Ningún país está exento de la amenaza yihadista, personas o grupos vinculados al terrorista Estado Islámico (EI) que, con bajísimo presupuesto, pueden provocar estragos en la seguridad ciudadana. Sucedió en muchas ciudades de Europa y los Estados Unidos y ahora podría llegar a la Argentina, tal como lo confirmaron fuentes de inteligencia a Infobae. Pero el alerta de las fuerzas de seguridad locales llega en un momento crucial, cuando arranca la primera reunión de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G20 2018, y están en el país autoridades como la directora del FMI, Christine Lagarde, el titular del Banco Mundial, Jim Yong Kim, el del BID, Luis Alberto Moreno, 22 ministros extranjeros, 17 presidentes de bancos centrales y otros siete titulares de organizaciones internacionales.
La alerta llegó a la Argentina vía la Guardia Real Española que, en coordinación con el FBI, colaboró en la detención del ciudadano cubano Raúl Gutiérrez Sánchez, de 46 años, un economista que vivía en Sevilla y ya había sido detenido en ese país cuando se descubrió que ingresaba frecuentemente a sitios web definidos como "terroristas". Luego fue liberado, y dio una dirección donde no se lo encontró, hasta que se descubrió que había viajado a Bogotá, donde se lo empezó a seguir.
Allí, en la capital colombiana, fue detenido el 12 de marzo, un día antes de que supuestamente perpetrara un atentado en un bar de la llamada Zona T de Bogotá, frecuentado por personal de la embajada norteamericana en ese país, donde se había empleado como lavaplatos. Al proceder a su detención, se le incautó el teléfono y se revisó la computadora del departamento donde vivía. Fue donde se le encontraron contactos con dos ciudadanos marroquíes (Matin Muhanad y Said Samuid), uno español (Francisco Quintana) y dos argentinos, cuyos nombres aún no trascendieron.
Estos dos argentinos ya habrían sido identificados y estarían siendo monitoreados para conocer los contactos que tienen, qué movimientos realizan. En principio, no existiría ningún riesgo en la reunión del G20 de parte de ellos, ya que sus movimientos están controlados.
De verificarse esta información que llegó a la Argentina, se trataría de los primeros argentinos coptados a través del "método de radicalización por redes", considerado el de mayor riesgo en estos momentos por expertos de seguridad global, debido a que es difícil de rastrear y es potencialmente infinito.
La posibilidad de que exista una más extendida, o que incluso pueda haber más de una, es motivo de preocupación por el Gobierno y, ayer, el mismo presidente Mauricio Macri fue informado de la situación, donde están involucrados organismos de seguridad de distintos países.
Por la información que trascendió, tanto el cubano que hoy está preso en la cárcel La Modelo, como los argentinos que conversaron vía Telegram con él, están en proceso de "radicalización", una metodología utilizada por el yihadismo para coptar individuos solitarios y vulnerables, que son introducidos a una red de sociabilidad. Después de varios meses o incluso años, se lo puede transformar en un atacante suicida, capaz de atropellar a una multitud que camina por un paseo público, inmolarse en una evento masivo o acuchillar a la mayor cantidad de personas en un barrio concurrido.
"Ni siquiera hay que ser musulmán para ingresar a estas redes", afirmó un experto. En efecto, antes de la captación se producía en lugares de culto, pero desde hace varios años se hace a través de las redes sociales, que se convirtieron en el principal escenario para la propaganda, captación y radicalización yihadistas. "Antes, esa captación se hacía en árabe, inglés o francés, pero en el último año empezó a usarse el español, lo que nos obliga a extremar los controles", aseguró.
La seguridad de la cumbre ministerial esperaba movilizaciones de la izquierda anticapitalista, y de sectores anarquistas antiglobalización, pero la aparición de este riesgo extremó los recaudos y hoy las fuerzas de seguridad y control se encuentran "en alerta coordinado", según explicó una fuente consultada. "Estamos trabajando en evitar cualquier riesgo", aseguró un responsable de la seguridad, al tanto de las alternativas de la detención producida en Bogotá.
La nacionalidad cubana del supuesto yihadista, que ante la Fiscalía General de la Nación colombiana negó pertenecer a ninguna red terrorista, también fomenta conspiraciones en medio del simulacro de guerra fría que están viviendo los países de Occidente con la Rusia de Putin, luego del asesinato de dos ex oficiales de inteligencia rusos que se fueron a vivir a Londres, de los que el Kremlin no sería ajeno.
Gutiérrez negó terminantemente ser oficial de inteligencia cubano, y una fuente con la que habló Infobae dijo que "es difícil que Cuba envíe a alguien de su nacionalidad a hacer terrorismo", aunque aseguró "está todo muy raro y ya no podemos decir que nada de esto es posible".
Es que Gutiérrez fue expulsado dos veces de Colombia por no tener sus papeles en regla, y se dirigió a Ecuador, pero siempre volvió a Colombia. Ese intento por reingresar al mismo lugar donde fue expulsado, y la capacidad de hacerlo, es lo que fomenta la sospecha de que podría tratarse de un espía cubano.
La reunión del G20 se realizará en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires (CEB) que está sobre la avenida Figueroa Alcorta, un lugar que será de acceso vedado para quienes no estén debidamente acreditados. "El Bajo" de la ciudad estará cerrado y no será transitable, facilitando la llegada protegida de los ministros y presidentes de bancos centrales.
El alemán Olaf Scholz, el brasileño Henrique Meirelles, el norteamericano Steven Mnuchin, el ruso Sergey Storchak, el inglés Philip Hammond, más el secretario general del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) Dietrich Domanski, el presidente de la CAF Luis Carranza Ugarte y el secretario general de la OCDE José Angel Gurría, son otros de los participantes de la cumbre que tendrá lugar lunes y martes en Buenos Aires, la primera de alto perfil de las más de 50 previstas hasta noviembre, cuando se concrete la reunión de presidentes y jefes de Estado, en un lugar que ya estaría decidido pero que, por razones de seguridad, aún no trascendió.