"Julio, soy Héctor". La voz del jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria quedó grabada en el celular del ex ministro de Planificación Julio De Vido. Lo haya escuchado o no, lo cierto es que no lo respondió.
El mensaje llegó luego de que los diputados supieran que Cambiemos había logrado reunir dos tercios de los votos para garantizar el desafuero. En realidad, no tenían el número exacto, pero entre posibles ausentes y las diferencias en el PJ-FPV, el oficialismo tenía garantizada la votación.
Los diputados quisieron justificarse ante De Vido y avisarle que no lo dejaban solo. Algunos de ellos, durante las dos ásperas reuniones que tuvieron el martes por la tarde y hoy por la mañana, se mostraron agradecidos por las obras que impulsó en sus provincias o municipios durante sus años de gestión. Otros advirtieron que no tenían margen para salvarlo.
Hubo diferencias, reconocidas por unos pocos, por las que durante toda la última semana los diputados kirchneristas se comprometieron a no hacer ninguna declaración. "Pensamos que el bloque se iba a partir, pero Héctor (por Recalde) hizo un gran trabajo de contención", reconoció a Infobae una legisladora a la que le costó guardar silencio todos estos días, pero que se mostró orgullosa de haberlo podido hacer.
Además de Recalde, que está a punto de dejar su función, el ex ministro de Economía Axel Kicillof bregó por evitar una ruptura y acordar una posición unánime, más allá de sus propias diferencias con De Vido. Su sospecha, compartida con varios de sus colegas, es que "este es el paso previo, el próximo es intentar que no asuma Cristina". Así lo aseguraron distintos protagonistas de la discusión que trataron infructuosamente de mostrarse unidos detrás del ex ministro. "La prioridad es mostrar que no nos rompemos o acá se termina todo", analizaron durante la mañana de este miércoles.
En ese contexto, hubo quienes pidieron esperar hasta la hora que comenzará a sonar la chicharra que convocó a la sesión especial para definir la posición. Los tironeos entre la libertad de acción y bajar o no al recinto, incluían un pedido de renuncia De Vido que los liberara de una contradicción. Pero el ex ministro no renunció.
Recalde defendió la idea de presentarse en el recinto y que solo tres legisladores hablaran "para no convalidar un plan de persecución". La Cámpora y diputados kirchneristas del núcleo más duro fueron los más firmes defensores de De Vido.
Frente al escenario fragmentado, el presidente del bloque cambió de opinión. Lo convencieron los tironeos internos y condujo a su bloque a zanjar la pelea con el gesto de dejar las bancas vacías y evitar "un circo".
"Tenía un montón de cosas para decir. Me quedé con las ganas pero entendí", dijo a Infobae el siempre verborrágido defensor K Rodolfo Tailhade, que también guardó silencio hasta la conferencia de este mediodía en la que criticó a gran parte del Poder Judicial.
"Es la mejor decisión que pudimos tomar", le dijo una diputada ultra K a Recalde, cuando ya casi todos se habían ido del bloque tras mostrarse en una foto conjunta. Unos pocos hablaron públicamente. La foto no mostró a los 70 diputados nacionales, apenas la mitad, aunque sí estaba José Luis Gioja, ex gobernador y presidente del Consejo Nacional Justicialista, que en algún momento pensó en la abstención. El diputado sanjuanino fue de los dirigentes que se retiraron rápido y sin hacer declaraciones. Se fue con la excusa de una llamada telefónica antes de que terminara la conferencia.
Un puñado de diputados de las provincias había avisado que ya tenían una posición tomada. María Emilia Soria, reelecta el domingo en Río Negro, había conversado con su hermano y virtual jefe político, el intendente Martín Soria. Antes de la elección había anticipado que frente a este escenario votaría por la salida de De Vido e incluso tenía pasaje de avión para llegar, votar y volverse a su provincia.
Soria ni siquiera participó de las reuniones de bloque, aunque sí avisó que además de votar a favor del pedido de los jueces Luis Rodríguez y Claudio Bonadio, pronunciaría un fuerte discurso contra el Gobierno. Cuando ya se estaba por votar, no había regresado al recinto después de amamantar a su bebé. Emilio Monzó continuaba con el procedimiento parlamentario cuando ella se sentó y gritó desde su banca para que la dejaran hablar. "La entiendo, sé que tiene un bebé, la esperamos pero ya pasó", respondió el presidente de la Cámara baja. Ella insistió, él le concedió dos minutos y ella alcanzó a justificar su acompañamiento.
La diputada rionegrina aseguró que "si no habláramos de De Vido, hablaríamos de precios, de inflación, de la falta de empleo" y agradeció "a mis compañeros de bancada que me entendieron". Pasada de tiempo, explicó que tenía que "dar la cara" y que el pedido de los jueces "se ajusta a la ley", algo que en su bloque no todos compartieron.
Miriam Gallardo, tucumana que responde al gobernador Juan Manzur, participó de los debates internos. "Si no votamos por el desafuero, no vamos a poder volver a nuestras provincias", avisó, mientras algunos sospechaban gestiones entre el Gobierno y el gobernador.
"Los provinciales son los más difíciles", admitieron varios de los legisladores, y señalaron a misioneros y entrerrianos. Dos de ellos fueron los diputados Julio Solanas y Ana Llano quienes no se sumaron a la foto después de la conferencia. Juan Manuel Pereyra, de Forja, aliado en el interbloque, también estuvo en el recinto pero se abstuvo. El Movimiento Evita no bajó. Quienes si lo hicieron fueron los diputados del bloque Justicialista, a los que el Frente para la Victoria apuntó su rencor.
Finalmente, votaron a favor del desafuero seis diputados del PJ- FPV. No solo Soria acompañó al Gobierno, sino también Luis Bardeggia, de Río Negro; Ramón Tovares y Sandra Castro de San Juan; Gallardo de Tucumán y Ana Llanos de Chubut.
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