El flamante embajador argentino en Ecuador tiene motivos para celebrar. El gobierno de Mauricio Macri había nombrado en enero pasado al ex intendente de Almirante Brown como el representante argentino en Quito mientras tenía vigente un procesamiento por irregularidades en la construcción de infraestructura cloacal en la localidad de Claypole.
El juez Sergio Torres había procesado a Giustozzi y a otros ex funcionarios municipales y nacionales porque se determinó que el sistema desvinculado de recolección y tratamiento de efluentes cloacales construido en Claypole durante la gestión de Giustozzi no funciona.
El juez había dictado el procesamiento sin prisión preventiva de Giustozzi y otros imputados por el delito de administración fraudulenta. Y había determinado que el perjuicio contra el Estado había sido de casi $5 millones.
Pero la Sala II de la Cámara Federal dictó una falta de mérito para los imputados, incluido el embajador designado por el macrismo en Ecuador.
Los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah señalaron que Torres debe profundizar algunos aspectos de la investigación para determinar responsabilidades.
Torres debe abocarse a dilucidar cuestiones técnicas que señalaron los camaristas. Además tiene que confrontar un informe de ingenieros de la Universidad de La Plata a pedido de los imputados con lo señalado por el perito oficial sobre aspectos cruciales del sistema construido.
Mientras Torres realiza lo ordenado por la Cámara, a los imputados les dictaron una falta de mérito, lo que implica que no están ni procesados ni sobreseídos.
Giustozzi, que cuando fue designado por Macri embajador en Ecuador estaba procesado, ahora tan solo está bajo investigación. Y sin la mochila de un procesamiento por un caso de corrupción puede viajar a Quito más aliviado.
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