Afuera, en la calle Rivadavia, y mientras una leve brisa da vuelta por la esquina de Riobamba, un grupo de personas se manifiesta en contra del aborto. Unas chicas de no más de 16 años, con uniformes de colegio, sostienen un cartel que dice: "Legal o ilegal, el aborto mata igual". Hacen ruido en las puertas del Congreso. Son parte de un debate que recién comenzó y que se vive en la calle, los medios y las instituciones del Estado.
Adentro, en su amplio despacho de presidente del bloque FpV-PJ, Agustín Rossi le pide a su secretaria que le renueve el mate antes de hablar frente a un grabador. Mientras espera que el agua se caliente, escucha el ruido del obturador de una máquina de fotos. Él es el centro del retrato. Está parado justo debajo de un cuadro de Cristina Kirchner con la banda presidencial. La luz que entra por uno de los ventanales le pega en la cara, lo obliga a cerrar minimamente el ojo izquierdo.
Habla de Mauricio Macri y del aborto, de la ex jefa de Estado y de la unidad del peronismo, del sucesor del kirchnerismo que quedó en el camino y de los insultos al presidente de la Nación en las canchas de fútbol y los teatros. El "Chivo", como se lo conoce, asegura que es kirchnerista y peronista. Y que va al psicólogo por muchas cosas, pero no para aclarar su identidad política.
-¿Qué es el kirchnerismo hoy? ¿Cuál es la representación que tiene en el escenario político actual?
-Es la fuerza política más opositora a este modelo político y económico que lleva adelante el gobierno del presidente Macri. Es, en términos ideológicos y programáticos, la más antagónica, y en términos de legitimidad política, la más importante. En las elecciones del 2017 no solamente se legitimó el gobierno con el resultado electoral, sino que también se legitimó una oposición. La oposición más crítica fue más legitimada que las oposiciones intermedias. ¿Somos la totalidad de la oposición? No, somos una parte. Somos conscientes de que somos una parte. Como decía Néstor Kirchner, sabemos que somos poseedores de una verdad relativa y confiamos en la fortaleza de nuestras convicciones. Somos una fuerza política con anclaje social, con una base electoral fuerte que quedó demostrada, con un liderazgo claro que es el de Cristina, con una historia que fueron 12 años de gestión y con políticas que llevamos adelante y de las que estamos orgullosos. Somos una fuerza que tiene vigencia y protagonismo en el escenario político argentino y que tiene desafíos en esta etapa.
-¿Cuáles son esos desafíos?
-Representar institucionalmente a todos los argentinos que sean críticos a este modelo económico neoliberal y construir inteligentemente una arquitectura política electoral que nos permita ganar las elecciones del 2019. Para eso hay que empezar a trabajar con una idea de futuro. Hoy solamente no alcanza con resistir las políticas de Macri. Tengo la sensación de que el gobierno ha perdido gran parte de su credibilidad. No enamora. Los argentinos no están esperando mucho más de este gobierno. Solo esperan que no los perjudique más. La oposición todavía no ha generado un nuevo sueño, una nueva esperanza. Cambiemos es un gobierno para algunos, hay que construir un gobierno para todos. Este es el desafío. El kirchnerismo tiene un rol insustituible en ese proceso.
Los ciudadanos argentinos opositores quieren que te unas para ganarle a Macri
-¿Cuál es el motivo por el que la oposición no generó un nuevo sueño o una nueva esperanza?
-Recién empezamos a ver un escenario posible para la oposición. Fue a partir de lo que fue el debate de la reforma previsional. El 23 de octubre del año pasado cualquier analista político de Argentina decía que el camino para la reelección de Macri estaba pavimentado. Que lo único que faltaba era pasar días y meses del almanaque para llegar a esa fecha y que Macri se ponga de vuelta la banda presidencial el 10 de diciembre del 2019. Me parece que en el debate de la reforma previsional el gobierno perdió todo lo que había ganado y un poco más. Perdió frescura y generación de expectativas hacia el futuro. Si la oposición es inteligente, si se unifica y plantea políticas comunes, puede llegar a ganar las elecciones del 2019 . En ese camino no solamente alcanzara con juntar los distintos sectores. Hay que plantear una propuesta y un proyecto de país que vuelva a enamorar.
-Hizo referencia a las elecciones. En 2013, 2015 y 2017 no lograron imponerse. ¿Por qué perdieron consecutivamente los últimos tres comicios?
-Son diferentes momentos. Las tres elecciones son distintas. En el 2015 fuimos a un ballotage en el que sacamos el 49% de los votos. Es cierto, perdimos la elección, pero nadie puede decir que fue un fracaso electoral. Después de 12 años de gobierno, con una campaña fuerte de los principales medios de comunicación en contra del gobierno, sobre todo después de la reforma de la ley de servicios de comunicación audiovisual, que nuestro candidato haya sacado el 49% de los votos, muestra una fortaleza del gobierno y del espacio político. Fuimos al ballotage y estuvimos a punto de poder volver a ganar las elecciones. En el 2017 me parece que era razonable que las elecciones saliesen como salieron. Porque en general a todo gobierno democrático desde el 83′ hasta la fecha, las primeras elecciones intermedias siempre le fueron favorables. Es muy difícil que la gente a dos años del inicio de un gobierno cambie el sentido de su voto. Muchos argentinos votaron a Cambiemos diciendo "yo sé que las cosas no están bien, pero vamos a darle una chance más, este tipo recién empieza".
-¿Y en el 2019? ¿Cuál es la expectativa?
-El 2019 es otra historia. Hoy el proceso más rico que se está dando en la oposición es que en todos los espacios políticos, con mayor o menor intensidad, está la agenda de la unidad. Si Cambiemos es una coalición de partidos y tuvo una Primaria en el 2015, porqué nosotros no vamos a hacer lo mismo para las elecciones del próximo año. Conformar una coalición, un proceso de unidad, un proceso de consenso, tener un programa, tener unas PASO y después ir a competir con Macri en las elecciones del 2019. Me parece que ese tiene que ser el camino que nosotros tenemos que transitar. Generar momentos, ideas y valores que movilicen al conjunto de la sociedad. Este es un gobierno que agrede a los trabajadores, los jubilados, los docentes, los científicos y los industriales. Se pelea con todos. Nosotros tenemos que tratar de construir una propuesta política que defienda todos aquellos que el gobierno agrede.
-Se refirió a una coalición similar a la que construyó Cambiemos. ¿Quiénes estarían incluidos en una coalición peronista?
–Yo no hablo de coalición peronista, hablo de una coalición opositora. Para mí el límite es Macri. Así que, desde el Frente Renovador hasta el FIT, con todos es posible. Una coalición lo más amplia que se pueda con todos aquellos que quieran construirla. Con un programa que tenga quince o veinte puntos.
-¿Cuáles serían esos puntos que pueden generar la unidad?
-Hay que definir qué hacer con la política fiscal. A mi criterio tiene que ser una política de incentivos al consumo y de fortalecimiento del mercado interno. Tenemos que tener una política monetaria que aliente la inversión. Que vuelva a los objetivos más globales que nosotros introducimos cuando reformamos la carta orgánica del Banco Central. Que no sea solamente la estabilidad de la moneda y preservar el valor de la moneda, sino generar las condiciones para el crecimiento económico. No podemos tener tasas de intereses siempre positivas porque no vamos a tener nunca inversión productiva. Tenemos que tener una política cambiaria que sea una política que nos dé estabilidad financiera. No podemos vivir en un proceso de devaluación permanente como estamos viviendo desde enero de este año. Y tenemos que tener una política industrial. Y esa política industrial tiene que ver con generar las condiciones para los desarrollos productivos y, al mismo tiempo, para el desarrollo científico y tecnológico que producen transferencia de conocimiento.
Cambiemos gestionó mal su propio triunfo electoral. Lo dilapidó en un mes y medio
-¿Ese es el camino?
-Ese es el camino del desarrollo. No es este. Este es un capitalismo financiero. Nosotros propugnamos un capitalismo productivo. El que tenemos ahora es un capitalismo que te genera desesperanza. El gobierno te dice "endeudate que en algún momento vas a poder pagar la deuda". Te ofrecen una idea de salvataje. Es como que vos estas endeudado, te van a rematar tu casa pero en algún momento vas a poder conseguir el laburo necesario como para poder pagar y levantar la hipoteca. Eso es lo que te dice Macri. Nosotros tenemos que plantear otra cosa.
-¿Qué es lo que tienen que plantear?
Los ingresos de este gobierno son ingresos que provienen de la deuda. Nosotros tenemos que generar un sistema en Argentina en donde los ingresos vengan de la contribución de los ciudadanos, a partir de los impuestos. Eso genera obligación del Estado para con los ciudadanos. Entonces el Estado le tiene que dar derechos. Entre los derechos que tienen que tener los ciudadanos, tienen que tener un futuro. Un futuro previsible. Un futuro desarrollado. Acá no tenemos futuro. Menos tenemos presente. Esta es la diferencia básica y sustancial de lo que proponemos nosotros.
-¿Qué proponen ustedes?
-Nosotros queremos vivir en una Argentina que produzca. Ningún país del mundo con 40 millones de habitantes generó inclusión y equidad social sin una industria fuerte. A mí me hacen reír cunado dicen que nos tenemos que comparar con Australia. Tiene la mitad de habitantes que tiene la Argentina. No podes sostener un país en base a las exportaciones y a la producción primaria con 40 millones de argentinos. Esta es la realidad. Tenes que desarrollar una industria. La industria argentina es una industria que tiene potencialidad, desafío y buenos industriales. También hay malos. Pero lo que no podes es resolver de la peor manera. Porque el gobierno te dice que como hay industriales que producen caro, que lo mejor es que no produzcan. Hay que buscar que haya industriales que produzcan de acuerdo a los precios internacionales. Ayudalos. Tenele línea de crédito barata o financiales parte de los servicios. Si producís caro, veamos cómo hacemos para que bajen tus costos, para que produzcas más barato. También veamos tu tasa de rentabilidad.
Agustín Rossi se posesiona en la respuesta y en la explicación sobre el modelo de país que, entiende, debe servir como un punto de unidad en el peronismo. Intenta convencer en cada respuesta. En esa línea, sigue su exposición.
-No puede existir una Argentina sin industria y sin los servicios que genera la industria. En algún momento vamos a tener que encontrar vectores industriales que generen un crecimiento económico. Todo lo demás son pamplinas. Uno de los países industriales más importantes del mundo es Alemania. Produce, tiene industria y exporta. Tiene los salarios más altos y productividad. ¿Dónde está escrito que para tener producción tenes que tener salarios más bajos? Eso es China. Bueno, eso esa otra historia. Eso es lo que tenemos que definir. O tenes un capitalismo cuya rentabilidad este dada por la productividad o tenes un capitalismo cuya rentabilidad este dada por los bajos salarios. Yo no quiero eso. Porque eso es una sociedad segregada, con alto índice de marginalidad, donde no hay ascenso social ni hay crecimiento económico.
-Hay un problema que se mantiene en el tiempo. Un problema que lo tuvo el gobierno de Cristina Kirchner y que lo tiene la gestión de Mauricio Macri: La pobreza. Ninguno de los gobiernos pudo resolver ese enorme problema
-No quiero entrar en la discusión de los índices de pobreza. Nosotros cuando estuvimos en el gobierno generamos políticas sociales para reducir la pobreza. Generamos la Asignación Universal por Hijo, la inclusión jubilatoria y miles de empresas. Casi 240.000 nuevas empresas. Para tener un país sin pobreza tenemos que tener un país con desarrollo. Un país con crecimiento económico que esté acompañado de claras políticas sociales. Es un desafío y una tarea que tenemos que llevar adelante. Néstor Kirchner en el 2003 encontró el país con el 60% de pobreza y con un 24% de desocupación. Dejamos un país con una desocupación del 100% y con políticas sociales claramente contundentes.
-El gobierno ha dicho en reiteradas oportunidades que el kirchnerismo no colabora con la gobernabilidad. ¿Son una oposición responsable?
–El gobierno no quiere una oposición que se oponga. Quiere una oposición que le diga a todo que sí. Una oposición responsable no es eso. Porque lo primero que tenemos que ver los opositores es a quién representamos. Porque si todos seguimos al gobierno, a los que votaron en contra de ellos, ¿quién los representa? No tienen representación institucional. Y eso no es la democracia. La democracia es que exista un oficialismo fuerte que tenga políticas, iniciativas y un modelo. Y que exista una oposición que represente a los que no están de acuerdo con el oficialismo. ¿Qué hubiese pasado si se no se aprobaba la reforma previsional? ¿Se caía el gobierno? No. Los jubilados estarían celebrando y el gobierno hubiese salido a buscar como tapar el bache fiscal de otra forma. No hay que tener miedo a decirle que no al gobierno porque al gobierno no le va a pasar nada.
-El Gobierno consideró que la tarde en la que se trató la reforma previsional se generó un clima desestabilizador
-No hubo ningún clima desestabilizador. Lo que pasó fue que la gente no quería que se apruebe la reforma. La Argentina está muy sensibilizada. Los países y los pueblos tienen memoria histórica. Un gobierno, la otra Alianza, le sacó el 13%. Y eso lo sensibilizó. Indigna mucho que tengas que hacer el ajuste y ese ajuste sea sobre los jubilados y pensionados. Después venís y decís, voy a ahorrar 1500 millones de pesos. Significa dos días de intereses de las Lebacs. Lo que pasó fue que la sociedad en su conjunto estaba en desacuerdo.
Hay que formar una coalición opositora. Desde el Frente Renovador hasta el FIT, con todos es posible
-Entonces cree que el tratamiento y la aprobación de la reforma previsional afectó al Gobierno
-Lo dice cualquier encuesta. La caída de la imagen del Presidente empezó a partir de eso. Si hay algo que uno podría decir que gestionó mal Cambiemos es su propio triunfo electoral. En un mes y medio lo dilapidó. Y dio ante la sociedad un rostro duro. Como decía Marcelo Bielsa: "Es más difícil gestionar los triunfos que las derrotas".
-Lo devuelvo al plano electoral y a la coalición opositora a la que se refirió. ¿Si ese espacio ganara y llegará a la conducción del país, no correría el riesgo de fracasar debido a la heterogeneidad de criterios e ideologías que tendrían que convivir?
-Coalición no significa lista única. Unidad no significa lista única. Hay que tener un programa de consenso. Y sobre ese programa cada uno tendrá sus matices. Habrá candidaturas que expresen de una u otra manera. Ese es el matiz que se impondrá dentro del marco de la coalición. Así funcionan las coaliciones en todo el mundo. Este es el camino. De riesgoso no tiene nada. Fijate como ha funcionado Cambiemos. Hacia el interior de su coalición, sin fisuras. Algún chisporroteo casi folcklórico como para amenizar el ambiente, pero ha funcionado bien. No creo que los integrantes de una coalición tengan que decir exactamente lo mismo. Hay que buscar que proceso de la coalición sea capaz de conjugar positivamente los diferentes matices. No es que todos se tengan que hacerse kirchneristas o que los kirchneristas nos tengamos que degenerar.
-¿El kirchnerismo está más conciliador?
-¿Por qué?
-Porque está más abierto que antes a negociar internamente
-No, nosotros tenemos una mirada. Hemos hecho un análisis político de esta etapa y claramente entendemos que hay que construir un escenario de unidad. Esa mirada que nosotros tenemos nos lleva a buscar puentes con todos los sectores políticos opositores. El trabajo de la reforma previsional fue un ejemplo en ese sentido. Pudimos unificar una propuesta política y una propuesta legislativa. Eso se te lleva a trabajar en conjunto con una mayor cantidad de bloques. Si es desde esa mirada, estamos dispuestos a buscar consenso.
-¿Está convencido que el camino es el de la unidad?
-La oposición en su conjunto está visualizando que hay un imperativo histórico. Los ciudadanos argentinos opositores quieren que te unas para ganarle a Macri. Tenes que dar respuestas a ese imperativo o tenes que tener un argumento muy importante si queres no trabajar a favor de la unidad. Después se han construido mitos. Cambiemos sacó la reforma previsional con 127 votos. Se dice que Cambiemos es amplio y busca consenso. Nosotros aprobamos la nacionalización de las AFJP con 160 votos. Teníamos mucho más consenso que Cambiemos ahora. Durante los dos primeros años hubo un fuerte intento del gobierno para estigmatizarnos y descalificarnos. Nos tiraron toda la culpa de los males de la Argentina. Nos pusieron en un lugar en que la sociedad no nos puso. Porque la sociedad revindicó el rol de una oposición más crítica.
-Algunos gobernadores del PJ aseguran que Cristina Kirchner y el kirchnerismo son el límite para la unidad. ¿Por qué piensa que se convirtieron en ese límite?
–La idea de la construcción de la unidad opositora sin Cristina está en el plano de la fantasía política. No está en el plano de la realidad. Porque en el plano de la realidad está claro que Cristina es la dirigente política opositora más importante. Porque revalidó su liderazgo con la enorme elección que hizo en la provincia de Buenos Aires, porque su figura permitió que otros dirigentes como yo pudiésemos hacer buenas elecciones en nuestras provincias. En ningún manual de la política del mundo está indicado que tenes que prescindir de la dirigente opositora más importante para construir la oposición. Sino por el contrario. Es un valor agregado. Más en el caso de Cristina que tiene un nivel de estadista que no tiene ningún otro dirigente político de la oposición. Estatus que se lo da haber sido 8 años presidenta de la Nación. Cuando me dicen que el límite es Cristina, yo digo que el límite no es ella, sino Macri. Si el límite es Cristina, dudo que quieran ganarle a Macri.
-¿Por qué duda?
–Porque cómo vas a hacer para ganarle a Macri sin la principal fuerza política opositora que es la que lidera Cristina y que es el kirchnerismo. Imposible. Hay una equivocación ahí. Creo que los melones se van a ir acomodando. Por más de que haya un gobernador que tenga una buena relación con el oficialismo, Cambiemos le va a armar un candidato. Y si quiere reelegir, va a tener que competir con el candidato del oficialismo. ¿Ese gobernador qué votos va a buscar para su reelección? ¿Los votos que son a favor de Macri o los que son en contra del oficialismo nacional? Va a buscar los votos opositores y ante la búsqueda de los votos opositores, nos va a encontrar en el mismo camino. Esto es así de simple. Es matemática pura.
-Los gobernadores suelen decir que tienen la responsabilidad de gobernar sus provincias. Es una forma de expresar el condicionamiento que tienen a la hora de negociar con el oficialismo
-Yo entiendo la situación de los gobernadores. No es fácil gobernar. Nosotros gobernamos las provincias más chicas. Muchas provincias tienen desequilibrio financiero. Con esta reforma fiscal se van a profundizar esos desequilibrios. Necesitan de la ayuda del gobierno nacional. La responsabilidad de gestionar es distinta a la mía que soy un dirigente político opositor. Pero a la hora de ir a las elecciones vas a representar a la oposición. Tu voto va a estar entre los ciudadanos que sean opositores a Cambiemos, porque vas a tener un candidato del oficialismo al lado, queriendo el mismo lugar que ocupas vos
-¿La famosa grieta se trasladó al peronismo?
-No.Si hasta hace tres años estábamos todos juntos. ¿Qué grieta? Existen diferentes miradas. Algunas más difíciles de acercar que otras. La grieta fue una exacerbación de la derecha para tratar de estigmatizarnos a nosotros. Pero si hoy hay una grieta es entre el gobierno y el pueblo. Un gobierno que cada vez lleva adelante políticas más claramente antipopulares. Tenemos que construir una propuesta que englobe a todos. Podes tener diferencias, pero sabes que del otro lado tenes a alguien que viene con el sello y la marca de Cambiemos. La marca Cambiemos demostró en estas últimas elecciones, yo lo viví en la provincia de Santa Fe, que es una marca fuerte. Con candidatos con bajo nivel de conocimiento hacen buenas elecciones. Es una lectura que todos los compañeros que son gobernadores deberían hacer.
El Gobierno no quiere una oposición que se oponga. Quiere una oposición que le diga a todo que sí
-¿El kichnerismo tiene futuro como fuerza política individual más allá de lo que haga o deje de hacer el resto del peronismo?
-Nosotros nos concebimos como una parte de eso. Como una parte del movimiento nacional y popular donde está el peronismo. Yo, en términos generales, no tengo contradicciones entre ser peronista y ser kirchnerista. No me genera dudas sobre mi identidad. Voy al psicólogo por otra cantidad de cosas, pero por esa no voy. Yo me siento tan peronista como kirchnerista. Como peronista estuve orgulloso de participar y ser protagonista de los 12 años de gestión de Néstor y Cristina. En eso no tengo dudas. Esa contradicción es una contradicción que a veces nos quieren generar más de afuera, pero nosotros no la tenemos. Hay muchos kirchneristas que no son peronistas, pero la mayoría de los kirchneristas somos peronistas. Este espacio engloba y recoge el espíritu frentista que siempre tuvo el peronismo y que siempre tuvo Perón a la hora de construir las alianzas electorales.
-El kirchnerismo siempre estuvo muy apoyado sobre las figuras de Néstor y Cristina. ¿En algún momento se buscó construir un sucesor?
–Fue Scioli. Fue nuestro candidato a presidente. Acá hay dos realidades. Néstor y Cristina comparten el hecho fundacional que se inició en el 2003. Ese lugar de liderazgo es un lugar imposible de cuestionar. El proceso duró 12 años y en el año número doce se eligió a Daniel Scioli, con sus propias características e impronta, para continuar este proceso.
-¿Piensa en ser candidato a presidente?
-Yo estoy dentro de un espacio y ese espacio tiene un liderazgo claro que es el de Cristina. Y las decisiones políticas y personales que yo tome van a estar dentro de lo que decida ese espacio. Si es Cristina la candidata, apoyaré a Cristina, y sino respaldaré la decisión que tome el espacio. Ya fui precandidato a presidente en el 2015. Fui de los que nos dimos un baño de humildad junto con Jorge Taina y el "Pato" Urribarri.
-Entonces, ¿cuál es su objetivo político en el corto plazo?
-Me he marcado en esta etapa cuatro responsabilidades. La primera es básica. Saqué medio millón de votos en la provincia de Santa Fe. Tengo un compromiso con el pueblo de mi provincia. En segundo lugar, tengo una responsabilidad siendo presidente del bloque opositor más importante. El tercer elemento es aportar a la construcción de la unidad opositora de acá al 2019 y el cuarto es fortalecer Unidad Ciudadana.
-¿Qué opina sobre las declaraciones de Aníbal Fernández, quien aseguró que Máximo Kirchner y La Cámpora no saben nada de política?
-Los tengo de compañeros de bloque. Son compañeros con un fuerte compromiso militante y una alta capacidad de compromiso parlamentario. Están permanentemente trabajando en el Congreso. Son muy buenos legisladores y se preparan para ser cada día mejor. Son, la mayoría de ellos, además de militantes, cuadros políticos con un nivel de formación importante. Y, además, son una organización política importante que aportan muchísimo a la construcción de este proceso.
-¿Escuchó los cánticos contra Macri?
–¿El hit del verano? Es una muestra del descontento popular. No creo que sea una cuestión futbolera. Se puede mezclar un poquito. Yo soy hincha de River. River está jugando mal y Boca está jugando bien, independientemente de que Macri sea hincha de Boca. La gente está disconforme porque le quitaron 100 mil millones de pesos a los jubilados, porque te quieren poner una paritaria del 15% cuando la inflación va a ser del 25%, porque te aumenta la luz, el agua, el gas, la nafta, el dólar. El presidente parece que no tiene registro de esto que está pasando en el conjunto de los argentinos.
-¿Si estuviese en el gobierno le prestaría atención?
-Las primeras veces que sonó fuerte "se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar", con esto no hago parangón de gobierno entre lo que fue una dictadura y lo que es un gobierno democrático, sino que hablo de la reacción de la sociedad, fue en una cancha de fútbol. Hay mucha bronca, decepción, angustia y preocupación por el futuro. Esa indignación encontró la posibilidad de expresarse en las canchas de fútbol y en los lugares públicos. Se ve que son muchos.
-¿Está a favor de la despenalización del aborto?
-Sí, voy a votar a favor
-¿El debate puede terminar dividiendo a la sociedad?
-Esperemos que no. Creo que, si es un debate razonable y respetuoso, no tiene por qué. Considero que es una cuestión de salud pública. Nadie puede negar que hay mujeres, sobre todo de los sectores más humildes, que se practican abortos clandestinos. Que en muchísimas provincias la primera causa de muerte materna son los abortos mal practicados. También hay compañeras que dicen que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y hay argumentos basados en las convicciones religiosas que son absolutamente respetables. Espero que la discusión y el debate se dé dentro de esa categoría de argumentos. Si lo tomamos de esa manera, yo creo que no va a haber división en la sociedad. Si lo plantamos en términos de una disputa, vamos a estar complicados.
-¿Sabe cuál es la posición que tiene Cristina?
-Durante mucho tiempo ella expresó su posición contraria. En términos personales. Pero no sé qué hará ahora.
Fotos: Martín Rosenzveig
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