Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, realizó un análisis de la situación social que se vive en la Argentina en estos días y planteó un futuro desalentador: "El panorama viene muy feo y en estos días se va a profundizar".
Juan Grabois es un hombre de confianza del papa Francisco desde que era arzobispo de Buenos Aires. En Roma, el Santo Padre lo nombró asesor del Consejo Pontificio de Justicia y Paz del Vaticano, encargado de la organización de los "Encuentros de los Movimientos Populares".
Consultado sobre los incidentes registrados en la Plaza del Congreso el último lunes por la tarde mientras Diputados debatía la reforma previsional, el dirigente social señaló: "La lluvia de piedras fue impresionante. Hubo activistas que hacen militancia política y con los cuales no estoy de acuerdo y hubo gente que se prendió porque lastiman y se dejan lastimar".
En relación a la violencia extrema del lunes, afirmó en declaraciones en América 24 que "no fue organizada, fue una minoría ínfima". "El que lo hizo fue muy estúpido y fue funcional al Gobierno. Fue más violencia política que violencia social", dijo.
Ante eso realizó un análisis basado en su experiencia en su trabajo como dirigente: "Vimos la externalización que se genera en la barriadas por la exclusión social que se manifiesta de distintas maneras combinada con la pérdida de autoridad del sistema político".
“Lo de la violencia fue muy estúpido y funcional al Gobierno. Fue más violencia política que violencia social”, afirmó
"La violencia es por la frustración y la bronca de fines de año porque es allí donde se exacerba el consumo y los que están fuera de ello, tienen bronca", explicó.
En cuanto a la relación de las organizaciones sociales con el Gobierno, remarcó que hasta las últimas elecciones existía un "buen diálogo". "Creo que por soberbia no se invitó a las organizaciones a las reuniones en el CCK. El diálogo con el Gobierno se cortó. Estamos en una situación de emergencia", sostuvo. Y añadió: "Pensaron que como en dos años no habían tenido quilombos no necesitaban hablar más con esta gente. No había un compromiso de trabajar políticas públicas y por otro lado hay una pretensión de hacer caja con los fondos que van a los más vulnerables".