El prestigioso politólogo Andrés Malamud planteó un desafío complejo para el gobierno nacional en las elecciones de medio término que se realizarán este año en la Argentina, cuando se renueve la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio en el Senado.
Graduado y doctorado en la Universidad de Buenos Aires, Malamud se desempeña como investigador en Lisboa, Portugal, desde donde analizó las distintas posibilidades que se le abren al presidente Mauricio Macri en un mundo con señales contradictorias.
"Macri enfrenta una situación complicada porque el mundo viene en una dirección contraria a la que esperaba cuando se preparó para ser Presidente", planteó el analista. Y advirtió: "Si Cambiemos no gana las elecciones de medio término, hay muchas probabilidades de que no termine su mandato".
De acuerdo con la mirada de Malamud en un reportaje con Jorge Fernández Díaz en Radio Mitre, la gran pelea electoral en la que el Poder Ejecutivo debe centrar sus esfuerzos es la de la provincia de Buenos Aires, porque es un distrito con la capacidad de "derribar presidentes".
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"Macri enfrenta una situación complicada porque todas las señales de tránsito indican una dirección, pero el tráfico viene de frente. Él se encontró con un mundo que no esperaba. La idea de Cambiemos era reingresar al mundo, reinsertar a la Argentina en un mundo que tenga reglas claras y de repente esas reglas se rompieron".
"Hay una frase de Mitre que dice: cuando todos están equivocados, todos tienen razón. No se puede contra todos, aunque sepamos que están todos equivocados. Hay que buscar con la corriente, nadar con la corriente y buscar la vuelta cuando llegue el momento. Nadar contra la corriente es ahogarse en el océano".
"El mundo giró 180 grados. Viene exactamente en la dirección contraria de la que esperaba el Presidente cuando se preparó durante años para hacerlo. Porque Macri no es un improvisado. Y de repente todo el programa que él tenía montado ya no le sirve más".
"El peronismo tiene la capacidad de cambiar de signo ideológico cada década. Son siempre los mismos. Cambia la cabeza en todo caso. Pichetto fue menemista, kirchnerista y ahora es pichettista. Apoyará al que sea, al que resulte electo como líder del partido".
"En las elecciones intermedias de 2017 se define el futuro de este Gobierno. El futuro de este Gobierno no es reelección o no reelección. Es duración o no duración. Si Cambiemos no gana las elecciones intermedias, tiene muy poca probabilidad de terminar su mandato".
"En realidad Macri es un presidente que fue electo en primera vuelta con un 34% y trepa hasta al 51% en la segunda vuelta, pero queda en una situación hiperminoritaria en el Congreso, con un quinto de los senadores y con un porcentaje que no le permite tener quórum en Diputados. Necesita apoyo popular y estas cosas que están pasando con el Correo no lo ayudan".
"Macri puede ganar las elecciones. Se ganan con un tercio de los votos. Son elecciones intermedias y provinciales. Intermedias quiere decir legislativas: no hay grandes líderes que polaricen la elección, entonces con el 35% en la provincia de Buenos Aires muy probablemente se gane la elección. Y el 35% también lo pueden alcanzar Cristina o Massa, depende de cómo vaya la economía".
"Son 24 elecciones, no es una. Y en cada provincia va a haber una elección diferente, con candidatos diferentes y alianzas diferentes. El massismo forma parte del Gobierno en Jujuy, por ejemplo. El radicalismo y el PRO no están aliados en la Capital. En Santa Fe hay una transición".
"Cada provincia es un mundo, pero hay una que el Gobierno tiene que ganar: la provincia de Buenos Aires. Hay varias razones. Ahí vota el 38% de la población, es el distrito donde tiene a su dirigente con mejor imagen y además si bien no pone al Presidente, la provincia de Buenos Aires derriba presidentes. Tiene la capacidad de tomar la calle y hacer política negativa, promover la acción directa, que es la que termina con presidentes que no tienen apoyo popular o parlamentario".
"En este momento no hay nadie en el mundo en el que este gobierno se puede reconocer. Pero no es que no lo hay para Cambiemos, no lo hay para nadie. Lo más parecido en modelo es Canadá. Lo que todos querríamos ser. Es un país que funciona como a uno le gusta hasta que haya un atentado".
"Las debilidades del Gobierno están en la calle y en el Congreso. Tiene pocos diputados, pocos senadores. Por ahora tiene una gran capacidad de contener el conflicto social. Lo contuvo institucionalmente con los gremios, se aprecia en la poca cantidad de paros. Parece un gobierno peronista: negoció con los sindicalistas como nadie lo hubiera esperado".
"El Gobierno tuvo una gran capacidad de comprar la calle. Hubo mucho menos conflicto que el que hubiéramos pensado si hace dos años nos decían que Mauricio Macri iba a ser Presidente y María Eugenia Vidal, gobernadora".
"La contención social le salió muy cara. Lo que critican los que querían menos populismo es que no hubo mucho menos populismo, porque hizo falta repartir y el gobierno repartió mucho. Y lo va a seguir haciendo. Porque tiene que apelar a un populismo light por dos razones: tiene que comprar en el buen sentido apoyos porque tiene pocos y la gente necesita contención ante el miedo de perder el trabajo, la inflación y la incertidumbre".
"Un Gobierno contenedor es uno que da cariño y también que da dinero. No estoy hablando de corrupción. Dar dinero es distribuir y redistribuir. Por ejemplo, empleo, salarios y subsidios. Va a ser muy difícil salir de esto y la situación fiscal no le permite seguir en eso. Por eso el Gobierno camina por la cuerda floja".