La recepción era de 14 a 16, dado que, como resultado del decalaje horario, las primeras estimaciones se conocerían a las 3 de la tarde (20 hora francesa). Pan, vino y queso -una trilogía francesa- para matizar la espera.
Como es tradición desde la elección de Francois Mitterrand en 1981, exactamente a las 8 de la noche del domingo de la segunda vuelta electoral aparece en las pantallas de los televisores la cara del nuevo presidente. Para entonces, han cerrado las mesas de votación de los centros de las ciudades medianas y chicas y de los llamados territorios de ultramar. En las tres grandes urbes, París, Lyon y Marsella, se vota hasta las 20.
Pero, como lo recordó orgulloso el embajador Guignard, a pesar de que lo que se comunica a las 20 es en base a una estimación, "nunca en Francia hubo un error en ese anuncio", incluso en elecciones mucho más apretadas que ésta. Jamás hubo que rectificar.
En Argentina, Emmanuel Macron ganó por el 89 por ciento
En el hall que antecede al salón donde una inmensa pantalla mostraba la transmisión del canal 2 de Francia, estaban exhibidos los resultados locales: en Argentina, Emmanuel Macron ganó por el 89 por ciento. En las cuatro mesas habilitadas en el Palacio Ortiz Basualdo, sede de la embajada en Buenos Aires, votaron unas 2500 personas sobre las 12.900 inscriptas.
Por lo general, según explicó el embajador Guignard a Infobae, vota un 25 por ciento de los inscriptos. Además de Buenos Aires, se votó en Mendoza y Córdoba. Los resultados de Paraguay y Argentina se concentran en un único centro de cómputos en Buenos Aires.
Es una elección con impacto en el futuro de la unidad de Europa, porque los dos candidatos tenían visiones opuestas sobre la cuestión (Guignard)
Para evitar que los residentes en el exterior voten conociendo ya los resultados en Francia, explicó Pierre Guignard, se fijó el sábado como día de votación en todo el continente, de Alaska a Tierra del Fuego.
En su breve alocución, a las 14:50, diez minutos antes de que se conocieran los resultados, Guignard definió ésta como una elección que tendría "impacto en el futuro de la unidad de Europa, porque los dos candidatos tienen visiones opuesta sobre la cuestión".
"El próximo presidente de Francia, o la próxima presidente -dijo, cauto aún- vendrá pronto a la Argentina para participar del G20".
Luego explicó que la votación de hoy es una más de una larga serie, ya que en apenas un mes, el 11 y 18 de junio, tendrá lugar la elección legislativa, lo que representa todo un desafío para el flamante mandatario que deberá luchar por crearse una mayoría parlamentaria que respalde su gestión de cinco años.
Guignard describió a Francia como un país "que hesita entre dos vías que son dos respuestas muy diferentes al proceso de globalización".
La hesitación terminó esta tarde-noche en Francia pero le queda al flamante mandatario electo reunir un nuevo consenso que legitime su triunfo en un país que ha visto estallar su sistema tradicional de partidos en este proceso electoral.
Parafraseando el dicho "mariage pluvieux, mariage heureux" (boda lluviosa, boda feliz), Guignard dijo "ballottage pluvieux, ballottage heureux", antes de agraceder el apoyo de los presentes y la cobertura que la prensa argentina le dio a un largo proceso que generó mucha movilización en su país.
Aunque el resultado era previsible, la cancillería argentina, prudente, se hizo presente recién después del anuncio, en la persona del vicecanciller Pedro Villagra Delgado, que llegó a las 15:30 para saludar al embajador Guignard.
Estaban presentes los embajadores de España, Bulgaria, Túnez y República Checa, y el encargado de Negocios del Líbano.
El gobierno argentino también estuvo representado por Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.
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