Tal como adelantó Infobae hace una semana, la Casa Blanca, a través de un comunicado, informó que Donald Trump nominó al juez Edward Charles Prado para ser el embajador en la Argentina. Ahora, su pliego deberá ahora ser aprobado por el Congreso norteamericano, donde será evaluado por el comité de Relaciones Exteriores y votado por el Senado, y luego enviado al gobierno argentino.
Prado reemplazaría a Noah Mamet, quien estuvo como representante del gobierno norteamericano desde enero de 2015 hasta enero de 2017, cuando Donald Trump llegó a la presidencia.
El recorrido profesional de Prado muestra una larga experiencia en el Poder Judicial, donde trabajó durante casi 35 años, como juez de distrito en Texas primero y como miembro de la corte de apelaciones del quinto circuito durante los últimos 14 años.
No es una figura conocida en Washington, donde su elección causó alguna sorpresa en medios diplomáticos, pero se sabe que tiene vínculos con el Partido Republicano de larga data, primero con funcionarios del gobierno conservador de Ronald Reagan y luego con la familia Bush, también oriunda de Texas.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, ya había recibido con enorme satisfacción en su refugio vacacional de Guazuvirá, en Uruguay, un llamado telefónico en el que le notificaron que el gobierno de los Estados Unidos anunciaría en las próximas horas al nuevo embajador. Le comentaron que Prado tiene contactos en Neuquén y de estrechos vínculos con el ex presidente George W. Bush.
Durante la comunicación, el interlocutor relató que la administración de Donald Trump cuenta con los votos necesarios para que el pliego tenga un tratamiento veloz en el Senado. De acuerdo a las leyes locales, la nominación debe pasar primero por el Comité de Relaciones Exteriores y una vez aprobada se discute en el recinto.
El nombramiento era esperado con gran expectativa por la Casa Rosada, que hizo de la construcción de una relación estrecha con el gobierno de Estados Unidos uno de los pilares de la reinserción internacional del país. La ausencia de un representante diplomático norteamericano era una cuestión pendiente en el avance de ese vínculo, en parte subsanada por la relación personal y de confianza entre los presidentes Trump y Mauricio Macri, así como de altos funcionarios de ambos gobiernos.
La designación de Prado completa la reciprocidad de los pasos diplomáticos iniciados con el nombramiento del empresario Fernando Oris de Roa como representante argentino en Washington. La llegada de Oris de Roa se espera para los próximos días en Washington, y hacia fin de mes presentaría sus cartas credenciales al presidente estadounidense en la Casa Blanca, según fuentes de la Cancillería.
La noticia del nombramiento de Prado se dio a conocer pocos días después de que el secretario de Estado del gobierno de Trump, Rex Tillerson, anunció una próxima visita a la Argentina, lo que en el gobierno de Macri se leyó como una ratificación más del buen curso que siguen las relaciones bilaterales, más allá de las restricciones comerciales que Estados Unidos aplicó al ingreso de biodiesel argentino.
La agenda de encuentros del más alto nivel podría tener su momento cumbre en el Foro de Davos, en Suiza, donde es posible que los presidentes Macri y Trump se reúnan. Ambos confirmaron que asistirán al foro económico, dentro de una semana.