La postulación de Weinberg de Roca obliga a Rodríguez Larreta a ocupar la vacante del TSJ

Weinberg de Roca, la candidata de Macri para la Procuración (Nicolás Stulberg)

El anuncio de este miércoles por la tarde de Mauricio Macri sobre la postulación de Inés Mónica Weinberg de Roca al Ministerio Público Fiscal dio por finalizada la danza de candidatos para ese sillón, pero abrirá desde ahora una nueva negociación en torno a la vacante que Horacio Rodríguez Larreta deberá ocupar en el lugar que la jurista dejará en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), si es que finalmente es avalada por el Senado.

Weinberg de Roca, que conoció al Presidente en el gimnasio que ambos frecuentaban, llegó al TSJ en 2013, después de una reñida votación en la Legislatura porteña. El PRO consiguió a contrarreloj los 40 votos que le dieron luz verde, en mayo de ese año. Los memoriosos recuerdan que la jueza llamó uno por uno a un puñado de legisladores para convencerlos, aún cuando el mismísimo Daniel Angelici le había adelantado que su pliego pendía de un hilo. En el mundillo judicial se destaca la osadía política de la presidenta del tribunal de la Ciudad.

Ahora, el Gobierno deberá volver a activar los mecanismos para conseguir el aval del peronismo en la Cámara alta, que la Casa Rosada todavía esta lejos de obtener.

Larreta junto a Carrió, esta semana

En paralelo, el macrismo está obligado a reunir consensos con la oposición porteña. La salida de Weinberg de Roca deja al tribunal superior de la Ciudad con los cuatro miembros restantes: Ana María Conde -la actual vicepresidenta-, José Osvaldo Casás, Alicia Enriqueta Carmen Ruíz y Luis Franco Lozano.

Si bien antes de la llegada de Weinberg de Roca el TSJ estuvo cinco años sin ocupar dicha vacante, su postulación por parte de Macri coloca al tribunal en una situación al menos incómoda.

Es que el órgano está atravesado en los últimos meses por crecientes cortocircuitos desde que Lozano, de extracción peronista, perdió la presidencia, en diciembre pasado. Quedó virtualmente dividido en dos bandos: Conde y Casás por un lado –de buena sintonía con el macrismo porteño-, y Ruíz –cercana al kirchnerismo– y Lozano por el otro. Conde y Casás, para colmo, estarían en condiciones de jubilarse.

Una grieta insalvable, de acuerdo a fuentes de la Justicia porteña.

Según confiaron a este medio, el jefe de Gobierno porteño planea ocupar cuanto antes la vacante, si es que la jurista elegida por el Presidente para reemplazar a Eduardo Casal en la Procuración obtiene luz verde en el Senado.

A la entrada al Senado del pliego de la postulante a procuradora se suman las elecciones en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal el próximo mes y la renovación de los tres abogados que integran el Consejo de la Magistratura porteña. A mediados de año es el turno del Consejo de la Magistratura de Nación.

La Ciudad mostró en los últimos tiempos movimientos sorprendentes en materia judicial. Desde la pelea de Daniel Angelici -motorizada por su colaborador Sebastián De Stéfano- con Jorge Rizzo, ahora saldada mediante una tregua en las elecciones del colegio de abogados, hasta las tensiones internas en el Consejo de la Magistratura porteño.

Su presidenta, Marcela Basterra, del riñón de Rodríguez Larreta, deja el organismo a fin de año. Golpeada por desmanejos internos, la abogada ambiciona desde hace tiempo con mudarse al TSJ.

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