"¿Qué necesitan? ¿Qué está pasando?". Fueron las dos preguntas principales con las que se encontraron los intendentes oficialistas que fueron convocados a Casa Rosada. En vísperas de la campaña electoral, y en medio de una delicada situación económica y social, el Gobierno reunió ayer por la tarde a los nueve jefes comunales del PRO del Conurbano bonaerense para aceitar la gestión y conocer de primera mano los reclamos centrales de los municipios.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y su vicejefe, Mario Quintana; la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai; el secretario General, Fernando de Andreis; el ministro Rogelio Frigerio y el subsecretario de Asuntos Municipales, Lucas Delfino, recibieron en el primer piso de la Casa Rosada a los nueve intendentes puros del Conurbano: Martiniano Molina (Quilmes), Gustavo Posse (San Isidro), Jorge Macri (Vicente López), Ramiro Tagliaferro (Morón), Néstor Grindetti (Lanús), Nicolás Ducoté (Pilar), Julio Garro (La Plata), Jaime Méndez (San Miguel) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero).
A excepción de Garro, que para sorpresa de sus colegas solo tuvo elogios hacia el poder central, el resto de los intendentes, según confiaron a Infobae algunos de ellos, se quejó por la demora en las obras -en especial en las de AYSA- y por las reiteradas deficiencias de Edesur en algunos de los distritos. Se planteó el descontento por el impacto municipal de la apertura de las importaciones -dirigidos al ministro Francisco Cabrera- y reclamos airados por la distancia entre la Casa Rosada y los municipios. "La idea es acortar la brecha entre el Gobierno y nosotros y apurar la gestión", explicó uno de los intendentes después del encuentro.
En ese sentido, durante el último tramo de la reunión, Quintana les presentó a los nueve jefes comunales a quién será desde ahora el nexo entre el Gobierno y los municipios para agilizar la gestión de cara a las elecciones. Se trata de Natalia Zang, subsecretaria de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo, una funcionaria de estricto perfil bajo y de extrema confianza del vicejefe de Gabinete. Zang trabajó durante años como directora financiera de Farmacity junto a Quintana, integró el fondo Pegasus y luego emigró como CEO a Jazmín Chebar hasta que fue convocada por el funcionario para integrar el elenco macrista.
"Nos dijeron que ahora hay que hablar con ella, así que voy a empezar a llamarla a ver si funciona", aseguró después del cónclave uno de los intendentes, entre risas y expectante.
La brecha entre el relato oficial y la realidad de los municipios del Conurbano bonaerense es uno de los reclamos principales de los intendentes, que en la reunión de ayer también hicieron hincapié en la agitación social que palpan en sus distritos. Es, de hecho, una de las preocupaciones del Gobierno bonaerense, que en las últimas semanas aumentó la presión sobre la Casa Rosada para apurar medidas destinadas a paliar la situación económica del Gran Buenos Aires: Vidal y Salvai intensificaron sus visitas a Balcarce 50. Machacan en la cabeza de Peña. Ayer, la gobernadora habló poco, igual que Quintana. El jefe de Gabinete y el ministro del Interior fueron los que más se explayaron.
Según las encuestas, el Conurbano bonaerense es la región en la que Mauricio Macri registra sus peores mediciones. En su entorno más íntimo ayer incluso reconocían que las medidas económicas implementadas por el Gobierno perjudicaron con más énfasis a ese sector. Le prenden velas a la reactivación de la obra pública de cara a las legislativas.
Sin embargo, durante el encuentro de ayer no se habló de candidaturas. Jorge Macri, cuya eventual postulación perdió fuerza en las últimas semanas, hará hoy una demostración de fuerza cuando reciba en su distrito a sus colegas, en el foro federal de intendentes de Cambiemos que armó para dar batalla.