El gobierno de Mauricio Macri ha llevado con especial cautela sus pronunciamientos sobre la crisis política que atravesó Brasil desde que se activó la investigación contra Dilma Rousseff. Tanto el Presidente como la canciller Susana Malcorra han evitado los juicios de valor o las definiciones taxativas. Con el resultado del juicio político sobre la mesa, no hubo cambios en esa línea.
La reacción del Ejecutivo argentino sobre la destitución de la ahora ex presidente del mayor socio del país se resumió en un comunicado de dos párrafos del Ministerio de Relaciones Exteriores. Con Macri de viaje, fue la oficina de Malcorra la encargada de sentar posición.
"Ante los sucesos registrados el día de hoy en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional", indicó la cartera.
La nota agrega que "Argentina renueva su deseo de continuar trabajando con el Gobierno de Brasil para la resolución de los temas de mutuo interés de las agendas bilateral, regional y multilateral, así como para el fortalecimiento del MERCOSUR".
No hay en esas líneas mención alguna a la mandataria destituida ni a su sucesor, que ya esta tarde asumió como jefe de Estado.
A diferencia de Macri, la ex presidente Cristina Elisabet Kirchner no vaciló en defender a Rousseff y denunció motivaciones políticas detrás de su salida. La brasileña fue primero suspendida y hoy apartada de su cargo al ser encontrada responsable de irregularidades económicas en su administración.
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— Infobae Política (@InfobaePolitica) 31 de agosto de 2016