Habían pasado pocos minutos desde que el presidente Mauricio Macri había instado a los legisladores a debatir el aborto cuando Elisa Carrió -una vez más- sorprendió con sus declaraciones y pidió posponer la discusión por respeto a las religiones.
"Para mí el debate es el hambre. Me preocupa el hambre de los vivos, y yo soy del Norte. Y soy autora de la ley de salud reproductiva. Lo único que digo es que respeten a los que somos creyentes, respeten los tiempos sagrados", planteó.
En diálogo con diversos medios que la esperaban en la puerta del Congreso, la legisladora nacional argumentó: "Les pido encarecidamente a los diputados que pidieron la sesión que tengan en cuenta que hay muchísimos argentinos cristianos, musulmanes, judíos, que están viviendo en este momento un tiempo sagrado para todas las religiones, entonces no podemos violentar para dividir. Es un momento de purificación: entonces es demasiado violento no respetar las creencias. Creo que nuestra verdadera agenda es el hambre de los chicos vivos y las madres vivas, es nuestra mayor ofrenda para la humanidad".
Durante un discurso de 40 minutos, Macri se declaró "a favor de la vida" pero se mostró abierto a que este año el Congreso les dé una respuesta a quienes exigen una solución para las miles de mujeres que mueren al año en abortos clandestinos.
"Estoy a favor de los debates maduros y responsables y creo que como argentinos este es un debate que tenemos que darnos. Espero que se escuchen todas las voces y se tomen en cuenta todas las posturas", dijo el jefe de Estado.
Carrió celebró otros aspectos de las palabras del mandatario. Dijo, por ejemplo, que el proyecto para que Campo de Mayo sea un parque nacional representa "una decisión histórica". Además, celebró que la Justicia haya imputado a Hugo Moyano por lavado de dinero: "Era el último corrupto que faltaba".
SEGUÍ LEYENDO: