Elisa Carrió ya avisó en la reunión que mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta y la cúpula del macrismo porteño hace dos semanas que va a apoyar otra vez la candidatura del jefe de Gobierno porteño, en este caso su reelección.
Rodríguez Larreta aprovechó el encuentro para ratificarle a Diego Santilli que la prioridad será de él en caso de que quiera volver a acompañarlo en la fórmula, un dilema que el dirigente peronista arrastra desde hace tiempo. Si acepta la invitación, su histórico deseo de alcanzar la jefatura porteña se desvanecería en ese instante.
La duda por el binomio que el macrismo presentará en las elecciones es solo una de las inquietudes de la estrategia electoral que Cambiemos busca unificar para el año próximo.
Tras el quiebre entre un sector del radicalismo y el PRO por la candidatura de Martín Lousteau, en el 2015, el macrismo tuvo que inventar el sello "Vamos Juntos" para competir en la ciudad de Buenos Aires. Fue el único distrito del país en los que la alianza de centro derecha que lidera Mauricio Macri no se presentó bajo el nombre de "Cambiemos".
Según altas fuentes partidarias, el oficialismo quiere utilizar en el 2019 el mismo sello en todo el país. Para eso, el macrismo avanza en negociaciones en la Ciudad para volver a conformar un frente con el radicalismo a nivel orgánico. Si bien restan muchos meses para el inicio formal de la campaña, hay negociaciones que ya empezaron a tomar forma.
La vuelta del radicalismo dentro del partido de gobierno en el ámbito porteño plantea algunas dudas. La primera en torno a la figura de Martín Lousteau. ¿Querrá ir a una interna con Rodríguez Larreta, como había barajado tras su vuelta de Estados Unidos? La segunda ubica a Carrió en el centro de la escena: ¿Aceptaría compartir espacio con Enrique Nosiglia? Con altibajos, "El Coti" mantiene una buena relación con Macri y varios de sus principales colaboradores. Daniel Angelici es uno de ellos.
El mes pasado, el legislador Roy Cortina, jefe de campaña de Lousteau en el 2015, le dijo al diario Clarín que había sido un "error" del ex embajador afiliarse a la UCR y que debería ocupar la vacante que hay de la centroizquierda a nivel nacional. Música para los oídos de Rodríguez Larreta, que esta semana subirá a Cortina a un avión junto a otros tres legisladores del oficialismo en una gira oficial por países nórdicos.
A diferencia de un pelotón enorme de provincias peronistas, que según los cálculos de la Casa Rosada se inclinarán por un calendario electoral desdoblado, el macrismo planea unificar fechas en los distritos en los que gobierna, es decir, la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Mendoza y Jujuy. Distinto es el caso de Corrientes, que tiene otro cronograma.
La fijación de la fecha de las elecciones es potestad de las provincias. La ciudad de Buenos Aires también tiene esa facultad, con una salvedad: los comicios locales no pueden ser el mismo día de los nacionales. Rodríguez Larreta planea solucionar ese problema con la votación del nuevo Código Electoral, que planea volver a mandar a la Legislatura en las próximas semanas porque ya perdió estado parlamentario.
El Código, que subsanaría ese escollo y dejaría a la Ciudad en la misma posición que el resto de las provincias, incluye un capítulo dedicado al financiamiento, uno de los puntos oscuros del macrismo. La Casa Rosada busca reglamentar una nueva ley de recaudación de campañas: el proyecto de ley nacional entraría al Congreso en el segundo semestre.
Aunque suene lejano, Jaime Durán Barba, uno de los principales cráneos del Gobierno, trabaja desde hace tiempo en la estrategia electoral de Cambiemos del 2019. Ya adelantó que le agradaría volver a repetir la fórmula del 2015. Pero que si Gabriela Michetti no es la elegida, el acompañante de Macri debería ser sí o sí una mujer.
Entre otras pasiones, Durán Barba es un fanático de las mujeres. La fórmula porteña podría tener incluso una figura femenina si es que Santilli rechaza el ofrecimiento. Hay al menos dos ministras municipales que suenan para ese lugar. La agenda de género que sorprendentemente impulsa Macri hizo que Margarita Barrientos, la dirigente social que simpatiza con el Presidente, confesara sus ganas de lanzarse a la política partidaria: quiere ser candidata el próximo año en Santiago del Estero.