Tres compromisos firmes asumió este miércoles el juez texano Edward Prado ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, durante una audiencia que lo dejó a un solo paso de ser confirmado como futuro embajador en la Argentina.
Ante los senadores que lo interpelaron afirmó que pondrá todo su esfuerzo en ayudar a que se haga justicia por el atentado a la AMIA, que cooperará en la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman y, ya en otro terreno, que hará todo lo posible para ayudar al gobierno de Mauricio Macri en la búsqueda de una solución al desafío regional que plantea el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
"El gobierno del presidente Macri está avanzando con la investigación de ese terrible atentado y también de la muerte sospechosa y oscura de Alberto Nisman, que era quien investigaba el caso, y espero poder ayudar en este proceso en todo lo que sea posible", dijo Prado sobre el atentado a la AMIA, en 1994, y la muerte del fiscal luego de denunciar un pacto de impunidad del gobierno kirchnerista con Irán.
"Macri ha criticado al gobierno de Venezuela y el trato de los ciudadanos venezolanos por parte de la administración de Maduro, y me propongo hacer todos los esfuerzos que estén a mi alcance para apoyar los intentos de remediar esta situación", respondió a otra pregunta, sobre la crisis venezolana y la amenaza regional que representa.
Esas fueron las primeras declaraciones públicas sobre temas sensibles de la política argentina que hizo este juez de 70 años desde su nominación como futuro embajador, hace un mes y medio. Sólo recibió tres preguntas del comité y no tuvo mayores inconvenientes en responder. No hubo preguntas sobre otros temas de la agenda bilateral ni menciones a las diferencias que puedan asomar en distintas áreas, sobre todo en materia comercial.
Antes, en su presentación inicial, Prado había afirmado que su larga experiencia en el poder judicial lo preparó para este nuevo desafío.
Agradeció a su familia y a su esposa, María, con quien lleva casado 44 años. "Mi objetivo será ganarme el respeto que viene con el título de embajador y representar a mi país lo mejor que pueda". Como hombre de la Justicia, también dijo que su intención es trabajar "con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar el sistema judicial y fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial".
El de ayer era un paso crucial, pero no el definitivo para la confirmación de Prado. Falta una votación final del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, para la que todavía no se fijó fecha. Si le dan el visto bueno, este juez de origen latino, criado en la ciudad texana de San Antonio, cubrirá finalmente la vacante que dejó Noah Mamet hace poco más de un año, en enero de 2017.
Se descarta en Washington que por sus antecedentes Prado no tendrá inconvenientes en la decisión final del Senado. Tiene un prestigio bien ganado, según todos los observadores, y si bien siempre estuvo ligado al Partido Republicano, con buena llegada al poderoso clan político de los Bush, se lo considera un juez moderado. Incluso fue postulado para ocupar un asiento en la Corte Suprema de Estados Unidos, pero esa nominación se truncó.
Trump sorprendió con la designación de Prado y no hubo luego una explicación sobre la elección que hizo. En un comunicado de prensa la Casa Blanca elogió al juez, enumeró sus méritos y rescató el dato de que habla castellano perfectamente. Pero no fue más allá.
Analistas locales resaltaron sin embargo el dato de que Prado deja abierta una vacante muy codiciada en la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, donde se desempeñaba hasta ahora. El presidente tendrá las manos libres para designar en ese tribunal clave a un magistrado afín a la línea conservadora que viene impulsando en la Justicia.
La audiencia tuvo lugar en el edificio Dirksen del Senado norteamericano y duró casi tres horas, aunque la mayor parte de la atención no se la llevó Prado sino otro nominado para una embajada en América latina, Joseph Macmanus, un diplomático de carrera que ocupará la embajada en Colombia, clave para la seguridad estadounidense por dos asuntos: el narcotráfico y la porosa frontera con Venezuela.
Casi todas las preguntas del panel de senadores presidido por el republicano Marco Rubio fueron para él. Prado escuchó en silencio y, sobre el cierre, se retiró sin hablar con los medios argentinos presentes, entre ellos Infobae. "No me dejan hablar todavía, más adelante", se excusó con una sonrisa.
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