Abel Córdoba será el fiscal del juicio oral y público que lleve adelante el Tribunal Oral Federal 4 por la causa conocida como "la ruta del dinero K". Allí se juzgará a Lázaro Báez, empleado primero y socio de los Kirchner después, por una enorme maniobra de lavado de dinero.
El fiscal es el encargado de acusar a los imputados y su impulso es fundamental en los juicios. Córdoba tiene una reconocida militancia en el colectivo kirchnerista que desde la Casa Rosada durante los tiempos de Cristina Kirchner se impulsó en los tribunales: Justicia Legítima.
Las impulsoras de ese grupo fueron la ex procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó y la renunciante jueza de la Cámara de Casación María Laura Garrigós de Rébori.
Córdoba, que tendrá a su cargo la acusación en una de las causas más emblemáticas de la corrupción de los años kirchneristas, estuvo a cargo de la Procuración contra la Violencia Institucional (PROCUVIN) y luego pasó a ser fiscal ante los Tribunales Orales Federales. Está de turno con el Tribunal Oral Federal 4 que salió sorteado hoy para realizar el juicio por la ruta del dinero K.
Córdoba fue fiscal en varios juicios por delitos de lesa humanidad en los que fueron condenados represores. En uno de ellos, fueron condenados a perpetua varios represores del V Cuerpo del Ejército en la zona de Bahía Blanca.
Córdoba, junto a otros fiscales, fue galardonado en mayo de 2016 por la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad de La Plata, con el premio Rodolfo Walsh que le fue entregado en una "emotiva ceremonia" por la ultrakirchnerista Florencia Saintout en el " aula anfiteatrada" del edificio Néstor Carlos Kirchner.
Al entregarles el premio, los organizadores destacaron que los fiscales, entre los que se hallaba Córdoba, "realizaron una inmensa investigación acerca de la participación del multimedios bahiense La Nueva Provincia en la última dictadura cívico-militar. Entre los fundamentos del premio se destaca, además, la solicitud realizada por los fiscales del derecho a rectificación colectivo para las víctimas del genocidio; su incansable labor y compromiso con la verdad, la justicia, la memoria y la democracia como sostén fundamental de su práctica profesional".
"Este premio que se otorga en una universidad pública, en un edificio que lleva el nombre de Néstor Kirchner, no es neutral: es un abrazo con aquellos que luchan, con quienes han tomado posición del lado de los más débiles", había dicho entonces la decana Saintout, quien también había considerado que "es un honor que estos tres fiscales de la Patria hayan aceptado recibir esta distinción".
Uno de esos fiscales, Córdoba, tendrá que acusar a Báez -preso desde 2016-, sus familiares y otros imputados en una maniobra millonaria de lavado de dinero obtenido a partir de los negocios con el Estado que – súbitamente- comenzó a hacer el empresario santacruceño en 2003 cuando su amigo Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada.
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