Los padres se enfrentan a una nueva generación "conectada por defecto". ¿Qué cosas hay que tener en cuenta para comprender a los adolescentes y a su peculiar obsesión por estar activos en el mundo virtual?
El avance de las nuevas tecnologías modifica la forma de comunicarse y relacionarse con los otros y con el mundo, en un vértigo que no se conocía anteriormente. En esta vorágine, cada vez es más difícil comprender, contener y guiar a los nativos digitales.
Roberto Balaguer es un psicólogo especializado en tecnología que escribió varios libros sobre esta problemática que desvela a padres, maestros y autoridades. Su expertise se remonta a la primera época de internet, por lo tanto es testigo de todos los procesos que se fueron desarrollando desde entonces. Hoy, Roberto también dicta conferencias y oficia de guía en estas aguas, tan nuevas como turbias.
-¿Cómo hacemos para controlar el contenido que consumen nuestros hijos por internet? Si bien hay muchas soluciones de controles parentales, ninguna es infalible. Hasta ahora parece que no hay como la supervisión y los ojos de los padres para protegerlos.
Sí, es prácticamente incontrolable. Las únicas maneras de mitigar la exposición a contenidos inapropiados es que el mismo dispositivo tenga recursos para minimizar los riesgos. Cuando son chicos, en la primera infancia – esto es, desde que comienzan a navegar hasta los 6 años que empieza la escolaridad – es imprescindible que se manejen en entornos absolutamente controlados. No puede quedar abierto YouTube con un niño de la primaria infancia solo, sin un padre al lado mirando lo que pasa en la pantalla. A veces vemos a chicos de 4 años navegando por toda la oferta de YouTube, en lugar de hacerlo por entornos seguros, que sean adecuados para los niños. Eso representa un gran peligro y un gran riesgo para ellos.
div>Redes peligrosas: cómo cuidar a los adolescente de las amenazas virtuales https://t.co/J79HepQHbC por @djaimovich pic.twitter.com/2up9l5sxLY
— infobae (@infobae) July 8, 2016
-¿Y qué pasa con los adolescentes? Muchos padres se quejan del tiempo que pasan en las redes sociales. El castigo de moda es quitarles el celular. ¿Qué tenemos que tener en cuenta para entender esa relación tan particular que tiene el adolescente con los dispositivos y la necesidad de estar todo el tiempo conectado, comunicado?
Lo que pasa acá es que lo que tenemos es, por un lado, una generación de padres que crecimos en "desconexión por defecto", es decir, nosotros sólo podíamos conectarnos con los otros cara a cara o en la eventualidad de un teléfono, que no todos tenían. Parece que habláramos del Paleolítico, pero lo cierto es que fue así hasta no hace mucho tiempo. En cambio, estos jóvenes están en una situación de "conexión por defecto", su vida transcurre conectados. Ya el tema no es cuánto tiempo están on line, sino que, por defecto, ya están allí, aunque no estén navegando o chateando en ese momento. La socialización es 24 horas, 7 días por semana, 365 días al año. Entonces, ocurre que los padres estamos asistiendo a situación cultural que es, cualitativamente distinta a cualquier otra anterior.
Hay que entender que el apego al dispositivo es también un apego a lo social, cosa que en determinadas edades, particularmente en la adolescencia, es la esencia. ¿Cuál es la tarea fundamental del adolescente? Es gestionar su identidad, ubicarse en el entorno de su grupo, de su "manada". El adolescente busca responder cuestiones como: qué lugar ocupo, cuán importante soy, cuánto valgo, empiezo a medirme con los otros. Lo que ha pasado que es la tecnología es un gran catalizador de este tipo de comunicación porque permite estar permanentemente monitoreando a los otros y cómo responden esos otros a mí. Desconectarse es perderse del mundo importante, que ya han dejado de ser los padres y ahora los son sus pares, sus compañeros, sus referentes, sus ídolos – que pueden ser gamers, youtubers, jugadores de futbol o los que son dos años más grande – . Entonces, para pararnos adecuadamente tenemos que poner límites a eso porque los momentos de desconexión también son válidos
-¿Cuán importante son los momentos de desconexión del mundo virtual?
Son muy importantes. Son forjadores de determinadas habilidades y competencias que, de alguna manera, en este contexto 100% digital, también se pueden perder. Entonces no hay que tener miedo de generar esos momentos de desconexión porque son válidos, porque le aportan a los chicos el cara a cara, la conversación, esa narrativa sobre lo que se hizo en el día, sobre lo que se va a hacer, que es también parte importante del desarrollo cognitivo y psicosocial de los jóvenes.
… Pero claro, el problema pasa a ser predicar con el ejemplo
Sí, les decimos que dejen de chatear con el celular, pero se los pedimos con el Ipad en la mano.