El mundo de la inteligencia local está convulsionado. Es que está en la Argentina el mítico Nikolai Patrushev, actual secretario de Consejo de Seguridad ruso, luego de una larga carrera en la KGB y la organización que la sucedió, la FSB. Vino en misión oficial con una importante delegación y se reunió con Mauricio Macri en la Casa Rosada. Por la tarde, mantendrá reuniones con los responsables de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Al llegar a Casa Rosada, fue recibido por el secretario de Asuntos Estrategicos, Fulvio Pompeo, con quien firmó convenios de cooperación en materia estratégica y de seguridad internacional. También se reunió con el jefe de Gabinete, Marcos Peña y, después del encuentro con Macri, se quedó a almorzar. Fue cuando se sumaron el canciller, Jorge Faurie, el ministro de Defensa, Oscar Aguad y la ministro de Seguridad, Patricia Bullrich.
El encuentro entre Macri y Patrushev fue calificado de "excelente". Entre otros gestos de empatía, el ruso le regaló al argentino una pelota de fútbol del mundial. Y se confirmo que el Presidente viajará el 22 y el 23 de enero.
No es habitual que un hombre tan poderoso, y en general de bajo perfil, visite la Argentina, un país demasiado alejado del centro del poder. Evidentemente las relaciones entre ambos países pasan por un momento especial. El Presidente viajará en enero a Moscú, en una escala previa a la cumbre de Davos, y distintos barcos están colaborando en la búsqueda del ARA San Juan en el mar argentino, en una sorprendente operación militar que supone gran esfuerzo presupuestario y logístico.
Desde 2015, Argentina y la Federación Rusa tienen un acuerdo de "asociación estratégica integral", que Macri continuó con pragmatismo, se explicó. "Es una visita que forma parte de esa vía ascendente en escala positiva, se reunieron los vicecancilleres, también viajó el canciller Jorge Faurie a reunirse con el canciller ruso, se está avanzando en áreas novedosas, propias del siglo XXI, como ciencia, tecnología e innovación, con muy buena respuesta de ambos lados y pensando en el mediano plazo", detalló a Infobae un diplomático que trabaja en la relación entre ambos países.
"Es un peso pesado, que además vino para afianzar las relaciones en la cooperación técnico-militar, un vínculo grande e importante sobre todo entre organismos policiales", dijo a una fuente del área de inteligencia. "Seguramente también hablarán del Mundial de Fútbol", especuló el funcionario.
Un experto, por su lado, explicó que "la presencia de Patrushev es clave porque, desde el tiempo de los zares, el eje del sistema político ruso es el aparato de seguridad e inteligencia, se trata de una constante en el sistema político ruso". Por otro lado, se trata del hombre fuerte del gobierno de Vladimir Putin, a quien sucedió como jefe del Departamento de Seguridad Interna en la organización de inteligencia, luego como jefe de la seguridad presidencial y, más tarde, directamente como director de la FSB. "No hay Putin sin Patrushev", aseguró este analista.
Patrushev nació en San Petersburgo cuando todavía se llamaba Leningrado, y su padre fue un oficial de la armada soviética. Aunque se graduó de ingeniero, desde muy joven se alistó en las filas de la KGB -como oficial- en su ciudad natal. Fue condecorado como héroe de la Federación Rusa y con la Orden al Coraje, al Mérito Militar y al Mérito Naval, entre otros reconocimientos.
Asumió como secretario de Seguridad en el 2008 y es considerado uno de los funcionarios extranjeros más vigilados por la inteligencia norteamericana. Cuando en 2014 la Federación Rusa anexó Crimea, la Unión Europea lo puso en la lista de personas sancionadas.