Este viernes cumple un año la Policía de la Ciudad, parte del Sistema Integral de Seguridad Pública, creado a través de la sanción de la Ley 5688/16, el 17 de noviembre de 2016. Para la fecha el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, en diálogo con Infobae y otros medios nacionales, accedió a responder preguntas sobre varios de los temas que a lo largo de este 2017 involucraron a la nueva fuerza y hacer un balance de lo hecho hasta el momento: desde los desalojos en la 9 de julio, pasando por las estadísticas del delito en la Capital Federal, hasta el apartamiento a tres meses de asumir en el cargo, del ex jefe de la Policía, José Pedro Potocar.
Ocampo entra al salón de reuniones en el cuarto piso del ministerio de Justicia y Seguridad porteño y ocupa la cabecera de la mesa. Tiene puesta una camisa celeste que a la altura del pectoral izquierdo, muy chiquitas, casi imperceptibles, lleva bordadas sus iniciales. El detalle hace pensar en las identificaciones policiales, ubicadas en el mismo lugar en los uniformes de los agentes, un requisito obligado. En el caso del ministro es una elección, confeccionada a la altura del cargo, una costumbre que se considera símbolo de distinción, que nació con la realeza, en familias que vivían bajo el techo del mismo palacio y que grababan la ropa para no mezclarla, para diferenciarse.
"El camino que elegimos ha sido el camino más difícil y que lleva más tiempo porque ha sido el camino de las reformas estructurales y de modificar todo el sistema de la seguridad pública. Modificamos todo el sistema de como se venía gestionando la seguridad en toda la Argentina, somos el único distrito que ha modificado todo su marco jurídico, normativo, sus instituciones, su policía y la forma de encarar la respuesta al tema de la seguridad", comienza la charla el ministro, empezando a marcar un contrapunto entre cómo se hacían las cosas antes y cómo se hacen desde hace un año; empezando a diferenciarse.
El nuevo Sistema Integral de Seguridad Pública incorporó civiles en tareas administrativas y de mantenimiento, permitiendo así la incorporación de 1.000 agentes más en las calles, plenamente dedicados "a ocuparse de la seguridad pública". "Nosotros hemos encontrado policías que se dedicaban a pintar las comisarías", dejó saber Ocampo, antes de insistir en que "ya tampoco son policías los encargados de controlar a los otros policías", en referencia a la nueva Oficina de Transparencia y Control Externo , otra de las incorporaciones, que pretende traer más transparencia a la institución en el marco de una política de "tolerancia cero" frente a la corrupción en cualquier escalafón de la fuerza.
Mientras Ocampo habla, a su espalda, dos televisores reproducen en loop dos videos: el primero muestra la formación de los cadetes y el segundo los últimos operativos de control de motos en la Ciudad, reforzados luego de que los "motochorros" se impusieran con fuerza en la agenda de los medios, especialmente después del asalto al conductor televisivo Jorge Rial en Palermo el mes pasado.
El ministro hace referencia a las imágenes de los cadetes, cada uno con una computadora personal en su pupitre y aprovecha a introducir a un tema que postula como "clave" para la nueva Policía de la ciudad; el de la preparación. "Ahí en el instituto se juega la policía del futuro, la policía que nosotros queremos es la que estamos formando y que tiene tres pilares estratégicos de preparación: la policía de calle, la de investigaciones y la policía científica", explica, antes de enfatizar: "Va a dar resultados en el mediano plazo y no en el corto, pero que es el cambio más profundo, es el del sistema de formación que cambiamos por completo".
Sin embargo es uno entre muchos cambios. Para Ocampo restan todavía implementar muchos aspectos de la nueva ley para que el sistema pueda funcionar articuladamente. En 2018 habrá uno que será trascendental, directamente vinculado a la organización de la Capital Federal hacia adentro: "La Ciudad está dividida en 8 circunscripciones, a partir del año que viene habrá 15 grandes comunas que abarcarán varias comisarías, para eficientizar la logística policial". Cada una de las jurisdicciones contará con una división de Seguridad, otra de Investigaciones y otra de Científica, esta última, como hasta ahora con mayoría de personal civil.
Siempre cuando hay cambio hay rechazo
En cuanto a las resistencias de algunos sectores de la fuerza que existieron en un primer momento de cara al nuevo sistema, Ocampo asegura que si bien no han desaparecido, cada vez son menos. "Siempre cuando hay cambio hay rechazo, sin embargo ahora es menos virulento. Cuando nosotros les decíamos al policía no quiero que vos pintes o no quiero que vos arregles el auto, te tenía que creer que les íbamos a pintar la comisaría y a arreglar el auto. Ahora lo ven y eso ayuda, las comisarías están todas con el mobiliario nuevo, el frente refaccionado, entre otras cosas, entonces eso colabora a que haya menos resistencia a la nueva forma de trabajar", sostuvo.
Al hablar de los escollos que debió afrontar el nuevo Sistema Integral de Seguridad Pública, hay uno que no puede dejarse de lado y que el ministro de Justicia y Seguridad no evade; la suspensión el 22 de abril pasado de José Pedro Potocar como jefe de la Policía de la Ciudad, acusado de formar parte de una asociación ilícita que extorsionaba a comerciantes. El desplazamiento fue realizado por el mismo Ocampo, apenas 140 días después de que el policía asumiera en su nuevo rol.
"¿Cuánto más podríamos haber previsto situaciones como la de Potocar?", se pregunta Ocampo siete meses después de que a sólo tres de asumir, el entonces flamante jefe de la nueva fuerza porteña, quedara involucrado en un hecho de corrupción. Y agrega: "Nosotros hicimos una investigación previa antes de tomar la decisión de designarlo, consultamos con mucha gente, con periodistas policiales incluidos y no tuvimos un sólo cuestionamiento".
A pesar del paso del tiempo según el ministro lo que suceda con Potocar "es una decisión que no tenemos todavía definida". "La prioridad hoy es que el sistema funcione en términos de seguridad ciudadana, y la verdad las cosas están funcionando bien, no hubo ningún inconveniente a partir de su salida. Nos vamos a tomar el tiempo que nos tengamos que tomar, para tomar una decisión acorde a la importancia que tiene esta situación", sintetizó, antes de sumar que sin embargo ve "muy difícil" que pueda regresar a la fuerza. "No creo que él quiera, todo esto ha sido muy difícil para él y también para su familia", consideró.
En esa línea y en cuanto a lo que significó el hecho hacia adentro de la institución, admitió que la noticia "se sintió en el sistema". "Fue en un momento en que estábamos empezando, era la creación de una nueva policía, un punto de tensión, había mucha gente de la Policía Federal que se resistía al traspaso y fue un golpe duro. Pero como te digo eso, también te digo que el sistema demostró que funciona. Nuestro proyecto ha sido un sistema de cambios estructurales desde sus cimientos y ese sistema se tuvo que bancar que el tipo que lo iba a comandar se fuera a los pocos meses, y lo resistió", destacó Ocampo.
En cuanto a otro de los puntos del que fue blanco la Policía de la Ciudad este 2017, la actuación en piquetes, manifestaciones y marchas, Ocampo lo atribuyó a "un problema de la coyuntura" que "no debería ser un problema de la seguridad urbana". "En democracia ellos deberían poder manifestarse, hacerlo de forma ordenada, avisando y teniendo el menor impacto hacia los terceros y eso debería ser el lugar en el que empiezan a discurrir estos temas. Lamentablemente venimos de años de no tener ningún tipo d política sobre eso, pero eso es el modelo que nosotros queremos", argumentó.
No se tolerará la violencia ni la agresión como forma de protesta
"La policía tiene el deber de garantizar la seguridad de los que marchan, de terceros y el cuidado de los bienes de la ciudad y las vías de circulación. No se tolerará la violencia ni la agresión como forma de protesta. Y es importante diferenciar entre un piquete y un corte por marcha o manifestación masiva", amplió a Infobae sobre un tema que generó rispideces y fue de debate recurrente, ante distintos desalojos en la avenida 9 de Julio .
A la hora de hablar de números, anticipó que se espera una primera versión del mapa del delito para antes de fin de año, una de las medidas que, dice, intentará comenzar a dilapidar la falta de datos y "reconstruir el apagón estadístico de los últimos años". Sin embargo pueden hacerse algunas consideraciones de los hechos que hoy más preocupan y más afectan a los vecinos de la Capital Federal a partir de lo que devuelven los relevamientos que se han realizado hasta el momento.
"Los más preocupantes son los delitos contra la propiedad, concretamente el robo de celulares", precisa y considera una cuenta pendiente el informar a la sociedad sobre la existencia del *234#, la línea que permite registrar un celular para en caso de robo bloquearlo remotamente. "Si logramos que la gente se acostumbre a esto, el delito va a bajar porque los teléfonos robados dejarían de ser utilizables. La mayoría de los delitos con moto están vinculados al robo de teléfonos", aseguró y agregó como de vital importancia que esto se difunda, ya que el 80% de los teléfonos en el país son prepagos, es decir, no están vinculados a ninguna persona, lo que permite su fácil reactivación y vuelta al mercado.
Otro de los temas preocupantes, pero no por la cantidad de hechos sino por la violencia de estos, está vinculado al robo de automóviles. "Cada vez es más difícil robar un auto, requiere prácticamente el consentimiento de la víctima, por lo que son episodios en los que se ejerce mucha violencia", desarrolla y se apura a sumar que "ahora a través del anillo digital que controla la chapa patente esto está disminuyendo. Porque si vos robás un auto y entrás a la ciudad, es mucho riesgo para ese delincuente circular con un auto robado".
Actualmente son 25 mil agentes los que forman parte de la Policía de la Ciudad. Este año el equipo de Ocampo recorrió distintas ciudades emblemáticas en materia de seguridad como Londres, Chicago, París, Nueva York, Berlín, entre otros puntos del globo, con un cuestionario de 500 preguntas, que buscaron indagar en las organizaciones y evaluar los beneficios y posibilidades de aplicar algunas de esas medidas en la ciudad de Buenos Aires. Este primer año pareciera ser positivo para la gestión, que logró sortear inclusive la suspensión del propio jefe de la fuerza y que empieza a través de cambios profundos a hacerse de una identidad propia.
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