El congreso de esta tarde en Parque Norte no será solo como una especie de relanzamiento partidario de cara al primer timbreo del año previsto para mañana, en medio de un complejo panorama económico y social y después de un verano signado por errores no forzados.
Además del análisis de coyuntura y de la situación partidaria, las principales autoridades de la alianza oficialista confirmarán hoy la compra del edificio de Balcarce y Belgrano, a metros de la Casa Rosada, donde funcionan desde hace años las oficinas de Cambiemos.
El dato, más allá de lo estrictamente patrimonial y financiero, es simbólico. Por primera vez desde que se fundó, el macrismo dejará de ser inquilino.
Hasta ahora, el PRO -y luego Cambiemos- había alquilado oficinas en las calles Lafinur -en su fundación-, en Alsina -donde además funcionó durante años Creer y Crecer- y en Chacabuco.
En Balcarce y Belgrano, el actual edificio en el que se manejan hasta las finanzas del partido -la oficina del tercer piso en la que se controlan los fondos es la vedette de los proveedores-, el partido oficial paga todavía algo más de medio millón de pesos mensuales de alquiler.
El documento que las autoridades de Cambiemos firmarán esta tarde autoriza a la compra del búnker y fija un máximo de 2.000 dólares por metro cuadrado como referencia. Según confiaron fuentes partidarias, el precio oscilaría entre los 2 millones de dólares.
El Gobierno porteño, por su parte, está por estas semanas abocado a cuestiones similares: se apresta a firmar la adquisición de la sede central de Uspallata, en el barrio porteño de Barracas, que la administración de Horacio Rodríguez Larreta le alquila al Banco de la Ciudad de Buenos Aires.
El encuentro de esta tarde -en el que está previsto debatir posiciones acerca de la despenalización del aborto- será la antesala de la vuelta de los tradicionales timbreos del oficialismo, que cesaron por las vacaciones, que ahora regresan en medio de un clima social enrarecido y cuyo epicentro estará centrado en el Conurbano bonaerense, la obsesión del macrismo de cara al 2019.
Jaime Durán Barba -no está previsto que pase por la reunión de hoy- y su grupo de colaboradores, de hecho, ya trabajan en media docena de municipios que Cambiemos pretende gobernar desde diciembre del 2019. Se trata de distritos como San Martín, Escobar, Esteban Echeverría o Avellaneda. Distinto es el caso de La Matanza, en el que el asesor ecuatoriano también empezó a tallar pero cuya victoria todavía ven muy lejana desde el oficialismo.
El Gobierno, sin embargo, va a evitar aún hablar de campañas. Prefiere concentrarse en "el año par", en el que no hay elecciones. Aunque en la mesa chica de Macri dan por descontadas, al menos por ahora, las intenciones del Presidente, de la gobernadora bonaerense y del jefe de Gobierno porteño de buscar revalidar gestiones en el 2019.
Vidal y Rodríguez Larreta desmenuzaron ayer los números de la economía en Casa Rosada, en una reunión de la que participaron ministros nacionales y bonaerenses y Mario Quintana, uno de los vicejefes de Gabinete.
Durán Barba, incluso, fue más lejos. En charlas reservadas avisó que, para él, Macri debería repetir fórmula con Gabriela Michetti, y que si no es la vicepresidenta sí o sí tiene que ser una mujer la compañera de binomio, en sintonía con la agenda feminista que impulsa la Casa Rosada.
El ecuatoriano además desafío a los radicales: dijo que si querían ese lugar para ellos debían empezar por buscarse a una dirigente. Fueron algunas de las definiciones que dejó hace dos semanas en una cena en el departamento del secretario de Marcos Peña, en la que participaron una veintena de jóvenes funcionarios, que devoraron empanadas en compañía del gurú comunicacional del Gobierno y su socio, Santiago Nieto.
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