Así trabaja el robot que recicla edificios

La solución da respuesta a los problemas generados por la demolición, como el ruido, el polvo y los residuos. Permite reciclar hasta el 90% de los materiales

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Ero es una máquina capaz de destruir edificios de forma segura, limpia y sustentable. Combina tecnología ya existente, pero de modo inteligente, para hacerlas más eficientes. Infobae entrevistó a Omer Haciomeroglu, el joven turco creador de este invento de grandes ventajas económicas, medioambientales y de salubridad

-¿Cómo funciona Ero?

Antes que nada, tenés que colocar varios Ero en el edificio, montados en las paredes y en cada estructura de hormigón a demoler. Luego, éste toma puntos de referencia y define el camino más eficiente para destruirlo. Usa un chorro de agua potente para ir rompiendo el hormigón, sin levantar polvo y con muy poco ruido. Con una aspiradora, desarma la mezcla misma y separa las partes que lo componen. El aparato es capaz de dividir la parte sólida de la liquida. El líquido no se desperdicia, sino que vuelve al sistema, mientras que los sólidos son empaquetados en grandes volúmenes y etiquetados para ser reutilizados en otras construcciones.

Ero obtuvo el Premio a la Excelencia Internacional de Diseño

-¿Qué te llevó a querer diseñar algo como Ero?

Nació como parte de mi proyecto de tesis de la maestría que realicé en Suecia. El tema que yo trabajé, y que siempre me interesó mucho, es el de los efectos negativos de la reconstrucción. Hay un gran problema hoy que tiene que ver con la gran cantidad de construcciones de hormigón que existe y que tienen entre 30 y 100 de antigüedad -edificios de viviendas, puentes, tuberías, ministerios- y que están siendo demolidos porque el cemento es un material que envejece, no puede durar por siempre, como una edificación realizada con piedra, por ejemplo. Hice una investigación en Rusia, Turquía y Suecia. Allí noté que existe una problemática, que se da a nivel mundial, que tiene que ver con la cantidad de basura que genera demolición de las construcciones de hormigón. Entonces, lo que hice fue combinar una serie de tecnologías existentes, muchas de las cuales ya se usan en la demolición a gran escala pero de manera muy ineficiente. De hecho, la hidrodemolición del hormigón es una técnica que implementó precisamente el gobierno Sueco, en los '80, desde su dirección de carreteras. Finalmente, lo que yo quería era presentar una solución que permitiera convertir todo esos desechos en materiales que puedan ser reutilizados.

“Incluso los hierros se limpian de concreto, polvo y óxido y quedan listos para ser reutilizados”

-¿Cuáles son las características que tiene Ero que lo hacen amigable con el medio ambiente?

Son varias. Hoy, la demolición se hace con maquinaria pesada y lleva mucho trabajo manual (diría que hasta en un 95%) aunque sea operando los robots. Además, se hace por fuerza bruta, incluso cuando lleva presión de agua. En cambio, Ero, en lugar de tanta fuerza, lo que usa es la inteligencia y eso aporta grandes ventajas en cuanto a la eficiencia. Además utiliza motores electrónicos, con dinamos con turbinas de aire, que de algún modo generan electricidad mientras operan. Así que consume mucho menos energía que cualquier otro sistema. Por otra parte, es importante destacar que Ero es capaz de recuperar los agregados con los que se hace el hormigón, la arena, etc. y dejarlos separados y limpios. También logra limpiar el acero que puede ser recuperado y cortado. Casi todo los componentes implicados en la construcción quedan en perfecto estado, en condiciones de ser usado y vendido como material nuevo y no como reciclado de segundo o tercer uso.

“Los áridos agregados al cemento pueden ser reutilizados en otro hormigón”

-¿Pero no se derrocha mucha agua con este sistema?

Normalmente uno podría pensar que sí, pero en realidad el sistema tiene previsto reutilizar todo el agua que pueda, reduciendo el derroche al mínimo. Además, en la investigación que realicé, pude notar que la demolición convencional utiliza muchísima agua porque, al romper el hormigón, se levanta una gran cantidad de polvo. Entonces, para evitar que se disperse por la ciudad -ocasionando fuertes multas- lo que se hace es utilizar manguera de bomberos para rociar todo el edificio mientras se va realizando la demolición. Para eso se requieren miles de litros, durante horas. Ero, en cambio, lo que hace es utilizar el agua (y mucha menos cantidad) para borrar el edificio y convertirlo en material reutilizable, reciclando además todo el agua posible.

-¿En qué etapa está el proyecto? ¿Cuándo vamos a verlo en el mercado?

Ya tenemos el prototipo, hay mucho interés, tanto por parte de inversores, como de compradores o de quienes quieren participar en la fabricación, distribución y venta del producto. Es difícil poder decirte con exactitud una fecha, porque depende de muchos factores, además ahora estoy abocado, junto a mis socios de San Francisco, al lanzamiento de un nuevo casco de bomberos que diseñé. Sin embargo, muchas cosas juegan a favor de que pueda llevarse al mercado rápidamente, como la necesidad y el interés de contar con esta solución, el hecho de que no utiliza tecnologías nuevas, sino que las combina de forma más inteligente y sustentable. Sin embargo, hay tiempos en esto procesos que no se pueden saltear, así que yo me animaría a decir que vamos a necesitar cerca de dos años para poder verlo en las calles.

 

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