"No lo buscamos, no lo pedimos, no tenemos nada que ver" con la detención de Amado Boudou. El Gobierno buscó despegarse inmediatamente de la medida que sorprendió hoy a primera hora de la mañana y, a través de los principales voceros, repitió –una y otra vez- que "no vamos a hablar", "es un tema de la justicia, no hay ninguna razón para opinar". Algunos funcionarios ya habían hecho declaraciones radicales, de todos modos.
Infobae supo que el juez federal Ariel Lijo informó anoche a las 21:30 al Gobierno de la medida que había dispuesto y que Mauricio Macri fue puesto al tanto horas después, ya en la madrugada. "El juez necesitaba organizar una dispositiva para que no se fugara", explicó una fuente, que no quiso revelar la reacción que tuvo el Presidente.
Sí se conoció en Casa Rosada que el ex vicepresidente no estaba al tanto de que sería detenido y que cuando ingresaron los prefectos se mostró asustado. Tampoco sabía por qué causa se estaba tomando esa medida. "No tenía la menor idea de nada", aseguraron.
Según trascendió, los miembros de Prefectura Naval se apostaron en la zona aledaña a los domicilios de Boudou y José María Núñez Carmona durante la noche, y solo decidieron ingresar para preceder a los allanamientos y posteriores detenciones una vez que amaneció, para evitar que se concretaran por la noche.
Lo que sí sorprendió entre funcionarios del Gobierno es la mención que el abogado de Boudou, Matías Molinero, hizo en relación a Macri, como si lo conociera, y desligándolo de la detención que dispuso Lijo. "Me suena ese nombre", es todo lo que contestó, enigmático, un hombre que tiene despacho en el primer piso de la Casa Rosada.