La detención del ex secretario de Obras Públicas José López desató un terremoto no sólo en el kirchnerismo. El mundo de la construcción también está preocupado. Héctor Méndez, ex titular de la Unión Industrial Argentina, puso en palabras lo que muchos saben y casi todos callan: durante la década pasada, muchos empresarios aceptaron pagar coimas para garantizarse suculentos contratos.
"Cada empresario tiene que hacer un mea culpa. Yo también he sido cómplice de muchas cosas. El silencio es complicidad, el que calla otorga", confesó quien se desempeñó como máximo representante del empresariado durante buena parte de los gobiernos kirchneristas.
Su testimonio fue tan fuerte que las repercusiones de sus palabras todavía se sienten dos días después. En el reportaje que concedió este domingo a Radio del Plata, Méndez contó: "Cuando yo asumo por primera vez (al frente de la UIA) hace 10 o 12 años a la obra pública la llamaban Movicom: va con el 15 adelante". La alusión es clara: se refiere al 15% del monto final que los empresarios debían abonar a distintos funcionarios públicos para recibir el contrato en cuestión.
Hubo un pacto de silencio respetuoso. Nadie quería ser botón
La gran pregunta es por qué nadie habló antes. Si tan escandalosa era la situación, ¿por qué nadie se negó a pagar, blanqueó la situación ante los medios o se presentó a la Justicia? "En estos años hubo un pacto de silencio respetuoso entre los empresarios porque nadie quería ser botón y meterse en el negocio del otro, ya que cada uno cuida su propio negocio", justificó el ex titular de la UIA.
Méndez contó incluso que él mismo intentó denunciar la situación, pero fue víctima de las amenazas y los aprietes del kirchnerismo. "He hablado y fui castigado. Tuve que vender mi participación accionaria en una firma constructora porque no la dejaban participar en la obra pública", contó.
Durante los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, ¿no hubo forma de participar de la obra pública sin pagar coimas? Méndez aclaró que sí, pero las finanzas de las compañías se verían afectadas al punto de poner en peligro su existencia: "Ante la corrupción todos se rasgan las vestiduras, cuando llega el momento nadie denuncia nada y la víctima es el pueblo, la gente es la que paga y pierde todo. Creo que se puede ser empresario sin tener que pagar retornos a funcionarios. Hay muchos que prefieren el atajo, ir por la banquina. Otros siguen por el pavimento y aguantan la cola y sufren mucho".
Todos se rasgan las vestiduras por la corrupción, pero nadie denuncia nada
El ex titular de la UIA no fue el primero en admitir las irregularidades. La semana pasada, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Juan Chediak, confirmó que sabían de las irregularidades que cometía José López. Incluso le llevaron los planteos a la propia Cristina Kirchner.
"Cristina Kirchner, De Vido y José Lopez sabían perfectamente que había empresas que cobraban antes que otras", contó en Radio La Red.
Pero, a diferencia de Méndez, Chediak aclaró que los socios de su organización no tuvieron nada que ver: "Nosotros siempre dijimos que es bueno que se investigue, porque es bueno para el país. Que no se confunda a quien pudo tener connivencia con José López con el resto de los socios de la Cámara Argentina de la Construcción. Nosotros dormimos muy tranquilos".
La investigación sobre las irregularidades en la obra pública del período kirchnerista recién empieza. La incógnita ahora es saber quién será el próximo en hablar.