El arzobispo de La Plata Monseñor Héctor Aguer consideró que la Iglesia Católica no se puede sostener sin los aportes económicos del Estado, luego de que el jefe de Gabinete Marcos Peña revelara en el Congreso cuánto es lo que paga el erario público por los sueldos de los obispos.
En su defensa de los subsidios estatales, Aguer reconoció que "la Iglesia no podría prescindir de eso" ya que es "un aporte importante". Y al pasar, cuestionó a la propia feligresía por su poca colaboración en el sostenimiento del culto.
"Hay una deseducación (sic) en los fieles católicos que no aportan. Uno se fija en lo que es la limosna en la misa, en el momento del ofertorio se hace una colecta, esa colecta suele ser miserable", señaló ayer el cura en diálogo con radio Continental.
Acerca de cómo gestiona el sueldo que le paga el Estado, el arzobispo platense señaló que "lo gasta en darle a los pobres". "Tengo clientes fijos y sacerdotes a los que le doy cuando les falta. También (gasto) en pequeñas cosas mías", completó.
Aguer justificó que el Gobierno continúe destinando ingresos a la Iglesia Católica al recordar el artículo 2 de la Constitución Nacional, que plantea el sostenimiento del culto católico.
"Los constituyentes del (18)53, cuando pusieron esa formulación, quisieron buscar una vía intermedia entre el estado confesional y el estado laico o ateo, que no solamente significa el aporte económico sino el de fomentar y favorecer el culto católico", indicó.
El debate en el Congreso
En medio del revuelo generado tras la difusión de los sueldos, el prelado bonaerense indicó que no le sorprendió que el tema saliera a la luz en el Congreso, y no descartó que en el futuro el Gobierno pueda modificar o suprimir el financiamiento.
"Si me rebajan el sueldo o me lo quitan, me arreglaré como pueda. Pero aquí hay una razón histórica muy fuerte que tiene que ver con el hecho, también histórico, de que la mayoría del pueblo argentino está bautizado en la Iglesia Católica", señaló Aguer.
El arzobispo de La Plata destacó además que el Estado le paga los sueldos a los capellanes en las Fuerzas Armadas, en el Servicio Penitenciario y los hospitales.
"Tenemos parroquias en las zonas periféricas que son muy pobres y entonces los obispos tratamos de que los sacerdotes tengan algún otro oficio por el cual les llegue algún otro ingreso", contó.
El origen de la polémica
El miércoles pasado, Marcos Peña brindó detalles a la Cámara de Diputados sobre el monto que perciben mensualmente los altos funcionarios eclesiásticos de la religión católica. La pregunta, realizada por el bloque Evolución (integrado por Martín Lousteau, Carla Carrizo y María Teresita Villavicencio), fue: "¿Cuánto corresponde a remuneraciones de funcionarios eclesiásticos?".
Peña respondió que, de acuerdo al cargo, los montos mensuales pueden llegar hasta los $46.800 para los Obispos Diocesanos, mientras que los Obispos Auxiliares y los Obispos Eméritos perciben $ 40.950 mensuales. En total, el presupuesto destinado por este concepto asciende a $ 130,4 millones.
A partir de la difusión de esos datos, dirigentes del oficialismo y la oposición expresaron sus posturas y sus proyectos de ley para modificar el financiamiento estatal de la Iglesia, que van desde la reducción de los sueldos hasta su total eliminación.
Seguí leyendo:
Malestar de la Iglesia por la difusión del sueldo de los obispos