El 14 de mayo de 2015 la revista brasileña Veja publicó una entrevista a tres desertores, ex miembros del círculo más cercano de la dictadura venezolana en tiempos de Hugo Chávez. En ese reportaje -en el que se mantuvieron en reserva las identidades de los arrepentidos para evitar represalias contra ellos o contra su familia- se reveló que el fallecido dictador venezolano habría actuado como nexo para triangular la entrega de tecnología nuclear argentina que tendría como último destinatario a Irán.
Según la publicación, en enero de 2007 hubo un acuerdo sellado en Caracas entre Chávez y su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad por el cual Venezuela se habría comprometido a entregar dinero a funcionarios argentinos a cambio de dos pretensiones del régimen de Teherán: por un lado, desligarlo de la autoría del atentado a la sede de la AMIA en el que murieron 85 personas y por el otro, que nuestro país compartiera "su larga experiencia en reactores nucleares de agua pesada, un sistema anticuado, caro y complicado, pero que permite la obtención de plutonio a partir de uranio natural".
De acuerdo con lo que pudo conocer Infobae, uno de los imputados que declarará en la causa iniciada por la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman por encubrimiento del atentado a la sede de la mutual judía prestaría un testimonio coincidente con lo que contaron unos años atrás los desertores venezolanos. En su declaración de hoy ante el juez federal Claudio Bonadio, el ex espía Allan Bogado no solo contaría pormenores de este pacto para triangular tecnología nuclear argentina con Irán a través de Venezuela, sino que aportaría documentación para tratar de acreditar esas afirmaciones.
Bogado aportaría a la causa documentación reunida durante sus tareas como agente inorgánico de la ex SIDE. De acuerdo con lo anticipado por fuentes cercanas a la defensa del ex agente de inteligencia, éste estaba infiltrado en una red iraní local e informaba todos sus movimientos a la inteligencia argentina.
Entre la información que aportaría Bogado figura el dato acerca de cómo se habría conformado una red para transferir tecnología y asesoramiento nuclear a Irán para burlar el bloqueo impuesto por las Naciones Unidas. Con este objetivo, se habrían creado sociedades comerciales fantasma en Argentina y Uruguay que servirían para ocultar los viajes, el intercambio de experiencias y conocimiento, envío de piezas y planos, y los posteriores pagos por estas prestaciones. En estas maniobras estarían involucrados -siempre según la versión que daría Bogado- ex funcionarios de INVAP y de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica).
Le defensa del ex espía dejó trascender que entre los funcionarios involucrados figuraría el ex director de la CNEA, Rubén Calabrese, quien ya habría sido mencionado por Antonio Stiuso en su declaración testimonial ante la jueza Fabiana Palmaghini, quien investigaba entonces la muerte del fiscal Nisman. Bogado aportaría datos concretos y señalaría ante Bonadio que Calabrese "se jactaba de estar bajo la tutela de Francisco 'Paco' Larcher", ex subsecretario de inteligencia kirchnerista. También se incluiría en esta red a empresarios que habrían sido el nexo entre los que querían "vender" la tecnología y su asesoramiento, y los compradores. La defensa dejó trascender que "todos los involucrados, de una manera u otra, están vinculados. Incluso, varios de ellos realizaron viajes en simultáneo a Venezuela, todo esto fuera de los canales formales y diplomáticos".
Este accionar habría comenzado luego de la muerte de Néstor Kirchner, con el cambio de rumbo de la política exterior argentina respecto a su relación con Irán, conducta mencionada por Nisman en su denuncia y coincidente con lo dictaminado por el fiscal federal Gerardo Pollicita.
Varios de los documentos y correos electrónicos que Bogado tiene en su poder coincidirían con los citados y aportados por los desertores del régimen chavista. Entre la información que llevaría Bogado ante la justicia figuraría el hecho de haber detectado, mientras estuvo infiltrado en la red iraní, una fuga de información de planos, diagramas y fotos de una centrifugadora (la máquina que permite separar el uranio para uso nuclear) fabricada por CNEA en Bariloche. El ex espía asegurará que se habría detectado que una centrifugadora completa salió sin autorización con la excusa de participar de un congreso que se llevó a cabo en la ciudad patagónica, incidente que dice tener documentado.
La declaración de mañana de Bogado tendría puntos en común con lo que contaron los desertores venezolanos. Estos dichos fueron citados por el analista de seguridad regional Joseph Humire al testimoniar ante un subcomité conjunto sobre el Hemisferio Occidental y Medio Oriente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Humire declaró en marzo de 2015 ante el Congreso estadounidense y -sobre la revelación de los desertores venezolanos- afirmó "si esto es cierto, entonces creo que todos hemos subestimado la importancia de América Latina para la República Islámica".
A partir de mañana, si Bogado concreta lo anticipado, la causa iniciada por la denuncia del fiscal Alberto Nisman podría tener un vuelco inesperado que comprometería aún más a los imputados, entre ellos, quien fue la cabeza de la última administración del país: Cristina Fernández de Kirchner.
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