La conducción de la CGT, el triunvirato que componen Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer, atraviesa su momento más oscuro; las críticas internas y las acusaciones cruzadas marcan el camino sin retorno hacia una fractura, algo que ya quedó evidente la semana pasada, cuando Daer no concurrió a un plenario de delegados convocado por el sindicato de Camioneros para ultimar los detalles de la marcha del próximo 22 de febrero motorizada por Hugo Moyano.
El líder del gremio de la Sanidad ratificó durante el fin de semana que no participará de la medida de fuerza. Argumentó que "no se puede aceptar que alguien tenga el capricho de adueñarse de la voluntad colectiva de la CGT", y señaló que su posición "es clara: no vamos a poner a la CGT al servicio de ningún gremio ni dirigente".
Estas declaraciones generaron una rápida respuesta del resto de los secretarios generales de la CGT. El más duro fue Acuña, dirigente cercano al referente del gremio de los gastronómicos Luis Barrionuevo, que planteó: "La CGT tiene mandato por cuatro años y si alguno se equivocó como Daer, que sale a defender a la patronal, se va a ir solo o lo van a echar los trabajadores. Que haga lo que quiera él. Lo votaron para estar a favor de los trabajadores, no para estar a favor de la patronal como está ahora".
En esta línea, y entrevistado por Radio 10, aseguró que "algunos dirigentes se creen que son artistas de televisión. Faltan al Consejo Directivo y van a hablar mal de la CGT a la tele. Responden a otros intereses, antes le decían carneros".
Más medido fue Schmid, que opinó que Daer "tiene diferencias con nosotros en el sentido de la reacción, comparte el diagnóstico pero no con la reacción".
El líder del gremio de la Sanidad, por su lado, afirmó que Acuña "perdió el equilibrio" y que salió con una "bravuconada". "Si hay algo que defiendo a ultranza son los convenios colectivos de trabajo. Jamás diría que un miembro del movimiento obrero defiende a los patrones, son agravios gratuitos. Lo peor que se puede hacer es perder el equilibrio", agregó.
Las diferencias internas en la central obrera quedaron expuestas la semana pasada. Daer, al igual que los sectores conocidos como los "gordos" e "independientes", que representan a los grandes sindicatos de servicios como la UTA, la UOM, o la UOCRA y Obras Sanitarias, entre otros, no participaron de la reunión de delegados.
Además de la marcha del 22 de de febrero impulsada por Moyano, enfrentado con el Gobierno a raíz de las causas judiciales que investigan su patrimonio, durante ese encuentro se analizó el documento firmado en Mar del Plata, el pasado 18 de enero, titulado "Quien quiere oír que oiga" y donde los dirigentes firmantes habían disparado duras críticas contra el Gobierno y manifestado su rechazo contundente a la reforma laboral impulsada por el oficialismo.
Consultado por Infobae, el secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato, analizó que "defender la unidad de la CGT es participar de las reuniones de Consejo Directivo. Yo debato ahí y en las instancias orgánicas. Fue el Consejo Directivo el que aprobó el documento de Mar del Plata y el que decidió convocar a la marcha del 22 en defensa de los reclamos que plantea el documento".
Por otro lado, el Gobierno sigue de cerca este escenario de crisis dentro del sector obrero, sobre todo en la previa del inicio de la sesiones ordinarias del Congreso en donde se debatirá el proyecto de Reforma Laboral impulsado por el Ejecutivo y cuestionado por diferentes referentes gremiales.
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