Julio De Vido y Amado Boudou sentados en el banquillo de los acusados, en pleno proceso electoral. La foto (en realidad son dos imágenes por separado) obsesiona a un sector del Gobierno. Al ex vicepresidente le espera el juicio por el escándalo Ciccone. Y al ex ministro de Planificación, por la tragedia de Once. Ambos procesos están en la recta final y coincidieron en el mismo tribunal oral. Pese a las chicanas judiciales, el Gobierno confía en que la rueda se pondrá en marcha antes de octubre. Y empuja de manera silenciosa. El combate de la corrupción siempre fue una bandera de Cambiemos. Pero si es en campaña, mucho mejor.
Los deseos del Gobierno, en este caso, van de la mano con la realidad de Comodoro Py. El Tribunal asignado para las dos causas, el TOF 4, integrado por los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y Gabriela López Iñíguez, no tiene una agenda cargada hasta fin de año.
Actualmente está juzgando al ex ministro de Justicia de Carlos Menem, Raúl Granillo Ocampo, por enriquecimiento ilícito, una causa abierta hace catorce años. Ese juicio podría concluir antes de la feria judicial de invierno. "Estamos con audiencias los martes; si sumamos los viernes, llegamos", dijo una fuente judicial.
Hay otros factores en pugna. En la causa Ciccone, el Tribunal Oral Federal 4 decidió apurar los tiempos como nunca. La última muestra fue hace diez días: rechazó dos planteos de Boudou y su socio José María Núñez Carmona, aunque le otorgó una prórroga de 10 días hábiles a la defensa de Nicolás Ciccone para presentar prueba.
Ahora la meta vence el 3 de julio. El fiscal Marcelo Colombo ya avisó que intentará llegar a tiempo para no retrasar el comienzo del juicio.
"Vencido ese plazo, el tribunal analizará los pedidos de prueba de las defensas y de la Fiscalía. Si no hay cuestiones urgentes, como exhortos o pericias, quedará habilitado a poner la fecha del comienzo del juicio", resumió una fuente judicial ante una consulta de Infobae.
El juicio por la tragedia ferroviaria de Once (en realidad es la segunda parte) también está en la etapa de ofrecimiento de prueba (el plazo vence el 6 de julio). A comienzos de este mes, el TOF 4 rechazó varios planteos de la defensa del ex titular de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (UNIRE), Gustavo Simeonoff, que será juzgado junto al ex ministro Julio De Vido. Sin embargo, la batalla no está terminada.
Los familiares aguardan con expectativa que la Cámara de Casación deje firme la sentencia de diciembre de 2015. "El nuevo juicio puede empezar antes que resuelva Casación, pero se dificulta el ofrecimiento de prueba porque la causa contra De Vido es un desprendimiento del primer juicio", explicó uno de los abogados defensores.
Aunque nadie lo reconozca en público, en el Gobierno ven con buenos ojos que los dos juicios arranquen durante el proceso electoral. Esto es, antes de las elecciones de octubre. Para eso, ya hay gestiones silenciosas en Comodoro Py, donde siempre hay reclamos pendientes y mediadores que intentan acercar soluciones.
En el caso de De Vido, el comienzo del juicio sería una imagen útil para el Gobierno a la hora de acallar las sospechas y las quejas, hasta de sus propios aliados, sobre una supuesta protección. "Todo el sistema político y judicial está destinado a proteger a De Vido", lanzó a fines de mayo Elisa Carrió. El mensaje no le cayó bien al presidente Mauricio Macri.
Lejos de las especulaciones electorales, los jueces del TOF 4 trabajan contra reloj para sentar en el banquillo a los dos referentes del universo K. "Antes de fin de año", se escucha como promesa en los pasillos de Comodoro Py. El Gobierno intentará que sea antes.