Mauricio Macri asumió que las nuevas tecnologías impactan sobre las relaciones laborales y el acceso a la información y el conocimiento. Por eso no dudó cuando se planteó la posibilidad de compartir un café con Bill Gates en la Casa Argentina que se levantará en Davos. La cita será el 24 de enero a la tarde, y Macri recibirá a Gates y su esposa Melinda junto a Juliana Awada.
El Presidente está preocupado por los niveles de pobreza del país y busca métodos y procedimientos para atenuar la presión que ejercen los algoritmos y la robotización en el mercado de trabajo. Gates considera que los robots reemplazarán los empleos menos calificados e insiste con la educación compleja para cerrar asimetrías y evitar una crisis en el mercado de trabajo. Macri coincide con este genio de la tecnología mundial y seguramente sonreirá cuando Gates le esboce su última propuesta que vincula robótica y tecnología: cobrar impuestos a los robots que sucedan a los seres humanos. De esa manera, las compañías no se abusarían de un fenómeno que pone en jaque a toda la comunidad global del siglo XXI.
Tras su encuentro con Gates, el presidente se reunirá con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. Macri y Trudeau se tienen simpatía mutua y sintonizan la misma perspectiva ideológica. Ambos comparten la necesidad del libre comercio, sostener el acuerdo de cambio climático de París y profundizar un programa mundial a favor de los refugiados.
Esta agenda común contrasta con la mirada global de Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos y un interlocutor obvio de Macri y Trudeau: Canadá y Argentina necesitan al mercado americano y asumen que no tienen mucho margen de maniobra frente al líder republicano. De todas maneras, los dos jefes de Estado apuestan al multilateralismo y jugarán en tándem para atenuar eventuales medidas proteccionistas que se diseñen en el Salón Oval.
A la hora del té, Macri recibirá a Máxima Zorreguieta, la reina de Holanda. Máxima empuja desde la ONU un programa de inserción financiera y tiene una preocupación fidedigna sobre la crisis de los refugiados de Medio Oriente. Ya conversó sobre estos temas globales con el Presidente, y la intención es multiplicar las acciones solidarias frente a la estrategia de la Casa Blanca de atenuar los movimientos a favor de los refugiados y la inclusión financiera. La actual administración republicana considera que esas políticas humanitarias pueden beneficiar a los movimientos terroristas vinculados a ISIS.
Por el sentido que Macri pretende imponer a su visita en Davos, la intención del Presidente es multiplicar las reuniones con CEO globales e influyentes inversores globales, más que lograr encuentros bilaterales con jefes de Estado. Por eso, están casi descartados los encuentros con los presidentes de Brasil y Colombia, que también llegarán al Foro Económico Mundial, y un posible contacto casual con la premier británica Theresa May.
Cuando Macri termine sus reuniones con Gates, Trudeau, Máxima y los representantes de Facebook y Global Citizen que también fueron invitados a la Casa Argentina, buscará refugio en el bucólico hotel Belvedere. El 25 de enero al mediodía, Macri tiene previsto hablar frente a los principales invitados del Foro de Davos. Este discurso se transmitirá a todo el mundo y Macri le asigna un valor clave. Quiere que lleguen más inversiones extranjeras a la Argentina, y confía en que su presentación global pueda remover la desconfianza que han dejado doce años de kirchnerismo.
El discurso dura 20 minutos.
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