El cónclave del PJ Bonaerense que posibilitó el acercamiento de los intendentes

Tres dirigentes importantes del peronismo se reunieron para buscar un acercamiento entre los diferentes sectores del partido

La relación tirante entre los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires generó la suspensión del último congreso del PJ Bonaerense. Ni la lluvia ni las posibles tormentas fueron el motivo real del levantamiento de la reunión que estaba programada para el último sábado en Santa Teresita. La división entre los dirigentes era tan evidente que la foto de unidad que habían planeado los organizadores se diluyó en el aire en pocas horas.

Tres días después de la suspensión del congreso, un cónclave entre tres figuras relevantes del peronismo de la Provincia sirvió para acercar las posiciones de los diferentes sectores. La reunión entre el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, el diputado nacional del Frente para la Victoria, Eduardo "Wado" De Pedro, y el presidente del PJ Bonaerense, Fernando Espinoza, se concretó este martes. Los tres, entorno a una mesa, se propusieron limar asperezas.

El encuentro sirvió para bajar la tensión que se había generado antes y después de la suspensión del Congreso. La falta de coincidencias en la metodología de conducción política y la presión de La Cámpora para imponer la candidatura de Cristina Kirchner, habían deteriorado la relación que se había logrado construir entre los cuatro grupos (Esmeralda, Fenix, Patria y El Establo) de intendentes.

Los intendentes se reunirán para coordinar el apoyo a la marcha que encabezará la CGT el 7 de marzo

Las idas y vueltas en el vínculo de los intendentes marcan el pulso del histórico partido en la Provincia. No hay una estructura firme porque no hay un candidato que aglutine voluntades. El PJ pasa por un proceso de reorganización en donde cada sector quiere imponer condiciones y aumentar la influencia en las decisiones importantes.

Espinoza fue el encargado juntar los representantes de los diferentes sectores y proponer una tregua. Les pidió a Insaurralde y De Pedro que se hagan presentes en un nuevo encuentro del peronismo bonaerense que acababa de organizar. En esta oportunidad, la reunión partidaria será en la Quinta de San Vicente, lugar donde descansan los restos del ex presidente Juan Domingo Perón.

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El ex intendente de La Matanza les pidió que no haya descalificaciones entre los diferentes sectores ni acusaciones cruzadas. El viernes, cuando todos los dirigentes del peronismo bonaerense vuelvan a juntarse, el tema a tratar será solo uno. Se coordinará la presencia de los jefes comunales en la marcha que la CGT encabezará el 7 de marzo para manifestarse contra la política del Gobierno.

Los tres dirigentes coincidieron en evitar hablar de candidaturas. No se hará referencia a Cristina Kirchner ni a Florencio Randazzo, los nombres propios que dividen a los intendentes. Tampoco se hablará de la representación de cada sector en la mesa de apoderados ni de la renovación de autoridades en el partido. Nada de eso. Buscarán que la foto que salga de San Vicente vuelva a simbolizar la unidad. Aunque esa unión pueda durar solo algunos días.