Las amenazas y mensajes intimidantes se suceden alrededor de María Eugenia Vidal. El último capítulo fue para los tres llamados que recibió el 911 con promesas de hacer volar el edificio de la gobernación y la aparición de un cartucho sin percutir en la casa de Morón que pertenece a la gobernadora, quien ahora vive en la base aérea de Palomar.
Por el segundo hecho, efectivos de la Gendarmería allanaron hoy los domicilios de los dos policías bonaerenses que debían custodiar esa propiedad. Los procedimientos apuntaban a recopilar material para verificar la versión que dieron de los hechos, entre ellos sus teléfonos.
Los agentes argumentaron que dejaron sus puestos de vigilancia para ir hasta la seccional en busca de un vale para la nafta. Y dijeron que luego de cargar combustible, fueron a comprar empanadas.
Una vez que regresaron a la casa -en donde Vidal vivió con sus hijos y su ex marido, el intendente Ramiro Tagliafierro-, los policías dijeron haber sido notificados por un vigilador privado de que una persona se había acercado hasta la zona del garage. Fue allí que apareció el cartucho.
En cuanto a los llamados, los investigadores consiguieron identificar a uno de los autores. Será indagado en las próximas horas.