El médico cirujano Lino Darío Villar Cataldo, de 61 años, irá a juicio por "homicidio agravado" por haber matado de cuatro balazos a un ladrón en Loma Hermosa, en el partido bonaerense de San Martín.
El requerimiento de elevación a juicio oral fue elevado por la fiscal de San Martín, Diana Mayko, quien nunca le creyó a Cataldo de haber actuado en "legítima defensa" cuando quiso robarle Ricardo Alberto "Nunu" Krabler, de 24 años.
En el requerimiento, Mayko señaló que la conducta del médico fue "desmedida", ya que cuando decidió disparar contra Krabler "ya no estaba en riesgo su vida, sino sólo el derecho de propiedad que tenía respecto de un automóvil asegurado".
"En su afán de retener su automóvil ha afectado el bien jurídico de más valor, es decir la vida", señaló la fiscal en el dictamen, indicó la agencia Télam. "No resulta necesario ni racional ultimar al ladrón para recuperar el botín", concluyó.
Mayko realizó un contrapunto entre la versión que dio Villar Cataldo de cómo sucedieron los hechos, y las pericias y pruebas colectadas en el expediente que lo contradicen.
El imputado declaró que siempre que sacaba el auto, “por seguridad”, dejaba en el cantero de la reja de la vivienda su pistola. Pero la fiscal, quien cree que el médico ya tenía el arma encima cuando le fueron a robar, afirmó que “el cantero no parece un lugar muy cómodo ni seguro para dejar un arma cargada, en un barrio que el mismo declarante considera peligroso”.
“Cuando saqué el auto marcha atrás, con la ventanilla del conductor baja, vi venir corriendo un hombre que me apuntaba con un arma. Me dio un culatazo y me dijo: ‘Bajate hijo de puta que te mato‘”, contó Cataldo.
Para la fiscal, “no hay dudas” de que “Krabler pretendió apoderarse del Toyota Corolla del médico“, pero agregó que “tampoco hay dudas de que la secuencia así narrada por el galeno no ocurrió de tal modo”.
La víctima del robo relató que, luego del culatazo, el delincuente lo tiró al piso para subirse al auto, dio marcha atrás y que la rueda delantera izquierda le pisó “ambas piernas”.
Villar aseguró que mientras él estaba en el piso, el ladrón avanzó con el auto, él rodó hacia el cantero para agarrar su pistola y vio que el asaltante sacaba el arma por la ventanilla y le gritaba “te voy a matar hijo de puta”, ante lo cual decidió empezar a disparar “contra el bulto“.
Para la fiscal, “esta secuencia no ha tenido lugar en la realidad” y afirmó que “es imposible que Krabler le haya estado apuntando a través de la ventanilla de la puerta del conductor”, porque en ese caso, al recibir los disparos “el arma se debería haber hallado en el pavimento” y no debajo del cadáver.
“Cuando los disparos tuvieron lugar, el asaltante había colocado el pistolón que portaba debajo de su cuerpo mientras estaba sentado en el asiento del conductor del Toyota“, sostuvo Mayko.
Además, indicó que “no hay en el rodado ni un orificio o impacto de proyectil con trayectoria ascendente como plantea el imputado al decir que disparó desde el suelo al auto”.
“De la totalidad de las pericias y sobre todo de la secuencia fáctica que resulta integradora de todas ellas, surgen conclusiones contrapuestas a los dichos de Villar”, recalcó la fiscal en el dictamen.
Tras ser liberado, el médico no volvió a su casa por las amenazas
Según esa secuencia, Krabler recibió un primer disparo en la región infraclavicular izquierda con la puerta abierta, intentó bajarse y le dieron el segundo tiro en el hombro derecho, el tercer balazo le ingresó en el brazo izquierdo, quedó recostado sobre los asientos sobre su lado derecho y allí lo remataron con el cuarto y último balazo en la región abdominal, que le ocasionó la muerte al comprometer varios órganos.
“No se ha verificado la legítima defensa alegada por Villar Cataldo“, afirmó Mayko y agregó que el médico “disparó contra Krabler cuando percibió que ya había pasado el peligro para su vida”.