La detención de un yihadista en Colombia enciende las alarmas en Buenos Aires

Los servicios de inteligencia investigan a dos contactos argentinos del terrorista cubano que planeaba atentar contra diplomáticos estadounidenses en Colombia

El terrorista cubano detenido

A comienzos de la semana pasada, un operativo llevado a cabo por la policía colombiana en conjunto con la policía española y el FBI culminó con la detención en Bogotá de Raúl Gutiérrez, un yihadista cubano de 45 años que decía tener un plan para atentar con explosivos en una popular zona de restaurantes de la capital colombiana frecuentada por diplomáticos estadounidenses. Además, el hombre realizaba un adoctrinamiento público en favor de organización terrorista Estados Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en sus redes sociales.

Las investigación posterior reveló contactos de Gutiérrez con dos ciudadanos argentinos, lo que puso en alerta a las fuerzas de seguridad argentinas y generó una denuncia que quedó en manos de la Justicia Federal. Si bien los organismos de inteligencia no creen que exista un riesgo inminente de atentado, trabajan desde el mismo momento de la detención para lograr establecer el grado de verosimilitud de la denuncia.

"No estamos preocupados, sino ocupados", dijo una fuente de inteligencia en diálogo con Infobae. En efecto, el presidente Mauricio Macri recibió un informe esta mañana y recibirá otro en las próximas horas de parte de un importante funcionario de inteligencia. Desde el Ministerio de Seguridad, declinaron hacer comentarios sobre el tema.

La investigación sobre el ciudadano cubano se extendió durante un mes, y la inició la policía española cuando detectó que el hombre afirmaba tener un plan para detonar una bomba. Según determinaron los investigadores, el detenido se encontraba en un profundo proceso de adoctrinamiento, durante el cual había experimentado una progresiva radicalización: había transformado su aspecto físico en los últimos meses y comenzó a utilizar vestimentas de milicianos de grupos radicales e incluyó la palabra "yihadista" en su nombre de usuario en redes sociales. En un mensaje enviado a través de Telegram a fines de febrero, el hombre dijo que se suicidaría con explosivos en nombre de Alá y el Estado Islámico.

Cuando allanaron el domicilio de Gutiérrez, la policía colombiana secuestró una gran cantidad de teléfonos móviles, una computadora y varios dispositivos de almacenamiento de memoria. En ese momento, detectaron que en un grupo de Telegram que utilizaba con fines de adoctrinamiento había dos teléfonos de argentinos, que una vez conocida la detención lo abandonaron. Según supo Infobae, ambos individuos fueron ya identificados por miembros de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y están siendo monitoreados de cerca.

Según informó el diario El Tiempo, un contacto en Argentina aparece identificado en su teléfono como Francisco Quintana, y para los investigadores colombianos se trata de un hombre que nunca estuvo en Bogotá.

En Colombia, Gutiérrez permanece detenido sin derecho a fianza, bajo cargos de terrorismo y asociación ilícita. Para la policía española, se trató de "la neutralización temprana de un peligro real contra la población civil". Y es que a fines de febrero fueron interceptadas comunicaciones en las que el hombre habló sobre planes para hacer y detonar un explosivo casero en un restaurante en Bogotá donde buscó trabajo como lavaplatos y que era frecuentado por diplomáticos estadounidenses.

Si bien el general Jorge Nieto, jefe de la policía colombiana, se negó a dar detalles de las pruebas del caso, confirmó que fueron confiscados dispositivos electrónicos que daban crédito a la hipótesis de que Gutiérrez estaba planeando un ataque terrorista.

El ciudadano cubano ya había sido expulsado de Colombia en dos oportunidades. En 2015, entró al país legalmente con visa, con el objetivo final de dirigirse a Estados Unidos, pero luego las autoridades descubrieron que se le había expedido la visa con base en declaraciones falsas y procedieron a deportarlo a Cuba. En 2016, Gutiérrez volvió a ingresar en Colombia, pero esta vez de modo ilegal, por tierra desde Ecuador, un país que no requiere que los cubanos tengan visa. Volvió a ser detenido y expulsado en 2017 y se cree que regresó a Colombia por tercera vez a principios de 2018.

La embajada de Estados Unidos en Colombia es una de las más grandes del mundo y es el principal centro de cooperación antinarcóticos y contrainsurgencia entre ambos países aliados. Aunque la finalización del conflicto con las FARC tras medio siglo de duración ha llevado a mejoras en materia de seguridad en los últimos años, los diplomáticos estadounidenses todavía enfrentan restricciones de movimiento, que reflejan los peligros que persisten en un país con una larga historia de ataques terroristas -algunos de ellos dirigidos contra objetivos estadounidenses- y de alta criminalidad.

Los fiscales dijeron el miércoles que Gutiérrez había recibido instrucciones precisas en comunicaciones con personas de España y Marruecos para realizar un ataque contra individuos estadounidenses. La embajada estadounidense en Colombia no hizo declaraciones al respecto y el FBI se negó a hacer comentarios.

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