El juez Claudio Bonadio habló en el habitual almuerzo de los miércoles del Rotary Club de Buenos Aires, Allí, sostuvo que, por el sistema judicial, la lista de los que cobraron coimas en el caso Odebrecht "no apareció y no aparecerá" porque "los sistemas judiciales entre Brasil y Argentina no son compatibles". Y profundizó: "Tienen una legislación donde han cerrado acuerdos con los arrepentidos y el Estado no los puede romper. Un punto de los acuerdos es que solo una cantidad de empresarios de Odebrecht van a prestar declaración y solo sobre una cuestión".
Además cuestionó las expresiones de Mauricio Macri sobre el Poder Judicial. Dijo que en la presentación del CCK, incluso ante jueces de la Corte, "criticó a la Justicia y no le encontró ninguna virtud". Además, expresó: "Partió de la discusión de las vacaciones de 45 días y de una licencia con goce de sueldo de dos años que yo no sé dónde está. Si ese es el punto de partida para una discusión, empezamos mal".
Antes, el magistrado había hecho un diagnóstico de lo que ocurre en los tribunales. "Tenemos dificultades logísticas, de espacio, por ejemplo, pero para balancear tenemos el elemento humano que trabaja en Comodoro Py y en el Ministerio Público Fiscal que permiten, con esfuerzo personal, zanjar las dificultades". Y agregó: "Necesitamos gente seria para plantear soluciones serias a la sociedad".
Para contrarrestar las declaraciones de Macri respecto a las ferias de enero y julio y el horario de atención al público hasta las 13, citó casos emblemáticos. "La desgracia de Once y la muerte del fiscal Nisman ocurrieron los primeros días del año y las investigaciones no esperaron. También en el caso de LAPA. Siempre se trabajó".
Con un dejo de ironía, el juez más enfrentado al kirchnerismo que mandó a detener a Julio de Vido y que investiga a la ex presidenta Cristina Kirchner afirmó: "No tengo problema que me den la licencia que me corresponde por ley de contrato de trabajo, el problema lo van a tener los abogados cuando no se puedan ir de vacaciones nunca porque un juez les pone una audiencia. Solo los grandes estudios con rotación de personal van a poder tomarse vacaciones y los demás si quieren vacaciones van a tener que ponerse una verdulería".
Bonadio evitó responder sobre las causas que investiga, lo que lo pondría al margen de la recusación. De hecho, sobre Cristina Kirchner solo confirmó que en su escrito, no en forma verbal, le manifestó que no espera Justicia de su juzgado y que no existe hoy un Estado de Derecho. "Está planteado en los escritos, no lo ha dicho al hablar en su indagatoria", respondió y pidió no responder sobre la causa por el Memorándum con Irán porque se están "terminado las indagatorias y estamos tomando decisiones".
También amagó a guardar silencio cuando Clara Mariño, moderadora de la charla, le transmitió una pregunta de los rotarios respecto a la renuncia de la procuradora general Alejandra Gils Carbó. Primero se rió. "Me parece feo hablar", intentó disuadir a su auditorio tras lo cual recordó que "desde 1983, cuando cambiaba el ciclo político los procuradores se retiraban por su propia voluntad". "Siempre me pareció absolutamente equivocado atornillarse en el sillón de Procurador amparándose en cuestiones discutibles, sobre cuál es el mandato y que no se acepte que cambió el ciclo político", continuó para concluir elogiando que "dé un paso al costado".
Hubo murmullos en el salón del Sheraton Libertador, donde no quedó un solo asiento vacío, cuando la periodista leyó la pregunta sobre si siente presiones o condicionamientos al investigar a un ex canciller y una ex presidenta: "El alegato de oreja no se lo niego a nadie, yo escucho, si lo que me dicen me convence voy por ese lugar pero si no me convencen no me importa ni quién lo diga, ni dónde se diga, ni cuántas veces se diga", respondió. Y remarcó que "la mejor garantía contra las presiones es el expediente y las pruebas".
Bonadio inició la charla con una aclaración: "No he sentido que de manera pública o privada se haya tratado de influir en mis decisiones". Pero también dejó una advertencia: "No quiere decir que vea que lo que viene está todo bueno".
Aunque muchos en el lobby habían intentado sacarle definiciones sobre las causas que involucran a Cristina Kirchner, el juez avanzó en su discurso sobre el Código Penal y la práctica de Justicia en general. Su análisis fue negativo al señalar que "en los últimos años las reformas han sido impulsadas a partir de hechos criminales que tuvieron honda repercusión" y citó como ejemplos el asesinato de un custodio de Carlos Ruckauf y el secuestro y asesinato de Axel Blumberg. Para el primer caso indicó que "no debería ser distinta la muerte de un integrante de seguridad que de una mujer o un jugador de fútbol en una entradera", mientras que sobre el joven Blumberg planteó también la existencia de un sistema injusto que se genera cuando "las maniobras de los fiscales se realizan en secuestros extorsivos en un plazo muy corto y en un hecho de trata o contra el honor en un plazo muy largo". Al respecto, propuso: "Esto hay que corregirlo".
En todo momento Bonadio señaló al poder político como responsable de las mejoras en la Justicia. Citó varios ejemplos. Uno de ellos fue la Justicia en Brasil, donde "empujaron para que Dilma impulsara leyes que le permiten al juez Moro hacer lo que está haciendo". También recordó un viaje a Francia donde un subsecretario de Justicia, que definía el juicio político luego de las pruebas presentadas por un prejury, explicó a un grupo de jueces argentinos que "la violación de poderes está en los expedientes pero que el sistema de Justicia funcione depende de la política". Fue justo antes de que apuntara a defender a los empleados judiciales y criticara a Macri.
Finalmente reconoció que ya no está vigente aquel axioma según el cual "un juez habla por sus sentencias" y que con los actuales medios de comunicación "los jueces tenemos que dar respuestas". Acorde a lo que dijo, se quedó al final del almuerzo a responder algunas preguntas aunque terminó un poco incómodo después de ser consultado sobre su apartamiento de la causa por el supuesto encubrimiento de la causa AMIA. Indicó que ocurrió hace diez años y que no tiene que ver con lo que ahora investiga, el Memorándum con Irán.