Jugó con Fabián Bustos, quedó impresionado con Reimond Manco y estuvo 11 años en el fútbol peruano: la historia de Diego Morales

Año tras año llegan extranjeros a reforzar los equipos de la Liga 1 y Liga 2. Sin embargo, no son muchos los que consiguen hacer una larga carrera en el Perú. Uno de los que sí pudo es Diego Morales, meta argentino que defendió las camisetas de Juan Aurich, Sport Boys, César Vallejo, Cienciano, Real Garcilaso (ahora Cusco FC) y Alianza Universidad.

En una entrevista exclusiva para Infobae Perú, el exarquero contó detalles de su carrera deportiva, entre las que se destacan el haber sido dirigido por Luis Fernando Suárez, la anécdota en el ‘papá’, su agradecimiento por el país, entre otros.

Eligió el arco casi por descarte, ya que en los partidos callejeros era el menor de todos y se vio obligado a tomar dicho puesto. Sin embargo, demostró valentía y condiciones. De hecho, tuvo como ídolos de la infancia a míticos guardametas de Boca Juniors: Carlos ‘Mono’ Navarro Montoya y el colombiano Óscar Córdoba.

- ¿Qué complicaciones tuviste en tu infancia?

Gracias a Dios, mi familia siempre estuvo bien y me permitió tener los gastos del fútbol cubiertos, tranquilos, siempre agradecido a mis viejos. Después, obviamente, hay momentos que estás mejor, que no estás tan bien. Yo nunca integré una familia de clase alta, ni media casi, sino media baja, pero siempre con todo lo justo para tener una buena vida y con los gastos cubiertos. En cuanto a esfuerzos y sacrificios, viajar dos horas para entrenar y dos horas para volver, eso sí es parte de la carrera que tiene que hacer cualquier jugador de fútbol, sobre todo en Argentina que las distancias son largas. También la competencia futbolística, en ese aspecto, sí es complicado y muy duro. En Argentina levantas una piedra y te salen cinco jugadores.

- Cuando entraste a las divisiones menores de Argentinos Juniors, ¿contaste con el apoyo de tus padres?

Sí, gracias a Dios. Mi viejo había jugado al fútbol, pero no llegó porque mi abuela no quería. Entonces, siempre a mi viejo le quedó ese tema de que le hubiese gustado llegar, y se vio reflejado en mí. Y mi mamá sobre todas las cosas, que estaba 100% disponible. El apoyo de los padres es fundamental porque si no es muy difícil hacer todo solo, sobre todo a la edad que empezamos. Es complicado y un pilar fundamental, por eso siempre los jugadores somos tan agradecidos con los padres en general.

- En Argentinos Juniors compartiste con Leonardo Pisculichi (exRiver Plate) y ‘Nico’ Pareja (exseleccionado argentino).

Claro, con ‘Nico’, con ‘Piscu’, con ‘Mati’ Caruzzo, con Ortigoza, con Hugo Colace, Walter García…

- ¿Carlos Galván?

Sí, al ‘Negro’ Galván lo tuve de compañero en Argentinos Juniors, cuando ascendimos a Primera. Después lo tuve de compañero en César Vallejo. Pero bueno, terribles planteles, jugadores espectaculares en Argentina. ‘Cachete’ Oberman, Carlitos Marinelli, Fabricio Coloccini, ‘Nico’ Medina que jugó acá en Unión Comercio. Hay varios chicos del club que salimos todos juntos, Leandro Freitas, con quien jugué todas las inferiores, así que somos bien amigos.

- ¿Qué tan complicado fue ese proceso para llegar a Primera División? Considerando que de todos los chicos que hacen sus divisiones menores, son pocos los que llegan a Primera.

Es dificilísimo. Cuando ven de afuera la carrera del jugador de fútbol dicen ‘qué lindo ser jugador de fútbol’, pero no saben todo lo previo. Entrenar, tener frío, pasar hambre, pasar muchas necesidades, que las cosas no estén como deben estar… Últimamente mejoró mucho, pero antes había muchas carencias en el aspecto deportivo, económico, logístico, muchas cosas. Eso se va mejorando día a día, gracias a Dios, y los chicos tienen muchas más posibilidades. Pero así y todo, la competencia, sobre todo en Argentina, es muy difícil. Como te decía, levantas una piedra y te salen 10 jugadores, abres una puerta y te salen 50 ‘pibitos’ corriendo atrás de la pista y te dices ‘cómo juegan estos locos’. Es complicado.

- Para llegar y ser fuerte, ¿en qué te sostenías? ¿O tú mismo eras?

Mucho apoyo de mis viejos siempre. Nunca tuve la presión de jugar al fútbol, eso también es importante, porque a muchos chicos los presionan desde los 8, 10, 12 años, llegan a los 15, 16 y no quieren saber nada de la pelota. Eso es una realidad, aunque en mi caso no fue así. Mis viejos siempre me permitieron decidir qué hacer y, en ese aspecto, siempre tenía claro que quería jugar al fútbol. Me permitieron darme esa opción y apoyarme para llegar a ese lugar. Después, no es fácil. Obviamente, contaba con el apoyo de los técnicos de Argentinos Juniors, que apoya mucho a los jugadores del club, es una cantera no solo de Argentina, sino mundial. Es importante estar en lugares que te permitan el mejor desarrollo y con mayor perspectiva.

- Cuéntame de tu debut en Primera División, ¿cuáles fueron tus sensaciones?

Yo debuté en Tercera División, que vendría ser acá como la Copa Perú, pero allá es profesional. Lo hice con 21 años. Fui prestado de Argentinos Juniors a Estudiantes de Buenos Aires, que está en Nacional B. Ahí debuté y fui compañero de Fabián Bustos, el técnico actual de Universitario. Con él tenemos una buena relación, el otro día lo felicité por el campeonato. Es un fenómeno de persona, así como lo ves, calentón y hablador, así era cuando jugaba conmigo (risas); yo debutaba con 21 y él se retiraba con 35 o 36 años. El mundo es chiquito, el fútbol lo es. Y en Primera División, con Argentinos Juniors, llegué a jugar un partido con Godoy Cruz en Mendoza con 23 o 24 años. Y bien, es el sueño de cualquiera, estuve mucho tiempo en el plantel de primera y no jugaba, pero con esa edad tenía que ver la posibilidad de salir.

- Ese debut en Primera con Argentinos Juniors, ¿se dio en un contexto natural? ¿O se dio a raíz de la lesión de algún jugador?

Se dio porque jugamos Copa Sudamericana y, al haber rotación, me pusieron. Yo tenía de compañero a ‘Sebas’ Torrico, que fue arquero de San Lorenzo. ‘Pipo’ Gorosito decidió que juegue y empatamos 1-1 de visitantes. Siempre tienes que estar preparado, es lo que le digo a los chicos siempre que estuve. A veces es normal no jugar porque juegan 11 de 30 y es complicado. Lo importante es tener esa tranquilidad y estar preparado cuando te toque, porque si entrenas mal y no te cuidas, cuando te toque no vas a estar preparado. Para esos momentos, tienes que entrenarte bien, cuidarte y tener la cabeza clara de que en algún momento te va a tocar.

- Cuando regresaste a Argentinos Juniors el 2008, había un plantel con jugadores como el uruguayo Álvaro Pereira, Emmanuel Gigliotti…

Claro, con ‘Palito’, a ‘Emma’ lo tuve de compañero en reserva. ‘Gaby’ Peñalba también, (Nicolás) Pavlovich, (Andrés) Scotti, (Víctor) Píriz Alves, el ‘9′ que estuvo acá en la ‘U’. Hermosos recuerdos y muy buena gente. El fútbol te da muy buenos amigos. Es importante el tema social, que cuando uno termina de jugar, se da cuenta que lo que le queda en el fútbol son las amistades, los conocidos y las relaciones.

- ¿Cómo surgió la oportunidad de venir a Perú?

Yo estaba en Argentinos Juniors en la época que estaba Borghi y, antes de salir campeón, no era tenido en cuenta. Tuve una discusión con el técnico y me apartaron, estuve entrenando con la reserva. Le dije a un amigo que me busque club donde sea. Y surgió la posibilidad de venir a Juan Aurich el 2010. Yo estaba haciendo pretemporada con la reserva y se dio la posibilidad. Sinceramente, no lo pensé mucho, quería jugar y tener esa posibilidad. Llegué sin saber absolutamente nada, ni del club, ni de la ciudad, ni del fútbol peruano. Estaba el ‘parce’ Jorge Rivera, que venía a atajar en Chile y vine medio de relleno. Por suerte, Luis Fernando Suárez me dio la posibilidad de jugar y ya dependía de mí.

- En Juan Aurich compartiste con Reimond Manco. ¿Fue el jugador más talentoso con el que jugaste?

Uno de los más, seguro. En Argentina hay muchos chicos talentosos, quizás como Reimond, no sé, pero en cuanto a lo que a mí me sorprendió, sin duda. Como te decía, no conocía nada del fútbol peruano y me hablaban de él pero no sabía quién era y decía que iba a sumar como cualquiera. Cuando llegó, lo vi en las prácticas y pensé ‘este pibe juega en serio’. Un ‘crack’ era el loco.

- ¿Cómo fue trabajar con Luis Fernando Suárez?

Bien, la verdad que con Luis fue un gran recuerdo. Impecable conmigo y se portó genial. La verdad, impecable conmigo, se portó genial; primero porque confió en mí para llevarme al club siendo extranjero. Él y su cuerpo técnico me trataron muy bien. Obviamente que uno trata de responderle dentro de la cancha en ese aspecto. Muy agradecido a lo que fue Luis al principio de mi carrera en Perú, obviamente, después le perdí el rastro. Le saludé alguna vez que jugamos en contra, pero después le perdí el rastro.

- Después regresaste a Argentina para jugar en Quilmes.

Sí, volví a Argentina en agosto o septiembre del 2010. Me fue muy bien (en Juan Aurich) y se dio la posibilidad de devolver a Quilmes a Primera. Tenía un tema familiar con mi abuela que pesó un poco en la decisión y regresé a Argentina. Lamentablemente, no jugué nada, no me fue bien ni tampoco un buen paso, viéndolo con el diario del lunes. Pero de todo se aprende, conseguimos buenas amistades también que hasta el día de hoy nos hablamos, grandes compañeros.

- En ese tiempo estaba Martín Cauteruccio.

Sí, estaba Cauteruccio. De hecho, no lo llamé que estoy acá desde hace un año, ya que la está rompiendo, haciendo goles. También estaba ahí Charles Aránguiz, ‘Ema’ Trípodi, Hernán Galíndez, Gustavo Varela, Danilo Gerlo, Santiago Raymonda que estuvo a punto de venir a la ‘U’, un montón, teníamos un equipazo y descendimos.

- ¿Imaginaste el impacto que iba a tener Cauteruccio?

La verdad que no. Hay dos jugadores que dije que la iban a romper: Barcos y Cauteruccio. No tengo tan mal ojo en ese aspecto (risas). Tampoco era tan difícil. Barcos es un ‘crack’ y ‘Caute’ también, pero no pensé que fuera a hacer la cantidad de goles que hizo. ¡Una bestialidad! Y encima estuvo enfermo por el tema hepático…

- En Perú también estuviste en Sport Boys, César Vallejo, Cienciano, Real Garcilaso y Alianza Universidad. ¿Qué rescatas de cada etapa?

Primero la gente, siempre te llevas amigos de todos lados, y obviamente conocer todo el Perú. Estuve casi en todos lados menos en la selva, me faltó eso. Pero muy bien, la verdad. Uno tiene un cariño particular por lo que es Cusco por los cuatro años que estuve en Cienciano. Me trataron de maravilla. Hasta hoy la gente de Cusco me recuerda bien, eso es importante. Después, con todos los clubes he estado bien, con Boys, con Vallejo clasificamos a la Copa Libertadores; lamentablemente ahora le tocó descender, pero es una buena institución. De ahí, Alianza Universidad me trató espectacular; gran recuerdo de toda la gente, la directiva, con los jugadores, el cuerpo técnico, pero lamentablemente descendimos.

- Ahora volvió a Primera.

Sí, gracias a Dios volvieron. Por el laburo de todos, directiva, cuerpo técnico, jugadores. Se habían armado para ascender y cumplieron el objetivo. Tengo amigos ahí como Lionard Pajoy, Edhu Oliva, conozco a varios chicos.

- ¿Alguna anécdota que se pueda contar de tu etapa en Perú?

Hay miles. En Cienciano pasó que descendimos el 2015. El partido anterior de local tuvimos que salir con el camión de la policía porque nos iban a matar a todos, piedrazos. La última fecha dije ‘nos matan a todos acá’ y dependíamos de otros resultados. Le ganamos 3-0 a San Martín, pero descendimos. Ahí dije ‘acá nos van a matar a todos’. Salimos y estuve media hora firmando autógrafos. Dije ‘esta gente, no sé qué pasó, cambió de día a la noche’. Y bueno, así es la gente cusqueña, si ven que se entregan todos y no se da, bueno, no pasa nada. Me sorprendió eso y después lo vi muchas veces más. Gracias a Dios, tengo un muy buen recuerdo y el hincha cusqueño es muy fiel y leal, si ve la entrega al 100%, los va acompañar siempre.

- Estuviste varios años en Perú, ¿tramitaste tu nacionalidad?

Sí, la tramité dos veces y nunca me salió una. No me acuerdo qué pasó la primera vez, y la segunda me fui de vacaciones a Argentina y cuando volví, habían pasado por mi casa que tenía acá pero no me encontraron en ese momento y me dieron de baja el trámite. Ya de ahí me cansé y no lo hice más.

- Lo dejaste ahí.

Sí. De hecho, es un plus haber jugado tanto tiempo en Perú como extranjero y siendo arquero. Así que en ese aspecto me queda algo, no era tan malo (risas).

- ¿Pudiste llegar a uno de los tres clubes grandes de Perú? ¿Qué pasó?

No, nunca tuve acercamientos concretos. Alguna vez han preguntado de Cristal, pero nunca se avanzó. Me hubiese gustado saber qué se siente, pero tengo muchos amigos de la ‘U’ y Alianza, y les pregunto cada tanto cómo es todo. Me dicen que es espectacular, y se ve, se nota con lo que maneja la gente de un lado para otro, tiene mucha repercusión todo lo que hagan, así que hubiese estado lindo poder vivir esa experiencia.

- ¿Consideras un club grande a Cienciano?

Sí, yo he llegado a jugar en Segunda División con casi 40 mil personas. No creo que muchos equipos puedan hacer eso, sinceramente. Sacando a los equipos grandes, no creo que otro pueda hacerlo. Cuando descendimos también la cancha estaba llena. ¡Increíble! ¡Estos tipos están locos! Es un apoyo que te muestra que, más allá de estar bien o mal, apoyan a la camiseta.

- Pasaste por varios clubes en tu carrera deportiva, ¿te quedaste con la espina de no haber podido ganar un título?

Sí, me hubiese gustado. Obviamente, como todo jugador pelea por salir campeón, pero no es algo que me vuelva loco. Muy pocos salen campeones. Si haces una encuesta de quién salió campeón en Primera División te puedo asegurar que muy pocos son, 20% o 30%, con suerte y una vez en una carrera de 15 años. Es difícil. La pandemia nos cortó porque habíamos arrancado bárbaro, teníamos una confianza y nivel espectacular.

- ¿A qué se debió tu retiro?

Me rompí la rodilla, ni más ni menos.

- ¿Cómo fue eso?

Solo. Pateé un saque normal, sale y vuelve la pierna; apoyo y siento una explosión adentro de la rodilla. Estaba en Alianza Universidad y atajando muy bien. El partido anterior con Alianza Lima en el Callao empatamos 0-0. Estaba Julio César, el ‘Diamante’, de técnico, y me dijo ‘este está para la Champions League’. Justo me tocó atajar una o dos pelotas. ‘Es un arquero de Champions’, me dijo (risas). Al siguiente partido me rompí la rodilla y no pude jugar más, lamentablemente. Hice toda la rehabilitación, pero no quedé bien de la rodilla y tampoco quería seguir forzándola porque ya tenía 39 años. Ahorita está más o menos, no para jugar, quizás para ‘pichanguear’ con amigos.

- ¿Cómo fue ser dirigido por el ‘Diamante’ Uribe?

Bien, yo era amigo de Julio Edson (su hijo), jugamos juntos en Cienciano el 2015. Teníamos una buena relación, igual que con ‘Pacho’ Vílchez, una muy buena persona. Había un buen cuerpo técnico que, lamentablemente, no pudo plasmar su idea. En los primeros partidos sí anduvimos bien y después pasó lo que me pasó, hubo varios lesionados, pasaron varias cosas que hicieron que no podamos mantener la categoría. Pero el ‘Diamante’ es muy buena gente, muy humano sobre todas las cosas, y tengo muy buenos recuerdos. Hasta ahora con Julio Edson tengo contacto y al ‘Diamante’ cada tanto le mando saludos.

- Habiendo jugado en Liga 1 y Liga 2, ¿qué opinión tienes del fútbol peruano?

Es un fútbol donde hay muy buena técnica y muy buenos jugadores, que tiene mucha capacidad, pero lo que no tienen es una formación previa en menores. Al no tener formación ni competencia, porque ¿cuántos equipos son buenos en menores? Está la ‘U’, Alianza, Cristal, Melgar… Con cuatro equipos no puedes hacer competencia durante un año, es inviable. Que el resto de equipos no inviertan en la manera que deberían para que sea competitivo… Porque si me dices que hay chicos que son ‘cracks’ en menores y ganan 7-0, pero eso no es real. Lamentablemente, cuando llegan a Primera, se chocan con una realidad a la que no estaban acostumbrados. Ese choque cuesta porque se creen ‘Maradona’ y no lo son, sino que son jugadores que pueden ser profesionales y no saben si van a destacar o no. Eso, a veces, les pasa a facturar a los chicos, sobre todo en el momento que los representantes les hacen creer que son ‘cracks’, y son buenos jugadores, pero tienes que demostrar en Primera División, con jugadores profesionales; que no es lo mismo que hacerlo en Copa Perú o donde sea. Creo que tienen mucha capacidad, pero falta mucha infraestructura, desarrollo físico. Al no tener el biotipo de un jugador colombiano o ecuatoriano, tienes que complementarlo con mucho desarrollo. Cuando vine el 2010, había chicos que no sabían hacer los movimientos con pesas, no solamente jóvenes sino mayores. No solo en Juan Aurich me pasó eso, sino en Alianza Universidad y en todos los equipos. Y va a seguir pasando porque no están acostumbrados. La formación no es buena y eso repercute después. Obviamente, tienes la ‘joyita’ que siempre sale, uno, dos o tres; pero no es la generalidad. Por eso en Argentina salen 1,000 jugadores y acá 20. En esas cantidades, es complicada la elección.

- Haciendo un balance de tu carrera, ¿cuál ha sido el técnico que más te marcó?

He tenido buenos técnicos. Luis Fernando Suárez, sin duda. Me encantaba ‘Pipo’ Gorosito por el trato humano con todos, es una persona que no he visto mucho en el fútbol profesional, sobre todo con la trayectoria y espalda que tiene, era uno más. Era muy buena gente, trataba a todos por igual. Yo era el tercer o cuarto arquero y me trataba exactamente igual que al resto. Eso es lo que te marca. También el ‘Diamante’, Paul Cominges me parece un muy buen técnico, tiene las cosas muy claras. Jorgito Espejo, un ‘crack’, el loco de la guerra pero muy profesional y muy claro con las cosas que quiere. Tuve muy buenos técnicos, por suerte.

- ¿Y el plantel donde mejor te sentiste?

En Huánuco estábamos muy bien. Habíamos hecho un grupo espectacular, estaba yendo todo bien, pero vino la pandemia y nos complicó la historieta. De ese grupo varios somos amigos y eso se transmite en la cancha.

- Cuéntame de tu actualidad, ¿a qué te dedicas? Tuviste un emprendimiento de pizzas.

Sí, con mi señora estuvimos metiéndole a las pizzas un tiempito. Ahora estoy metido en concientizar a los jugadores de la parte económica, que es importante. Que hagan cosas que en el futuro les sirvan y, sobre todo, en lugares seguros. Es brindarles la tranquilidad para que no les pasen lo que les pasa a muchos exjugadores que se quedan sin nada. Eso no queremos que suceda. Lamentablemente, a nosotros nos enseñan a correr, saltar, descansar, entrenar, alimentarte; pero nadie nos dice qué hacer con el dinero. Imagínate, tenemos 20 o 25 años y ganamos más plata de lo que gana el 95% de las personas. Pero nuestra carrera es corta y a los 35 o 40 años ya somos jubilados. ¿Cómo hacemos si no administramos bien ese tiempo? Ten en cuenta que con 20 o 25 años estás de joda, conociendo cosas y sin tener responsabilidades, nosotros tenemos que administrar el dinero para que, después, no pasemos necesidades. Es algo que tratamos de que los chicos entiendan.

- ¿Tienes el curso de entrenador?

Sí, lo hice. Tengo la licencia A y me falta la Pro para ser técnico de Primera. Seguramente en algún momento ya ingresaremos de alguna manera, como entrenador de arqueros, ayudando de campo, veré qué pasa.

- Pero siempre en el campo, ¿has considerado la parte dirigencial?

No, he hecho cursos de gestión deportiva, pero acá es muy complicado por la infraestructura, tienes cuatro o cinco clubes. Hice el curso con varios jugadores. ¿Cómo haces para que te den esa posibilidad? Es difícil, hay que prepararse y capacitarse. Lo mismo que técnico, es muy difícil. Es muy chiquito el nicho del mercado.

- ¿Qué piensas del Perú? ¿qué te ha dado?

Estoy súper agradecido al Perú. He hecho mi carrera deportiva en el Perú, mis hijas son peruanas. Le debo todo al Perú, sinceramente. Estoy súper agradecido y me tratan como uno más. Es un país espectacular, con todas sus cosas buenas y no tan buenas, pero muy contento de estar acá, que me hayan abierto las puertas y que me hayan tratado como me trataron durante todo este tiempo.

- ¿Tu plan de vida pasa por quedarte en Perú o quizás volver a Argentina?

Por el momento estamos acá. ¿Por qué? Porque la situación en Argentina está complicada. Ese es el motivo principal por el cual decidimos estar acá. Ahora, de acá unos años, no sé, el año que viene me agarra la loca y nos vamos para Argentina. Pero por el momento estamos acá instalados, tranquilos y disfrutando de las cosas lindas del Perú.

- ¿Qué se le viene a Diego Morales para más adelante? ¿Qué objetivos tiene?

Ahí estamos, estamos viendo algunos objetivos. Como te digo, me gusta la idea de poder incursionar en un cuerpo técnico, ya sea de ayudante de campo, como técnico o entrenador de arqueros. Lamentablemente, acá para ser entrenador de arquero no se puede porque no hay cursos para hacerlo. Y los únicos que pueden ser entrenadores de arquero son los que tenían una licencia anterior que ahora no la brindan. Así que en ese aspecto está un poco limitado el tema, lamentablemente. Pero con confianza de que esa situación se pueda modificar.

- ¿Un mensaje para terminar la entrevista, Diego?

Agradecerte a ti primero por la entrevista, por las ganas de llamarme y charlar un rato, que siempre está bueno. Y agradecido al Perú, a la gente que me brindó su mano, su confianza para poder estar aquí. Contento de poder tener hijas peruanas y establecerme acá. Dios quiera que pueda estar mucho tiempo acá y desarrollarme la manera que estamos buscando, mi señora y yo obviamente. Ella vende tortas y está contenta con su emprendimiento. Apoyándola desde acá al lado, palo al palo con ella.