Desde que en la mañana del 15 de noviembre el submarino ARA San Juan se comunicó por última vez con una base terrestre, empezaron a circular teorías sobre lo que podría haber sucedido con el buque sumergible construido en Alemania en 1983. Sin embargo, dos hechos concretos acotan las hipótesis: un principio de incendio en el interior de la nave y la explosión detectada por la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (OTPCE).
Los dos hechos ocurrieron el mismo 15 de noviembre, y el primero fue confirmado por la tripulación del San Juan. Se trató de un principio de incendio generado a causa de un cortocircuito en las baterías, provocado por el ingreso de agua al sistema de ventilación. Esto fue confirmado por el vocero de la Armada, Enrique Balbi, quien en una de las conferencias de prensa detalló que el último día que el submarino tomó contacto con tierra "lo informado por el comandante de la unidad y comunicado a su comandante superior fue el ingreso de agua" cuando se realizaba "el snorkel porque (el submarino) estaba cargando baterías".
Según explicó Balbi, el agua se dirigió por el sistema de ventilación a "una bandeja de conexión de las baterías de proa provocando un cortocircuito y un principio de incendio", consistente en "humo sin llama" que, según afirmó, "fue subsanado". El vocero agregó que "el agua de mar ingresa por el snorkel a través del sistema de ventilación, cae en la bandeja de conexionado en la que hay plástico, goma, cable, etcétera. Hay un cortocircuito y un principio de incendio el cual fue subsanado".
Si bien el capitán del submarino, Pedro Fernández, notificó a sus superiores que el desperfecto estaba arreglado, los tripulantes tuvieron que aislar eléctricamente la batería afectada por el agua y la nave continuó navegando en inmersión con el circuito de batería de popa. "No es la primera vez… me ha tocado a mí navegar con circuito dividido, lo que hay que hacer es ir a poca velocidad", dijo Balbi.
En ese sentido, Balbi explicó que ni el comandante del submarino ni su comandante superior desde tierra consideraron ese hecho "ni como una emergencia, ni como una avería de gran magnitud". "Si hubiese sido una emergencia él (Fernández) hubiera salido a superficie y le hubiese informado al comandante para que destaque una unidad para que la acompañe a puerto… en este caso decidió continuar a Mar del Plata", su destino final, dijo Balbi.
El vocero explicó que la entrada del agua habría ocurrido en la noche del 14 de noviembre o en la madrugada del 15, y detalló que esa misma mañana el comandante del submarino informó por telefonía satelital la avería producida por el ingreso del agua y, posteriormente, a las 7:30 horas "vuelve a comunicarse el comandante con su superior por telefonía satelital" donde le indica "me encuentro en inmersión navegando en demanda de Mar del Plata sin problema de personal". Esa fue la última comunicación registrada.
El otro hecho que condiciona a la investigación es la explosión que registró la OTPCE. Ese mismo 15 de noviembre, el organismo detectó "un evento anómalo, corto, violento, singular y no nuclear, coincidente con una explosión" a las 10:51, tres horas después de que el submarino se comunicara por última vez con la Base Naval Mar del Plata.
Esta novedad fue transmitida a las autoridades nacionales por medio del embajador en Austria, Rafael Grossi, país que integra la organización que captó la explosión, que detalló que lo detectado era consistente con una "señal de un evento impulsivo subacuático", que coincidió con la "anomalía hidroacústica" que había sido detectada por medios militares de los Estados Unidos a unas 30 millas al norte del lugar del que provino la última comunicación del submarino.
Sin embargo, la OTPCE precisó que la señal detectada apunta a una explosión "muy pequeña", algo que no significa que el sumergible entero haya explotado. "Lo que registramos es un impulso, una breve señal, pero esto no significa que el submarino haya explotado. Es un error que mucha gente está diciendo", afirmó el responsable de la CTBTO en una entrevista con la agencia española EFE. "Nosotros registramos una señal de una explosión muy pequeña. No sabemos si fue el submarino, o fue el movimiento del submarino o una pequeña (explosión) en los motores", dijo Lassina Zerbo, secretario ejecutivo de la CTBT.
En ese sentido, explicó que sus expertos empezaron a buscar posibles señales del submarino ARA San Juan inmediatamente después de saber que había desaparecido y en cuanto tuvieron datos avisaron a las autoridades argentinas. "Teníamos la experiencia del 'Kursk' (el submarino nuclear ruso desaparecido en 2.000 en el que murieron sus 118 tripulantes). El Kursk en su momento fue detectado por una red sísmica", recordó sobre ese precedente.
La CTBTO tiene una red de 300 estaciones de medición repartidas por todo el planeta para detectar en cuestión de segundos cualquier explosión nuclear. Estas instalaciones detectan explosiones atómicas subterráneas o atmosféricas a través de mediciones sísmicas, hidroacústicas, de infrasonidos o de partículas radiactivas.
El ARA San Juan, un submarino diésel eléctrico clase TR-1700 de fabricación alemana y operativo desde 1985, desapareció el 15 de noviembre con 44 tripulantes cuando navegaba desde Ushuaia hacia su base en Mar del Plata.
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Con información de AP, EFE, NA y Télam