"Yo le vendí la radio Nextel un año antes del hecho a Martín Lanatta". Diego Albornoz, dueño de un local de venta de celulares ubicado en 11 y 124 en Berazategui, fue señalado como el hombre clave para que la justicia confirme la vinculación de los hermanos Martín y Cristian Lanatta con el triple asesinato de General Rodríguez. En una entrevista con Infobae, aseguró que se comunicó con Martín Lanatta "cuando, según la fiscalía, se cometía el hecho".
Fueron varias llamadas que, según Albornoz, las realizó porque quería cobrar una deuda, aunque para la fiscalía hubo algo más. "Lo llamé para cobrarle una radio que me debía. A Martín lo conocía desde hace años, fue siempre cliente mío. Víctor Schillaci era vecino mío de Berazategui. Tenía un local de venta y reparación de celulares y radios. Tenía muchos clientes y los sigo teniendo", señaló.
El rol del fiscal del caso, Juan Ignacio Bidone
Al recordar cómo fueron las primeras citaciones de la justicia, el testigo recordó: "En el primer momento que me llamaron, Bidone me dijo 'menos mal que vino porque sino ya estaba preparado para detenerlo'. Yo me reía. Estaba presente la gente de Gendarmería y otro fiscal de San Isidro, Diego Grau".
"Mirá, Albornoz, menos mal que viniste, sino ibas a ser el primer detenido del triple crimen", rememora."¡Te imaginás el escándalo! ¡El hermano de un importante funcionario de la Aduana metido en esto! ¡Nota de tapa de todos los diarios!". El hermano del testigo clave es el ex diputado nacional justicialista Héctor Albornoz, que en ese momento estaba al frente de la secretaría técnica y relaciones institucionales de la Aduana Nacional, nombrado en el año 2005 por Ricardo Echegaray.
"Cuando declaré, el fiscal me aclaró que me quedase tranquilo. Me decía: 'durante el juicio no nos vamos a meter contra la Aduana'. Pero no me importaba". Según Albornoz, el fiscal le decía que iban a ir contra el ex jefe de Gabinete del kirchnerismo Aníbal Fernández: "Pero después nunca preguntó más nada sobre él", afirmó.
– ¿Usted lo conoció a Aníbal Fernández?
-No
– ¿Por qué era tan importante su declaración en el juicio?
-Me lo sigo preguntando. Más aún cuando me dijeron que tenía que tener custodia. No sabía quién tenía esa radio, no sé dónde la encontraron, pero justo los llamé cuando los estaban secuestrando y cuando llegaron a Quilmes. "¿Qué le dijiste Albornoz?", me dijo Bidone. "¿Les preguntaste si los tienen? ¿Qué les dijiste?", me repetía el fiscal, pero yo no llegué a hablar con Martín Lanatta. "Doctor, nunca me contestaron", le respondí. Pero primero me pidieron decir otra cosa, en el juicio oral lo aclaré.
– ¿Pero por qué le dijo a la justicia, en un primer momento, que sí había hablado con Martín Lanatta?
-En un primer momento declaré que Lanatta me había pedido que la cortara con los llamados, no sé por qué lo dije; bronca, nervios, porque de ser un simple trabajador pasé a ser una mala persona.
Consultada por la entrevista a Albornoz, la especialista en Derechos humanos que traba en el estudio de abogados que defiende a los Lanatta, Vanesa Berecini, asegura que el testigo mintió por las presiones del fiscal Bidone.
"Me sorprendió que me pusiesen como testigo protegido porque era el que le había vendido la radio a Martín Lanatta", explica Albornoz. "Yo no sabía lo que había pasado ese día, tiré una alerta y no me contestaron, no hubo cruce de palabra entre Lanatta y yo, tenía confianza en ellos, tal es así que me podrían haber pedido que no dijese algo, y no pasó. Por eso no tenía miedo de ellos y no entendía que fuese un testigo protegido, ¿qué me iban a hacer?".
Es que, según el fiscal, había existido una denuncia previa al juicio oral en donde un testigo había afirmado que a Albornoz lo querían matar. "Entonces estaba presionado por Bidone. Me di cuenta mucho después, me tuvieron tres años tirado y me pusieron custodia 15 días antes de declarar", dijo.
Los abogados defensores
Albornoz cuenta que se encontró con el ex abogado defensor de Martín Lanatta, Roberto Casorla Yalet, en dos ocasiones, y en ambas el letrado demostró indiferencia ante la situación de su cliente.
Por otro lado, durante la triple fuga que tuvo lugar a finales del 2015 apareció un estudio de abogados vinculado con el ex juez Héctor Luis Yrimia para representar a los condenados Lanatta y Schillaci. La abogada Elizabeth Gasaro aún deambula por los medios de comunicación presentándose como abogada de los detenidos (también representa al empresario kirchnerista Lázaro Báez en la causa judicial por el mausoleo de Río Gallegos).
En tanto, Vanesa Berecini y Stella Maris Rizzo Báez muestran el poder y aclaran: "Nadie se pregunta quién les pagó para defender a nuestro defendido y qué contactos tenían para evitar que nosotros llegásemos a Lanatta cuando intentábamos coordinar la entrega con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich".
Los abogados de los Lanatta – Rizzo Báez, Berecini y Pedro Martiño- están convencidos que el caso de "el bolsero" no fue una excepción y que existieron otros testigos que también fueron amenazados para declarar mentiras en el juicio oral del triple crimen de General Rodríguez. "La causa estuvo armada para proteger al anterior poder político, estamos trabajando para llegar a la verdad", afirma a Infobae Vanesa Berecini.
Asegura, además, que "el móvil del triple asesinato no fue sólo la efedrina sino evitar desenmascarar el entorno político que rodeaba este negocio".