El 11 de octubre del 2013 jugaban por la eliminatoria para el mundial de Brasil que se disputó un año después Argentina y Perú. Esa noche, el entonces gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, nunca la olvidará: 21 balazos impactaron en su casa, 3 de los cuales atravesaron la puerta y entraron a la propiedad.
"Al principio sentí estupor, luego comprendí el sentido de los 21 balazos en el frente de mi casa que fue perder la libertad", dijo en InfobaeTV.
"No hay nada más grave para un ser humano que perder la libertad. Era un hombre que hacía las compras por mi barrio, hoy vivo con custodia por orden judicial", resumió.
En este sentido recordó que "hay un condenado y otra persona podría ser puesta en prisión pronto", y afirmó que quisieron amedrentarlo "porque si hubieran querido matarme lo hubiesen hecho".
Su explicación de lo ocurrido fue simple: "Nosotros pusimos presos a las organizaciones más pesadas del Rosario a las que detuvimos por tenencia de armas de guerra, crímenes y asociación ilícita; no por tráfico de estupefacientes".
Finalmente dijo que "nos cansamos de denunciar que la droga bajaba por el río Paraná y recién ahora se reconoce. Hay 28 puertos en Rosario, en todos tienen jurisdicción Aduanas y Prefectura, no la policía o la Justicia de Santa Fe", reflexionó.