La comunidad judía local, a través de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), envió una carta a la canciller Susana Malcorra en la que expresó su rechazo y condena al apoyo del gobierno de Mauricio Macri a una polémica resolución de la UNESCO que fue titulada "Palestina Ocupada".
La misiva le dio formalidad a un profundo malestar que atravesó a encumbrados dirigentes comunitarios por la acción diplomática de la administración de Cambiemos, a la que atribuyeron un interés: conseguir apoyos del mundo árabe para la postulación de la ministra de Relaciones Exteriores como candidata a secretaria General de Naciones Unidas.
Tras la carta de la DAIA, diversos voceros comunitarios advirtieron que el apoyo a la resolución de la UNESCO implica "un paso en falso grave", pese a que reconocieron el cambio de sintonía con Israel del gobierno de Mauricio Macri y el acercamiento en términos políticos que se produjo desde el 10 de diciembre entre ambos países, tras la distancia que había impuesto la administración de Cristina Kirchner. "Si bien Macri no es Kirchner y la simpatía del presidente argentino hacia Israel es manifiesta, esto no significa un cambio brusco de la política argentina hacia Israel", sostuvieron.
La nota que lleva la firma del titular de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, y el secretario General, Santiago Kaplun, señala que "resulta incomprensible" que el Gobierno, "que permanentemente ha dado inconfundibles muestras de profundo respeto a todas las expresiones religiosas y en particular a nuestras tradiciones milenarias, respalde un documento que pretende negar la histórica e indisoluble ligazón del pueblo judío con los lugares sagrados a los que se refiere dicha resolución".
"Nuestros ancestros visitaron el Monte del Templo hace 3800 años. Los dos Templos del pueblo judío estuvieron presentes en ese preciso lugar durante 1000 años. El Rey David estableció a Jerusalem como capital hace 3000 años. Desde entonces, cada judío en el mundo ha elevado sus oraciones con su mirada dirigida al Monte del Templo, al Muro Occidental, el Kotel", indica el texto.
A los ojos de la DAIA, "resulta lamentable que la UNESCO, la entidad global que tiene la misión de preservar la herencia cultural de la humanidad, en toda su diversidad, haya impulsado una declaración que falsea la historia y ofende las creencias y tradiciones de todo un pueblo, al mismo tiempo que injustamente llama potencia ocupanteal Estado de Israel, una nación que mantiene un vínculo histórico con un territorio y sus lugares sagrados desde hace miles de años, más allá de las diferencias que puedan suscitarse por problemas puntuales y que pueden encontrar soluciones específicas".
"Manifestamos nuestra convicción que la decisión adoptada por nuestra Cancillería constituye un lamentable error que lesiona sentimientos y valores muy profundos, y que no constituirá mas que un episodio circunstancial que no represente la política exterior de nuestro país", dijo la entidad.
No fue este el único punto de resistencia que ha encontrado Malcorra en el último tiempo. Es que a partir de su postulación para la ONU, la ministra se diferenció de la postura de Mauricio Macri sobre los abusos a los derechos humanos en Venezuela con un tono más tolerante.
La posición, que obligó a la Casa Rosada a asegurar que "no hay un giro" en la política al respecto, se materializó en acciones concretas en la Organización de los Estados Americanos. El foro regional fue escenario de pujas para aplicar la Carta Democrática contra el régimen de Nicolás Maduro. Pese a las primeras señales a favor de ese camino, Argentina viró a una apuesta a encontrar una solución a través del diálogo. Y la oposición venezolana no ocultó su enojo: "Nos da pena", se quejó por entonces Henry Ramos Allup, presidente del Parlamento de Venezuela. Y hubo más voces en ese sentido. Muchas vieron detrás otro intento para ganar simpatías de cara a una eventual votación; Venezuela, por caso, es miembro no permanente del Consejo de Seguridad, órgano clave en la decisión.