para ganar necesitarán por lo menos no dividirse entre la UCR, que propondría de candidato a José Corral, y el PRO, que propondría a Luciano Laspina. En principio, habría PASO entre ambos, aunque es demasiado pronto para decidirlo. Por lo que se sabe, la convivencia no es perfecta.
Otro caso difícil es el de La Rioja, donde Cambiemos logró ganar por unos pocos votos. El pase del intendente de la capital riojana, el peronista Alberto Paredes, a Cambiemos, fue decisivo y por eso se considera con derecho a ser el candidato a gobernador. Obviamente, el radical Julio Martínez, que entró como senador nacional, no piensa lo mismo. Y pretende que no haya PASO para definir el candidato que representará al oficialismo.
Son dos provincias con peso electoral muy distintos a la hora de sumar votos para la candidatura presidencial de Macri, que es el primer objetivo de la estrategia. Pero, como se dijo más arriba, el segundo objetivo es lograr mayoría parlamentaria, por lo menos en Diputados, donde hoy están a 21 legisladores para tener quórum propio. En Senado, en cambio, la ecuación parece más difícil, ya que hoy están a 12 bancas de la mayoría, y solo se eligen senadores en un tercio de las provincias.
A la hora de ordenar la estrategia para el objetivo principal, Macri ya acordó con Enrique "Coti" Nosiglia la constitución de Cambiemos en el distrito Capital, el único donde aún no se había conformado. Este trascendido fue confirmado por la fuente con la que habló Infobae, que también adelantó que están dadas las condiciones para elegir al candidato a Jefe de Gobierno en Cambiemos a través de PASO. "Ellos mismos se ordenaron: Martín Lousteau, que era el que lo reclamaba, se afilió al radicalismo, así que ahora se fijarán nuevas reglas de juego consensuadas entre todos, lo que incluye a los demás partidos de la coalición" oficialista en Capital, se explicó.
Por supuesto que esta inclusión de la UCR porteña para la conformación de Cambiemos tampoco será un camino de rosas. Ya Lousteau hizo públicas sus críticas a Horacio Rodríguez Larreta, a quien acusa de comprar dirigentes que eran de su espacio. En el Gobierno creen que Macri se ocupará de limar las asperezas. "Hay tiempo", aseguran.
En cuanto al conurbano, ese territorio cada vez menos inhóspito para el PRO, al que ingresa con obras de infraestructura, metrobuses, combate contra el narcotráfico, urbanización de barrios carenciados y hasta con comisarías que se instalarán en las villas más violentas, la estrategia ya está clara.
Después de dos años de contención de la pobreza, a partir del aumento de planes sociales administrados por los movimientos sociales, se empezó a ejecutar una transición con mayor presencia permanente del Estado y menos presupuesto para las cooperativas de trabajo, casi todas vinculadas a distintas experiencias políticas, obviamente opositoras al Gobierno.
Por ejemplo, a los operativos móviles que El Estado en tu Barrio realiza en el conurbano y otros distritos humildes de todo el país, la semana pasada el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense inició una prueba de operativo permanente en Puerta de Hierro de La Matanza y en Villa Itatí de Quilmes, dos de los barrios más populosos y conflictivos de esos distritos. Así, de martes a viernes, de 9 a 14, trámites en el ANSES, para sacar DNI o SUBE, para anotarse en la tarifa social, o realizar algún registro en cualquier otra oferta de programa podrá realizarse en la misma dirección, ubicada adentro del barrio. En el caso de Villa Itatí, además, se instaló un trailer especial para concretar la terminalidad educativa, que permitirá acceder a ofertas laborales.
Algo similar empezará a ejecutarse con la instalación de comisarías en barrios vulnerables del conurbano. Es un asunto del que todavía no se quieren adelantar detalles, porque es una experiencia que nunca se realizó en la Argentina, y que no está exenta de complejidades. La llevará adelante la Policía Bonaerense, una fuerza de seguridad que aún no saldó sus gravísimos problemas de transparencia. Pero el plan está en marcha, verá la luz este año 2018, y es monitoreado en forma personal por Cristian Ritondo, a pedido de la gobernadora.
"Por si a alguien le quedaba alguna duda, vinimos para quedarnos", concluyó la fuente principal de esta nota. Ahora resta ver qué hace el peronismo para recuperar competitividad electoral. ¿Será exitoso en obligar a Cambiemos a una segunda vuelta electoral? ¿Encontrará el candidato que logre ese prodigio? ¿Los gobernadores que desdoblaron la elección para evitar ser arrasados por la fuerza de la candidatura de Macri, jugarán con la suficiente convicción en una elección nacional para el candidato peronista? Todo es posible cuando las cartas todavía no están echadas.