Tiene la mano izquierda quemada por un accidente doméstico, la camisa blanca impecable y los ojos clavados en el televisor de su oficina. Acaba de terminar una reunión con un grupo de intendentes del Conurbano en las oficinas de calle Esmeralda, ese reducto político y peronista donde se negocia, se acuerda y se decide.
La entrevista está pautada para las 16:30. Tres minutos después de la hora acordada el intendente de Lomas de Zamora pide disculpas por la demora y pregunta: "¿A que hora era la entrevista?". Luego se sienta en un sillón negro y mullido, deja su celular al lado de la mano sana y cuenta los motivos que lo llevaron a tener su otra mano totalmente vendada.
Martín Insaurralde es uno de los dirigentes del peronismo bonaerense más influyentes. Gobierna el segundo municipio más poblado de la provincia y mantiene un perfil dialoguista que le permite hacer equilibrio en el diverso mundo del PJ. Repite, a lo largo de los cuarenta minutos de diálogo grabado, que la oposición tiene que entender que hay que ayudar a gobernar. Que esa es la lógica que debe tener el sistema político en un país democrático. Afirma que es el momento de su generación y que hay dirigentes que están emergiendo, pero que aún no tienen liderazgos resonantes. Habla siempre del tiempo, la responsabilidad y la unidad.
-¿Qué es hoy el peronismo? El peronismo de este enero de 2018
-Es un peronismo con una gran expectativa y una gran responsabilidad. Una generación de dirigentes, intendentes, legisladores y actores del peronismo de la provincia de Buenos Aires, que tenemos la responsabilidad de armar un gran frente electoral y de ir a buscar una gran unidad y renovación. Empezamos a dar esos grandes pasos. Después de haber perdido en el 2015 y 2017, con expectativa, el peronismo bonaerense renovó sus autoridades partidarias. Asumieron Gustavo Menéndez, Fernando Gray y Juan Pablo De Jesús que son los hombres que elegimos para conducir este proceso que acompañamos todos. Empezamos a tener más reuniones. No solamente con los peronistas nos debíamos ese encuentro, sino también con peronistas que están fuera del partido justicialista. Actores que estuvieron trabajando con Florencio Randazzo y con Sergio Massa cuando nosotros pertenecíamos a Unidad Ciudadana. Hay un gran desafío. Y ese desafío es encontrar un frente electoral de unidad para el 2019.
-¿Qué no haya elecciones este año permite que el acercamiento y las negociaciones con aquellos que no formaron parte del mismo frente sean más fluidas?
-Creo que es así. Pero lo invertiría. Porque no hay elecciones, debemos hacer ese esfuerzo. Porque es anticiparse a una fusión electoral que no funcionó. Si me siento a acordar con un frente electoral opositor solamente por los cargos, y en los últimos dos meses, no funciona. No funcionó. Cada uno fue con su lista separado. Porque priorizaron sus egos. Hoy, al no estar eso en juego, debemos obligarnos a la discusión de cuáles son las ideas. Quiénes somos los que queremos ponerle el freno al gobierno que sigue ajustando, que sigue dándole a los jubilados y trabajadores menor amplitud de derecho
Si el peronismo va dividido a la elección del 2019, no tenemos chances de ganar
-¿Qué es un gran Frente Electoral?
-Una fuerza opositora que vuelva a enamorar al electorado y pueda ganar las elecciones. Primero es conformar un gran frente opositor que tiene que ver con ser constructivo a la hora de acompañar la gobernabilidad, respetando quienes ganaron las dos últimas elecciones, que fue Cambiemos. En ese caso, yo y la enorme mayoría de los dirigentes, hemos dado muestras del acompañamiento a la Provincia reclamando fondos, discutiendo temas de seguridad, indistintamente de que partidos somos. Nuestra construcción que tiene que ser de cara al 2019. Ese gran frente tiene que ser acompañando con mejores propuestas. Nosotros conformamos este nuevo peronismo para ser mejores que los que gobiernan, no para oponernos porque la gente nos votó como opositores.
-¿En la composición política tiene límites ese frente electoral?
-No. El límite siempre es con las ideas. En mi caso personal y en el caso de los que hoy conducen el PJ de la provincia de Buenos Aires, no distinguimos nombres ni ideas. Los nombres son lo menos importante.
-¿El peronismo está atravesando un tiempo en el que tiene que plantearse una reconstrucción que trascienda el año electoral?
-Cuando nosotros comenzamos este desafío como dirigentes, yo dije que el primer objetivo es construir un arco opositor. Después, la elección del 2019 es circunstancial pero pone un punto de inflexión como una muestra de esa unidad y renovación que buscamos. Al peronismo, en ideas y debates, la reconstrucción y volver a ser gobierno puede llevarle un proceso más largo. Venimos de perder tres elecciones de las últimas cuatro. El desafío primero tiene que ver con las ideas, después con encontrar los tiempos y luego es volver a enamorar al electorado. Somos una generación que entendemos que el que gana no es un enemigo, sino un adversario político. Si me toca acompañar una gobernabilidad, lo voy a hacer, porque creo en la democracia
-¿El peronismo sabe convivir con la ausencia del poder de gobierno?
-El peronista se crió y militó en el poder. Podrá entender eso una generación como la mía que está entre los 35 y los 55 años. Que es una generación que en la democracia estuvo prácticamente siempre en el poder. Fue una de las grandes discusiones para comenzar esta reorganización, unidad y renovación del peronismo. El primer paso era entender que se perdió. Hay que entender que no se gobierna. Cuando se entiende que no se gobierna, hay que aprender a ceder más, a entender quienes son las mayorías y como se gobierna en minoría. Yo lo aprendí en el 2009 cuando asumí como intendente y me tocó gobernar dos años en minoría. Aprendí a conducir el segundo municipio más importante de la provincia de Buenos Aires desde una minoría. Para construir mayorías había que ir a esas minorías y convencerlas. Es un gran aprendizaje para el peronismo, le hace muy bien a la democracia y le hace muy bien a los dirigentes. Porque hoy, a veces, es dar dos pasos y retroceder uno. Volver a dialogar, volver a consensuar, volver a aportar una mejor idea.
-¿Todos entendieron que se perdió?
-La enorme mayoría sí. Por eso se está dando esta reorganización. Yo estoy confiado en este proceso.
-¿Quiénes no entendieron?
-No hay nombres. Quienes no entendieron esto, creen que estas obligado a decir que no porque no perteneces a Cambiemos. No creo en esa teoría. Ni la enorme mayoría del peronismo que quiere reorganizar y hace el esfuerzo de hablar con todos los sectores. Todos esos estamos convencidos de que se perdió y por eso tenemos que ser mejores si queremos volver a ser una opción.
-Hace pocas semanas formó parte, junto a otros intendentes del PJ, de una reunión con dirigentes del gobierno. Fue criticado por el diputado del kirchnerismo Andrés Larroque. ¿Cómo toma esas críticas?
-En toda mi vida política he recibido esa clase de críticas. Siempre evalúo como le fue a Lomas de Zamora cada vez que yo pensé que había superar las diferencias ideológicas y las diferencias que tengo con los distintos dirigentes de la oposición. Resolverle las cosas a la gente, que es para lo que uno viene a la política, uno no se las resuelve con palos, negando y obstruyendo todo. Hemos cambiado una plataforma de gestión con acuerdos y diálogo. Pasa en la familia, en un club de fútbol y en la política. Es igual para todos los sectores. Mientras mayor diálogo tenes en tu casa, hay mayor armonía, le va mejor a la familia y tus hijos crecen en paz. No hay que tomar que la política es una cosa extrema, fea, mala, dura y de pelea. Yo hago política de la misma forma que vivo todos los días.
Hay dirigentes a los que no les tocó gobernar y creen que todo es cuestión de oponerse
-¿Y por qué cree que lo critican entonces?
-Porque no todos somos iguales y es respetable. Nunca voy a polemizar con los que hacen esas críticas porque perdería energía. Yo fui candidato del oficialismo y seguramente hubo críticas de un sector. Un sector minoritario. Porque la enorme mayoría me eligió y con esa mayoría construimos un espacio que gobernó muchos años la Argentina e hizo grandes ampliaciones de derecho a muchísimos sectores de la población. Y principalmente a los que nosotros siempre defendimos como peronistas que eran los más humildes.
-¿Hoy se siente parte del kirchnerismo o del peronismo?
-Me siento parte de un gran proceso que va a construir un gran frente. Eso de entrar en el juego del kirchnerismo o peronismo…uno en su formación siempre fue afiliado al peronismo de la provincia de Buenos Aires. En el 2003 llegó Néstor Kirchner a hacerle un gran aporte al peronismo bonaerense, que fue la construcción del Frente para la Victoria, que a partir del 2005 construyó mayorías y le dio a la provincia triunfos electorales y conquistas sociales. La esencia de un dirigente del campo popular es el peronismo. No hay otro lugar donde pararse en su formación. La enorme mayoría de los dirigentes de la provincia de Buenos Aires que formamos este gran frente tenemos la esencia del peronismo.
-¿El peronismo es el gran paraguas que cobija a todos?
-Sin duda. El peronismo siempre fue frentista. El kirchnerismo es contemporáneo. Cada uno fue agregando su impronta al frente electoral.
-Ese gran espacio que es el peronismo hoy está dividido en diferentes sectores. Están los gobernadores, los legisladores de Argentina Federal y los de Unidad Ciudadana, los intendentes bonaerenses. ¿Pueden el peronismo y el kirchnerismo confluir en un mismo espacio?
– Es posible. Es un desafío enorme, pero hasta ahora no lo hemos logrado. Y no lo hemos logrado porque no se había propuesto. Creo que había que entender que se perdió y esperar el paso de las elecciones. Y el tiempo. El tiempo es el gran ordenador. Ahora hay que ordenar los objetivos para encontrarnos. Con los nombres es lo más difícil. Entonces tenemos que empezar a converger con los distintos puntos de vistas de la Argentina que queremos. Cuando vamos a elecciones, recibís las hojas de los candidatos, y parece que somos similares. Ves que todos pelean por lo mismo. Si nos parecemos, no discutamos tanto el nombre. Me reuní con Cristina y con muchos dirigentes bonaerenses en el último tiempo. Nadie habla de nombres. ¿Será porqué no hay elecciones? Bienvenido sea que no haya elecciones. Redoblo el esfuerzo. Nadie nos pregunta, cuando recorremos la provincia, quién va a ser el candidato.
-El peronismo siempre fue un movimiento que tuvo líderes fuertes y hoy no los tiene
–Hoy la única que construye un gran polo opositor es Cristina. Peronistas emergentes nuevos hay una enorme cantidad. Todavía no con ese nombre resonante de grandes liderazgos, pero el tiempo va a ser que aparezcan y nos ordenemos. Yo voy a trabajar para eso. Estoy seguro que en el campo popular hay. Los conozco y los veo.
-¿A quién identifica dentro de esa generación con posibilidades de trascender y colaborar en el liderazgo del partido?
-A los que elegimos como autoridades del peronismo. Gustavo Menéndez, Fernando Gray y Juan Pablo De Jesús. Son intendentes con una responsabilidad enorme. Gustavo con un rol nuevo y muy importante. Fernando gobernando un distrito intermedio pero con muchos años de intendencia. Y Juan Pablo es de los dirigentes menos conocidos pero es un gran actor de la política. En esos tres se reduce el marco de muchos que tenemos ganas de acompañar y reorganizar este proceso del peronismo. Camino al 2019, el tiempo biológico a nosotros no nos corre. Hoy tenemos la obligación de ponernos al frente de esa reconstrucción.
-¿A Cristina Kirchner la corre el tiempo biológico?
-No. A ella menos la corre el tiempo biológico. No por la edad, si no porque ella ya lo hizo todo. Fue presidenta dos mandatos y senadora nacional. Ocupó los máximos cargos que la política le dio. Cristina va a trabajar desde el mejor lugar en el que pueda aportar para construir este gran frente.
“La oposición tiene que entender que hay que ayudar a gobernar, porque sino nadie podría gobernar en la Argentina
-¿Cristina puede ser candidata? ¿Puede liderar este nuevo tiempo?
-Tiene el liderazgo como gran opositora. El liderazgo de la renovación no existe. Sino lo renovaría una persona. Estamos siendo un grupo de intendentes, diputados y dirigentes de la provincia de Buenos Aires los que intentamos, entre todos, empujar mancomunadamente. Cristina expresa ese gran sentido fiel de oposición, pero esta reconstrucción es otra cosa.
-¿Si salimos de los límites de la provincia de Buenos Aires, distingue a gobernadores que se puedan mostrarse como una alternativa de conducción?
-Yo soy intendente de una ciudad muy poblada. Hay que gobernar. No veo a ningún gobernador, tenga o no tenga reelección, con la irresponsabilidad de salir a mostrarse. El compromiso es con el peronismo que tiene que encontrar un proyecto nacional. Si no hay un proyecto nacional, no hay oportunidad para una provincia o un municipio. Será cuestión de tiempo. Ellos tienen la misma responsabilidad que nosotros para armar este gran frente opositor. Pero los mayores responsables somos los actores de la provincia de Buenos Aires porque aportamos el 40% del padrón electoral. Cuanto más demoremos nosotros la reorganización, mayor va a ser la dificultad para armar un gran frente electoral y un gran proyecto nacional.
-¿Habla con María Eugenia Vidal?
-En estos días, no. Pero en general sí.
-¿Tiene diálogo fluido?
-Tengo diálogo. Diálogo fluido tengo con los ministros. Pero he hablado cuando he tenido distintos temas de gestión.
-¿Qué visión tiene ella del peronismo?
-No coincidimos mucho. Tiene una visión totalmente contraria a la mía. No porque me lo haya dicho sino porque he escuchado sus expresiones. Vidal cree que no todos los peronistas somos iguales. Ella considera que el peronismo no le ha hecho bien a la provincia de Buenos Aires. Yo creo que el peronismo ha hecho muchas cosas bien. Pero siempre falta. Seguramente, cuando ella deje el mandato, será juzgada por la oposición diciendo todo lo que falta. Ella y su equipo dirán todo lo que hicieron. Eso es lo que en la política, para ser serios, se tiene que terminar. Para mi el peronismo hizo muchísimas cosas en la provincia. Cambió el conurbano, hubo récords en la construcción de escuelas, rutas, iluminación, cuadras de asfalto y cloacas.
-¿Cree que Vidal quiere poner al peronismo en el lugar de enemigo constantemente?
-Por ahí lo siente o forma parte de una estrategia. Todavía no la conozco tanto como para estar seguro que lo hace por una estrategia política o lo hace convencida porque cree que el peronismo es el enemigo. No lo sé.
-¿Le gustaría ser candidato en el corto plazo?
-En la elección del 2015 decidí que mi lugar era abordar todos los temas pendientes que me quedaban en Lomas de Zamora. Hoy estoy comprometido en reorganizar el peronismo en Buenos Aires. Le debo al peronismo poner todo lo que tengo de mi capacidad, diálogo y energía para reconstruir este espacio.
-¿Cómo analiza el rol del presidente del PJ Bonaerense, Gustavo Menéndez, en este tiempo donde mantiene reuniones constantes para acercar los diferentes sectores del peronismo?
-Es el que decidimos cuando lo elegimos presidente. Teníamos en claro que si nosotros íbamos a comprometernos a ingresar al PJ nuevos dirigentes, era para hablar con todos. Queremos ir más allá de una foto. Queremos confluir en ideas y acuerdos. Y eso es un trabajo enorme y largo. Hay que tener mucha vocación y ganas. Gustavo tiene las ganas y la responsabilidad de hacerlo.
-¿Para ser realmente competitivo en el 2019 tienen que confluir todos los sectores del peronismo?
-Si vamos separados, no hay chances. La foto de hoy tiene al gobierno y la oposición. Tenemos que ponernos de acuerdo en los puntos en que no lo estamos. Hay que entender en la oposición que, a veces, hay que ayudar a gobernar, porque sino nadie podría gobernar la Argentina. Si no se puede gobernar en minoría la Argentina, se termina la democracia. Hay que hacerle entender mucho eso al sector de la oposición. Negociación es el diálogo. Buscar consenso. Esto es la política.
-¿Oponerse a todas las políticas del oficialismo es un mal de aquellos dirigentes que nunca tuvieron la responsabilidad de gobernar?
-A veces se lo adjudican al kirchnerismo y eso está mal. El kirchnerismo ha tenido que gobernar hasta sin presupuesto. Yo no lo pondría en un sector político, pero sí en dirigentes. Hay dirigentes a los que no les ha tocado gobernar y creen que todo es cuestión de oponerse. "A mí me votaron para ser oposición", dicen. ¿Quién dijo eso? En la boleta de Lomas de Zamora no decía: "Quiero ser opositor". Decía Cristina Fernández de Kirchner senadora. Hay que leer la realidad. A veces tu idea no prevalece o podes estar equivocado. En las cuestiones que son de convicciones y son ideológicas, me paro firme, pero hay otras cuestiones en la que se pueden encontrar acuerdos.
Cuanto más demoremos la reorganización en Buenos Aires, mayor va a ser la dificultad para armar un gran frente electoral
-¿Sergio Massa debe confluir nuevamente en el peronismo?
-Con Sergio tengo una relación personal. Es un amigo entrañable. Lo he dicho públicamente. Pero en la política son más veces las que no coincidimos, que las que sí. Él hace una lectura de la política, a veces, errada. Tiene talento, inteligencia y futuro. Es joven y tiene gran experiencia. Pero hay que entender que muchas veces las ideas también construyen a través de tu relato y formación. Hay que construir grandes frentes electorales, sino tus ideas no prevalecen. Para que mis ideas prevalezcan y llegar a las mayorías, tengo que ser superador. Si quiero aportar una idea, quiero que esa idea se pueda realizar. Y para poder realizarla tenes que ganar una elección.
-Habló de oposición y oficialismo. De dos sectores marcados en la política nacional. ¿Es difícil la tercera vía en Argentina?
-Lo demostraron las elecciones y lo demuestra la sociedad. Hay que entender que en la democracia moderna, el oficialismo y la oposición tienen que tener puntos de encuentro. Yo siempre estoy dentro del peronismo pero creo que hay cosas en las que me puedo poner de acuerdo con el gobierno que hoy tiene la Argentina. Vidal nos convocó para reclamar los 65 mil millones de pesos del Fondo del Conurbano. ¿Me voy a oponer porque es el Gobierno? Pero si lo luché desde 1995 cuando (Domingo) Cavallo lo congeló y en el 2014, cuando fui diputado, presenté un proyecto de ley. ¿Después de eso me iba contradecir? Formo parte de un partido opositor, pero en esta situación podía contribuir para el bienestar de los bonaerenses, no para el gobierno de Cambiemos.
Fotos: Martín Rosenzveig