La ex presidente Cristina Elisabet Kirchner volvió a expresarse vía Facebook, esta vez, para criticar la decisión del juez federal Claudio Bonadío de destruir 60 mil cunas del "Plan Qunita" por inseguras.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial había determinado el año pasado que las cunas y las bolsas de dormir del Plan Qunita eran "inseguras" para los bebés, por sus dimensiones y materiales, por lo cual el Ministerio de Salud suspendió la entrega de los kits maternales.
Sin embargo, la ex mandataria consideró que "nada está probado, menos que menos que las Qunitas fueran peligrosas para los bebés".
"Lo peligroso era que los bebés siguieran viniendo al mundo en un país en el que nos esperaba una cuna de madera con sistema de encastre, un colchón de cama, dos juegos de sábanas, un acolchado, una frazada polar, un par de escarpines, dos sacos de dormir, un portabebé, un bolso materno, un bolso cambiador, artículos de higiene para la madre y el recién nacido, un termómetro digital, algodón, crema de caléndula, crema hidratante, protectores mamarios, preservativos, una bata, un camisón y pantuflas, un chupete, un babero, un mordillo, un sonajero, una guía de cuidados para la madre y un libro de cuentos", lanzó con ironía.
Cristina Kirchner comparó la decisión de Bonadío con la "desperonización" de la sociedad que encaró la autoproclamada Revolución Libertadora tras derrocar a Juan Domingo Perón en 1955.
En ese sentido, recordó que el coronel Ernesto Alfredo Rottger, que reemplazó a Ramón Carrillo en el Ministerio de Salud, destruyó las políticas públicas que la cartera sanitaria había coordinado con la Fundación Eva Perón.
"La asistente social Marta Ezcurra, que había sido fundadora de la juventud de la Acción Católica en 1931, ordenó la ocupación militar de cada una de las Escuelas Hogar. Se retiraron o se destruyeron todos los símbolos peronistas. Los niños alojados en ellos fueron testigos, en cada uno de los patios, del fuego en el que ardieron frazadas, sábanas, colchones, pelotas y juguetes con el logo de la FEP", recordó.
"En todo el país, además de la destrucción de los pulmotores en cuyas placas estaban grabadas las iniciales de la FEP, se ordenó romper todos los frascos de sangre de los hospitales de la Fundación", agregó. "Al mismo tiempo, se desactivaron todos los programas de turismo social "del régimen", de las proveedurías de alimentos de primera necesidad, del Plan Agrario, del Plan de Trabajo Rural", insistió.
Frente a ellos, cuestionó a Bonadío. "En una nueva y nuclear contradicción, los purgadores de la república conciben el fuego en el que arderán miles de cunas mientras miles de niños carecen de alguna y ruedan en el hacinamiento que muchas veces pone en peligro sus vidas, encimadas a otros cuerpos familiares", evaluó. Y concluyó: "Hablemos ahora de inseguridad, si quieren. O del amor por los niños, si se animan".
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