El papa Francisco advirtió contra la tentación "muy grave" de confiarse en tiempos de crisis a "un salvador" que proponga defender su pueblo "con muros", en una larga entrevista con el diario español El País publicada este sábado.
La publicación de Madrid entrevistó al Papa el viernes en el Vaticano, al mismo tiempo que Donald Trump juraba su cargo como presidente de Estados Unidos. En la entrevista, le pidieron una valoración sobre la emergencia de movimientos populistas en Europa y el caso específico de Trump.
El Santo Padre respondió con una reflexión sobre las causas del ascenso del nazismo en Alemania, y recordó que "Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo".
A continuación, añadió que "ése es el peligro. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento y para mí es una referencia continua. Busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad".
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"Eso es muy grave", remarcó, al tiempo que destacó que "cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro -de terrorismo o cosas por el estilo- tienen más derecho a controlarlas más, pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos".
Refiriéndose a Trump, quien prometió construir un muro en la frontera con México para detener la inmigración ilegal, Francisco no quiso adelantarse: "Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre lo concreto".
El obispo de Roma, que cumplió 80 años hace algunas semanas, reiteró que en su opinión, a la vista de los numerosos conflictos en el mundo, "estamos en la Tercera Guerra Mundial en pedacitos".
En un tono más personal contó que no ve la televisión desde 1990, que conserva su "buen humor" y que en su labor como jefe de la Iglesia católica no se siente "incomprendido", sino "acompañado por todo tipo de gente, jóvenes, viejos…".
Cuando le consultaron si tiene pensado permanecer como Papa hasta el fin de sus días, mantuvo la incertidumbre refiriéndose a la renuncia de su predecesor Benedicto XVI, quien "me enseñó cómo hay que hacerlo" cuando "sienta que no pueda más".