Los oscuros vínculos entre un empresario mexicano y Julio De Vido

Carlos Ahumada se acercó al entonces ministro de Planificación en el ocaso del kirchnerismo. Sus relaciones con Zaffaroni

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Julio de Vido (Télam)
Julio de Vido (Télam)

En febrero de 2014, el mexicano Carlos Ahumada Kurtz llegó hasta el ministerio de Planificación para reunirse con el entonces titular del área Julio De Vido. En el encuentro también estuvo presente José María Olazagasti, un secretario todoterreno que tuvo un paso efímero por la ex SIDE en el ocaso del kirchnerismo. No fue la única vez que el empresario estuvo cara a cara con el ex ministro, pudo saber Infobae.

Ahumada Kurtz tiene una vida de película. Nació en Córdoba y a los 9 años se fue a vivir a México. Incursionó en diferentes rubros hasta que en 2002 desembarcó en el mundo del fútbol. Primero en el León FC y luego en el Santos Laguna. En 2004, protagonizó un escándalo político con cámaras ocultas: se filmó entregando dinero a políticos cercanos a Andrés López Obrador, quien tuvo que bajarse de su candidatura presidencial. Terminó detenido 1131 días.

Ante de regresar a la Argentina, acumuló denuncias por supuestas maniobras de lavado con dinero proveniente del narcotráfico. Una mancha que nunca se pudo sacar.

Hoy se cumplen, casualmente, diez años de su regreso al país: aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza 9 de julio de 2007, el día que nevó en la Capital Federal. Vivió varios meses en el hotel Panamericano, hasta que volvió a radicarse en Córdoba, donde gerenció el club Talleres junto a Carlos Granero, hermano del ex titular de la Sedronar, José. La relación terminó con juicios cruzados.

Luego pasó a manejar Juventud Universitaria de San Luis, y más tarde el club Estudiantes de esa provincia, la institución "protegida" por el entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, según quedó probado en escuchas judiciales. De la mano de Ahumada, el club subió tres categorías en tres años. Pero en febrero de 2016, el mexicano se fue denunciando una "persecución" del gobernador Alberto Rodríguez Saá.

En todos los clubes inyectó grandes sumas de dinero y se fue reclamando otro tanto. "Era el sistema que encontró para lavar plata", dijo a Infobae una fuente con acceso a su entorno.

A nivel nacional, el mexicano se acercó al ex ministro de Planificación Julio de Vido. El vínculo se habría generado a través de Poggi, aunque la relación entre ambos no habría terminado de la mejor manera. Por ese entonces, Ahumada ya era un empresario de peso en San Luis. Y estaba interesado en varios negocios del área que manejaba el ex ministro de Planificación.

Julio Grondona, Aníbal Fernández, Julio De Vido, y varios gobernadores. Ahumada Kurtz siempre se abrió puertas en la Argentina de la mano del ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni. "La relación entre ellos es demasiado estrecha", cuenta un hombre que los vio juntos varias veces.

Zaffaroni, asesor estrella de la ex presidenta Cristina Kirchner en su ratos libres, representó a Ahumada en varias causa judiciales, pese a los antecedentes judiciales del mexicano. Inexplicable.

Adrián Escandar
Adrián Escandar

El nombre de Ahumada volvió a los medios a fines de 2015 por el testimonio de Martín Lanatta, condenado por el Triple Crimen. Ante la jueza Maria Servini, el protagonista de la Triple Fuga lo acusó de pagarle US$ 5,2 millones al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández por el negocio de la efedrina. Aunque dio muchos detalles, la acusación nunca se pudo probar en sede judicial. Sin embargo, obligó a Ahumada a reconocer que estuvo al menos una vez en el despacho de Fernández cuando era ministro de Justicia. La versión más confiable sostiene que buscaba protección en el país, aunque siempre se manejaba con un ejército de custodios, varios de ellos mexicanos, y vivía con una obsesión por las cámaras y los grabadores ocultos.

La denuncia de Lanatta, no obstante, fue el comienzo de un largo derrotero judicial para Ahumada. El mexicano se acostumbró a visitar los pasillos de Comodoro Py. La jueza Servini tiene abierta una causa por lavado de dinero a raíz de una denuncia de Gustavo Vera. En los últimos meses, los investigadores pidieron una serie de medidas patrimoniales. Si tienen puntería, podrían hacer temblar una fortuna de 50 millones de dólares.

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