La campaña de Sergio Massa está signada por la búsqueda de una receta: romper con la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner, captar el voto de la clase media y mejorar el desempeño que tuvo en las PASO. La jornada de este lunes no fue la excepción. El candidato a senador bonaerense por el frente 1País dosificó su presencia en las redes sociales, mezcló un poco de vida familiar, filmó el último spot proselitista, incursionó en un raid por la TV y encabezó una caravana por un municipio del Conurbano de fuerte extracción peronista como lo es La Matanza.
La actividad arrancó bien temprano por la mañana. El líder del Frente Renovador avanzó en su estrategia y lanzó por Facebook una carta dirigida a los votantes de Cristina Kirchner, a quienes les habló del "chantaje de volver al pasado". "Hoy hay que llegar al electorado joven por medio de las redes", confesó Massa en diálogo con Infobae desde Tigre. Más tarde grabará lo que será su último spot de campaña donde le pide al electorado que lo acompañe en las urnas para "defender en el Congreso los valores de la clase media trabajadora".
Es el mediodía y Massa no tiene mucho tiempo para dedicarle a la familia más allá de un almuerzo frugal en su casa, antes de salir otra vez al ruedo electoral. Ya en camino hacia Canal 13, para participar en el programa conducido por Mariana Fabiani, asegura: "Macri y todo su gobierno no miran a la clase media y al trabajador. Sólo creen en la teoría del derrame para llegar a ellos y eso no se da". Luego arremete contra la gobernadora María Eugenia Vidal. "Se expuso demasiado en esta campaña. Quedó desgastada y creo que no hacía falta tanto". Durante la jornada no abundarán las críticas contra el Presidente y la gobernadora bonaerense. Prefiere evitar la confrontación con el Gobierno.
Entre intermitentes mensajes que emite por WhatsApp a sus colaboradores, aprovecha para ensayar algunas de sus propuestas de campaña: brega por un mayor impuesto para los bancos, los casinos y bingos; la reducción del IVA para los productos de la canasta básica y una rebaja impositiva para las pymes. Firme, señala que su bloque no votará una reforma laboral como la que prevé el Gobierno. "No vamos a votar un ajuste laboral a la brasilera", sostiene en abierta referencia al plan del presidente de Brasil, Michel Temer.
A bordo de un auto de alta gama, manejado por uno de sus asesores, llega al estudio de televisión ubicado en el barrio de Constitución en menos de 20 minutos. "Tiempo récord de campaña", señala animado un colaborador. Es uno de los ámbitos donde mejor se desenvuelve Massa: el set televisivo. "No hay que confundirse con una campaña presidencial, esta es una pelea legislativa por ver quién logra más bancas en el Congreso para así poder llevar nuestra propuesta alternativa al debate legislativo", dice. Massa reitera sus propuestas de memoria, se presta a las preguntas y repreguntas, hasta que termina el show.
Son las 15:20 y una combi con vidrios polarizados, preparada especialmente con cómodas butacas para seis personas y con refrigerador incluido, lo esperan para llevarlo a una caravana en La Matanza, el distrito manejado por Verónica Magario –con la que no mantiene la mejor de las relaciones– y que tiene como referente al presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza. "Recorremos todo el Conurbano. No nos importa quién gobierne en cada municipio que vamos porque nuestro diálogo es con la gente", se ataja ante una consulta de este medio. Para él, La Matanza es un territorio hostil. En 2013, una caravana encabezada por el entonces candidato a diputado nacional sufrió una emboscada y varias personas resultaron heridas. Antes de subir se fuma un pequeño habano importado. Lo hace distendido: "Que no me vean mis hijos", dice culposo.
Ya en camino hacia la actividad especialmente preparada por la jefa de campaña de 1País, la diputada Graciela Camaño, el candidato a senador bonaerense apunta –ahora– contra Cristina Kirchner. Justo a esa misma hora se empiezan a concentrar en Avellaneda los simpatizantes de la ex presidente y Massa saca su celular para ver en Infobae y otros medios una foto panorámica del estadio de Racing, donde Unidad Ciudadana comenzó a cerrar su campaña. "Esto es puro aparato. No sirve. Pusieron el escenario en el medio de tal forma tal que no juntan más de 36.000 personas. Quizás eso le sirva para su ego pero no le llega al ciudadano medio", diagnostica.
Cerca de las 15:50 la combi se frena en la Ruta 3, poco antes de llegar a San Justo. Sube su esposa Malena Galmarini que, sonriente, saluda a todos. Lo va a acompañar en la recorrida y de paso le trae un par de zapatillas blancas para la caminata. "Estamos con tiempo", lo tranquiliza. Luego Malena aclara por qué no lo acompañó en su incursión televisiva. "No me gusta la TV. Prefiero la caminata y el contacto con la gente. En la tele no me siento cómoda", se sincera.
Están por llegar al corazón del Conurbano profundo. Ya se escuchan los bombos de sus simpatizantes, se ven las camionetas abarrotadas de gente y los cánticos de siempre. ¿Por qué la caravana se hace en San Justo? Massa responde de inmediato: "Elegimos cada lugar de acuerdo a un semáforo que arma el equipo de campaña en función de los votos y el índice socioeconómico de la gente", dice. En este mapa, el color rojo representa a las zonas donde votan a Cambiemos; el amarillo aquellos lugares donde hay un voto mezclado y se pueden llegar a captar votos independientes, y el verde para el territorio donde la "pesca de votos" resultará más fructífera y fácil de alcanzar. En San Justo, en La Matanza, predomina el amarillo y no por la preferencia hacia el PRO. Así, sale a la pesca de votos independientes.
Massa se baja de la combi entusiasmado. Ya dejó el saco azul, se arremangó la camisa, se puso las zapatillas blancas y empieza a arengar a sus dirigentes: "Vamos, vamos que podemos". Lo dice con palmadas de manos y abrazos a Felipe Solá y otros dirigentes matanceros que lo esperan arriba de una camioneta blanca. Empieza la caravana por la calle Venezuela. Cada tanto se baja y arenga a los vecinos. "Fuerza, vamos que podemos", los alienta. Malena camina por la vereda, obsevándolo. No todos la reconocen. "Llevo la militancia en la sangre. Esto es lo que más me gusta. Siempre suma más caminar la calle y estar cerca de la gente. Los actos como los de Cristina Kirchner pueden sumar para la militancia pero no para el ciudadano común", asegura a Infobae. Malena Galmarini repite los conceptos de su marido.
Massa sigue arriba de la camioneta por la caravana. Avanza por la calle Thames y lo acompañan referentes del Movimiento Mercantil de La Matanza. Lo esperan más militantes y vecinos en la plaza de San Justo en una tarima con un micrófono donde improvisará un discurso de arenga electoral. "Estas caravanas sirven para mostrarle al electorado que no necesitamos de custodia de la Gendarmería ni del aparato de un partido", lanza como afrenta para romper con la polarización que instalaron el Gobierno y la ex presidente.
Al terminar lo espera otra vez la combi de regreso con Malena y su equipo de campaña. Preparan su última actividad del día: una entrevista mano a mano con Alejandro Fantino en Animales Sueltos. "Estoy molido pero contento. Ya falta poco", dice Massa a modo de autocompasión. Su mirada está en el acto de cierre del jueves en La Plata y en Tigre. El último esfuerzo antes de las elecciones. Luego llegarán los reacomodamientos y los preparativos para el Congreso que se viene. ¿Vacaciones? "No, nada de ello. Pocas veces descanso", expresa agitado. El permanente tejido de la receta para cortar la polarización y llegar a la clase media parece agotarlo.
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